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Crónica de más muertes anunciadas

Todo indica que a partir de las próximas semanas y hasta principios de marzo aumentará el número de muertes relacionadas con el covid-19. | Leonardo Martínez

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Escrito en OPINIÓN el

Todo indica que a partir de las próximas semanas y hasta principios de marzo aumentará el número de muertes relacionadas con el covid-19, de manera particularmente grave en la zona metropolitana del Valle de México. Lo digo no como una especulación o como un argumento irresponsable o provocador, sino porque es un escenario altamente probable debido a que se están alineando las condiciones para que ello ocurra. 

Veamos cuáles son las cuatro razones principales que sustentan esta hipótesis.

La primera es simplemente un factor estacional pues estamos entrando a la temporada invernal en la que el frío, los casos de influenza y las concentraciones de algunos contaminantes atmosféricos aumentan significativamente. 

La segunda es que como consecuencia del desastre creado por el gobierno federal en el sector salud, la de la influenza es una de las vacunas agotadas e inencontrables debido al desabasto de medicamentos. Esto implica que habrá más casos de influenza que en otras temporadas, lo cual como veremos se conecta con la cuarta de las razones presentadas.

La tercera razón es que las decisiones tomadas por López Obrador para favorecer abiertamente y en contra de las buenas prácticas internacionales el uso de combustibles sucios y altamente contaminantes, y bloquear además irresponsablemente la inversión y el uso de los combustibles limpios, le han abierto la puerta a CFE para quemar más combustóleo en sus plantas de generación eléctrica. Recordemos que el combustóleo es uno de los combustibles fósiles más cochinos y contaminantes que tenemos.

Muchos años de trabajo y de estudios realizados por científicos nacionales y extranjeros han permitido comprobar que una fuente importante de contaminación en el Valle de México proviene de las termoeléctricas de CFE que se encuentran en la zona de Tula, Hidalgo. La pluma de contaminación que llega a la Ciudad de México nos trae cantidades significativas de dióxido de azufre y varios tipos de partículas dañinas, todo lo cual se incrementa con la decisión de quemar más combustóleo.

Es sabido que la infraestructura de Petróleos Mexicanos para refinar está cada vez en peores condiciones, lo que provoca entre otras consecuencias que se obtenga más combustóleo y se refinen menos gasolinas y diésel. Algunos datos publicados indican que de enero a septiembre de este año la proporción de combustóleo por barril refinado subió de 24 a 28 por ciento anual, mientras que la de gasolinas y diésel bajó de 54 a 52 por ciento. En comparación, las refinerías de los Estados Unidos producen apenas 2 por ciento de combustóleo por barril refinado.

Aunque la aplicación de las políticas para mejorar la calidad del aire ha sido siempre evasiva y pusilánime, la intención sí era sincera y el propósito era reducir la contaminación atmosférica. Ahora con López Obrador el ir en contra del Acuerdo de París y contribuir al cambio climático es un inconcebible motivo de orgullo. 

Y la cuarta razón es que hay una correlación positiva entre los niveles de contaminación atmosférica y el número de muertes por covid-19, lo cual se agrava con la llegada de la influenza estacional.

Como bien dice Horacio Riojas, colega e investigador del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), la probabilidad de enfermarse y morir por covid-19 en un contexto de mayor contaminación atmosférica e influenza se incrementa significativamente. Esto ocurre porque la contaminación del aire disminuye la capacidad de respuesta pulmonar y, en general, inmunológica a la agresión del coronavirus.

A estas alturas del año son muchos los estudios científicos publicados que comprueban la relación existente entre contaminación atmosférica y muertes por covid-19. En Holanda encontraron que un pequeño incremento en la concentración de partículas PM2.5, como las que nos mandan las termoeléctricas de CFE, provoca un aumento del 17% en las muertes por covid-19, lo cual se ha observado en muchas otras partes del mundo, en algunas de las cuales la cifra ha llegado hasta un 27%.

En un estudio realizado por los académicos Solís y Carreño de El Colegio de México, en el que analizaron los expedientes clínicos de varios cientos de personas fallecidas por covid-19 en México, identificaron como las comorbilidades que conllevan los mayores riesgos de muerte a la insuficiencia renal crónica, a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, obesidad, diabetes, inmunosupresión e hipertensión arterial.

También encontraron que la suma de comorbilidades en una persona aumenta todavía más el riesgo de muerte por covid-19, pues con dos comorbilidades el riesgo de muerte con relación al de una persona sin comorbilidades aumenta alrededor del 18% y con tres comorbilidades ese riesgo se incrementa un 27% más.

Quiero agregar que los altos niveles de contaminación atmosférica que padecemos en muchas ciudades mexicanas operan como una comorbilidad adicional, generalizada e inescapable para todos los que habitamos en ellas.

La combinación de mayores niveles de frío, influenza y contaminación atmosférica con los actuales incrementos imparables de contagios de covid 19, prefigura un desolador escenario de más muertes anunciadas para la temporada de invierno.

Y sin embargo la demagogia presidencial sigue en pleno apogeo. Recordemos que desde el 26 de abril López Obrador dijo literalmente: “Vamos bien porque se ha podido domar la epidemia. En vez de que se disparara, como ha sucedido desgraciadamente en otras partes, aquí el crecimiento ha sido horizontal (SIC, nótese que como gran entendedor de las matemáticas superiores López hizo un descubrimiento matemático trascendental: el de un crecimiento horizontal) y eso nos ha permitido prepararnos muy bien para tener todo lo que se requiere de equipos médicos y especialistas”. Y el 29 de abril volvió a la carga, afirmando “...que el contagio se volvió horizontal, se aplastó la curva.”

Los datos reales muestran y seguirán mostrando un mundo muy distinto al de la fantasía creada por los dos López, Obrador y Gatell, principales responsables de la tragedia sanitaria que nos azota. 

Continuaremos con el tema.