Rebasado por las circunstancias políticas y el clima de violencia que azota al país, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, lanzó un llamado a todos los sectores para fortalecer a las instituciones y asegurar la vigencia del Estado de Derecho en el país. Arrinconado por una inminente debacle ahora busca un punto de consenso con todos los partidos para garantizar la gobernabilidad.
El gobernante dejó entrever que convocará a las fuerzas políticas y organizaciones civiles en momentos en que crecen las críticas y México se ha colocado en el ojo de la crítica internacional por violaciones a los derechos humanos.
En el marco de la presentación de los Reglamentos de la Reforma Energética, Peña Nieto dijo que convocará a la representación del Estado Mexicano, a las fuerzas políticas y organizaciones de la sociedad civil, para asumir el compromiso de emprender cambios de fondo, fortalecer a las instituciones.
Acogió los posicionamientos que han expresado los partidos políticos y representantes de la sociedad civil por los hechos ocurridos, lamentablemente, en Iguala, Guerrero; para que unan esfuerzos en favor del Estado de Derecho, combatir la corrupción y cerrar el paso a la impunidad.
“Independientemente del curso de las investigaciones a cargo de la Procuraduría General de la República, es indispensable tomar medidas institucionales para que hechos como éstos no se vuelvan a repetir”, expresó el gobernante.
La convocatoria del jefe de Estado se dio en el marco de la severa crítica que lanzó el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Silvano Aureoles, quien pidió se revise la situación de los municipios en México “que están en quiebra y en poder del crimen organizado”.
"El 90 por ciento de los municipios no puede con la tarea, no hablemos de más, hablemos solamente de la seguridad pública", dijo Aureoles en entrevista radiofónica con Ciro Gómez Leyva para Grupo Fórmula.
“La crisis de los municipios es el todo el país no solo en Guerrero, donde el alcalde de Iguala es buscado por nexos con el crimen organizado y la desaparición de 43 normalistas. Aureoles explicó que el problema de los municipios es que prácticamente están al borde de la quiebra y que la mayoría los tiene el crimen organizado", recalcó.
El país está urgido de una revisión profunda de los problemas que los aqueja: crisis, desborde de violencia, ingobernabilidad, crimen organizado en crecimiento y un fuerte tráfico de estupefacientes.
México está en crisis, ni dudarlo. Que la posición oficial indique lo contrario, eso es otra cosa. Hay falta de credibilidad de los mexicanos en sus instituciones. Hay una especie de agotamiento pues el gobierno no ha logrado satisfacer las necesidades de la población, que reclama acciones urgentes para darle un viraje al país.
Quienes creyeron que Peña Nieto o, incluso, Manuel López Obrador, podrían haber hecho un gobierno exitoso se equivocaron. Los problemas de México son de fondo y las reformas emprendidas no son suficientes. Siete décadas del anterior priísmo y una docena de años perdidos con el panismo han dejado al país al borde del caos. Hoy al presidente le ha tocado gobernar una nación con instituciones socavadas por la corrupción e infiltradas, algunas de estas, por el narcotráfico.
Se equivocan quienes creen que las soluciones serán inmediatas. Peña Nieto y el próximo gobierno deberán tejer una nueva estrategia de desarrollo, con mayor participación ciudadana en la toma de decisiones y con un real Congreso que atiendan los intereses nacionales y no se sirva para engordar a un grupo de diputados.
De ahí que el llamado de Peña Nieto a todas las organizaciones para establecer una especie de pacto social sea un aletazo de ahogado. Un ahorcamiento anunciado frente a un escenario que ya estaba definido.
Ahora toca hacer un último esfuerzo antes de que el país se vaya al despeñadero.
@jlcastillejos