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¿Cuánto tiempo dura el camino a la justicia laboral?

La justicia laboral es como un túnel oscuro en el que no se sabe cuándo se llegará al final. | Manuel Fuentes

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Escrito en OPINIÓN el

No hay trabajador que conozca que no me haga esta pregunta: ¿Cuánto durará mi juicio? ¿Un año, tal vez dos, cuatro, cinco años o más? Cuando les respondo que las leyes del trabajo intencionalmente no lo contemplan y, si lo hacen y no se cumple, no hay sanción para nadie, me miran con ojos de sorpresa.

¡Eso no es posible!, me dicen. Les respondo que la justicia es como un túnel oscuro en el que no se sabe cuándo se llegará al final, donde haya una luz. Hay personas que se quedan en el camino sin alcanzar la luz; en su mente dibujan la justicia como algo celestial, como una reivindicación, pero nunca la conocen.

No puedo olvidar a un trabajador que rebasaba los cincuenta años de edad y padecía asbestosis (enfermedad pulmonar crónica causada por la inhalación de fibras de asbesto), y me fue a buscar para demandar legalmente. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) le desconoció su enfermedad profesional a pesar de haber laborado por más de 20 años en una empresa de asbesto.  

Habían pasado casi tres años desde que demandó, y su hija me informó que su padre había muerto. No concebía que su progenitor hubiere fallecido sin obtener justicia, aunque fuera una poca.

Se decidió que su viuda continuara con el pleito para que se le pagara la indemnización correspondiente. Sin embargo, un año después de que falleciera el trabajador, ella también murió. 

La hija, muy enojada, me reclamaba por qué en México no hay justicia. Me comentó que, para reivindicar a sus padres, quería continuar el juicio. Pasaron tres años más para obtener un poco más de 15 mil pesos de indemnización.

Cuando la hija sobreviviente supo de la cantidad otorgada se mostró sorprendida y preguntó: ¿Y los intereses legales?, ¿el daño moral?, ¿los daños y perjuicios?, ¿el tiempo transcurrido?, le respondí que en el derecho laboral esas condenas no existen. Pueden pasar muchos años y, en materia de seguridad social tampoco, no se paga nada adicional, porque el demandado es el IMSS, y al gobierno no se le toca. Es impune.

Para este tipo de autoridades, cuanto más tiempo transcurra, mayor es el éxito para la institución; la clave es que se tarde el juicio lo más posible.  

Los abogados de esas instituciones: el IMSS, el ISSSTE y todas las estatales de seguridad social, tienen como propósito, a pesar de ser servidores públicos, que los trabajadores demandantes permanezcan en ese túnel oscuro. Su principal objetivo es que nunca vean la luz de la justicia y, si lo logran, sea apenas un hilo de luz, el más delgado que obtengan.

Me entero recientemente que los trabajadores de la Tecksid Hierro de Stellantis, ubicada en la frontera del estado de Coahuila, llevan peleando desde el año de 2014 para alcanzar plena libertad para elegir al sindicato de su preferencia, y aún no lo han logrado.

Han tenido que tocar las puertas del vecino del norte para que las autoridades mexicanas les hagan caso. ¿Es necesario que esto ocurra?

La representante comercial de Estados Unidos de Norteamérica, Katherine Tai, declaró, cuando su gobierno interpuso la queja: "seguimos utilizando el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida del T-MEC para defender los derechos de los trabajadores y seguimos comprometidos a trabajar de cerca con el gobierno mexicano para hacerlo". 

Resulta vergonzoso tener que acudir a un gobierno extranjero para presionar al gobierno mexicano, para dejar en evidencia que nuestro sistema de justicia es constructor de túneles oscuros, y que no tienen fin.

Cuando se discutía el acuerdo comercial entre Canadá, Estados Unidos y México, y se preguntó cuánto duraban los juicios en nuestro país, nuestro representante se puso de mil colores al no saber responder.

Entonces dijeron: queremos tener una respuesta cierta, no túneles sin fin. Por ello se impuso a nuestro gobierno un Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida que no debe de durar más de cuatro meses; de rebasar ese límite, se impondrán sanciones severas contra aquellas empresas que se burlen de la libertad sindical, de la estabilidad en el empleo y de la contratación colectiva.

Cuando se ha presentado una queja por parte del Gobierno de Estados Unidos, dentro de la Secretaría de Economía en México, corren por todos lados difundiendo la noticia para avisar a la Secretaria Tatiana Clouthier que se debe responder con prontitud. Se prenden luces rojas de alerta y se ve por los pasillos el ir y venir, y todo mundo actúa con prontitud para que el gobierno acredite que no existió presunta denegación de derechos y en caso de existir proponer el plan de reparación.

Sin embargo no podemos olvidar que el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida del T-MEC no aplica para todos los casos, sino únicamente para reparar violaciones a los derechos de libertad sindical y negociación colectiva en empresas que produzcan bienes o presten servicios que sean objeto de comercio entre los países del T-MEC.

Cuando sindicatos y trabajadores mexicanos recurren a una exigencia similar con nuestras autoridades laborales parece que entran a un mundo de cámara lenta y discrecionalidad donde, cuando quieren te hacen caso y, si lo hacen, parece que te hacen un favor. 

Ya no queremos túneles oscuros sin fin donde arrojan a la justicia para que nunca nadie la encuentre.