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Crisis en puerta

La corrupción es un lastre por los enormes costos económicos, políticos y sociales.

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Escrito en OPINIÓN el

Sólo el gobierno no quiere verlo, pero la crisis está en la puerta. Se prevé que el 2017 estará marcado por una de las peores crisis en el campo laboral y en materia económica.  Las empresas que están ahorcadas por problemas financieros ya han comenzado a despedir a sus empleados y las mejores economistas del país, las amas de casa ya no logran cubrir la canasta básica.

 

El campanazo de alerta lo dio recientemente el doctor Enrique de la Garza Toledo, investigador del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana quien advierte sobre la posibilidad de que el país sufra una crisis económica.

 

El gobierno necesita hacer urgentemente una reingeniería, incentivar las inversiones, mejorar los salarios y sobre todo dar certidumbre de que el país tiene horizonte y es aún viable.

 

Urge, además, achicar el aparato estatal y deshacerse de empresas-lastre como la inexpugnable Petróleos Mexicanos que no sirve para nada en un país que se dice productor de carburantes y tiene los precios más elevados del mundo.

 

Este país se está yendo por la denominada ruta del precipicio. No hay poder político, al menos es lo que se percibe, que logre darle un golpe de timón al país. En pocas palabras nos estamos yendo al carajo. El dinero no está fluyendo adecuadamente, no logra permear y las clases más desprotegidas subsisten comiendo frijoles y tortillas y otros mendigando apoyos gubernamentales.

 

Al gobierno pareciera importarle poco el rumbo del país pues los más altos funcionarios están embelesados enriqueciéndose, engordándose. A estos ganapanes no se les ocurre nada y mientras el barco del país hace agua los mexicanos esperamos un milagro. Quizás esté a la vuelta de la esquina y en el 2018 los votantes decidan una nueva fórmula distinta al nefasto PRI que no ha podido, en este tramo, con el paquete.

 

La crisis es impresionante pero no se percibe desde las lujosas camionetas Cadillacs o Suburbans en las que se desplaza la clase política. Y mientras los diputados y senadores se despachan con la cuchara grande escandalosos aguinaldos, millones de mexicanos no tienen para comer en las próximas horas.

 

Hay vergüenza nacional pero al gobierno le vale. He visto en basureros a jóvenes mujeres y niños buscando entre los desperdicios para comer. No se vale. No debemos permitirlo.

 

Si fuéramos un país justo, de leyes, se aplicaría en México la denominada "muerte civil" (pérdida de derechos civiles) para los funcionarios que incurran en corrupción como ocurre en otros países como Perú, ejemplo que debiera ser imitado.

 

Debido a los reiterados casos de corrupción que sacuden a la administración pública en Perú, el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski aprobó la ley de “muerte civil” para los funcionarios que incurran en ilícitos, medida que podría ser fácilmente replicable en México.

 

Con la muerte civil se frenaría la extracción escandalosa de dineros estatales. La corrupción cuesta cada año a México un promedio de 350 mil millones de pesos y representa algo así como el 15 por ciento de la inversión pública una cantidad escandalosa. Si en lugar que esos recursos fueran a parar a las bolsas de malos funcionarios se destinaran a construir escuelas u hospitales, otro sería el destino de los mexicanos.

 

México ha obtenido 35 puntos en el Índice de percepción de la corrupción que publica la Organización para la transparencia Internacional. El país ha mejorado su situación hasta la posición número 95, de los 167 del ranking de corrupción gubernamental.

 

La corrupción es un lastre por los enormes costos económicos, políticos y sociales. Este flagelo consume un alto porcentaje de la inversión de las empresas a las que les genera pérdidas en sus ventas anuales hasta por cinco por ciento. Ello genera costos políticos e insatisfacción de las personas con la democracia.  El 91% de los mexicanos no confía en partidos políticos; el 83% no confía en legisladores y un 80% no confía en instituciones del sistema judicial.

 

Estamos económicamente peor que antes. El salario mínimo es un chiste. Ha decrecido en 70 por ciento desde 1990 y respecto a los salarios contractuales en un 50 por ciento. En esa línea los mexicanos han perdido poder adquisitivo al tiempo que crece las desigualdades.

 

En materia de vivienda estamos peor y respecto al sistema pensionario los jubilados subsisten con un monto mínimo de dinero que los va convirtiendo día con día en parias sociales.

 

Hay un fracaso total y el cierre del 2016 no es nada bueno y el vaticinio para el 2017 no se presenta esperanzador. A este tétrico panorama se suma una reforma educativa que en el fondo es laboral y, como el cangrejo, se han dado pasos hacia atrás. Según el investigador Enrique de la Garza Toledo la reforma se traduce en realidad en medidas disciplinarias con respecto a faltas en el trabajo y evaluación de capacidades mediante exámenes de opción múltiple.

 

El vicepresidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), Francisco Lobato Galindo alertó que en el 2017 México podría caer en una crisis económica profunda ante un estancamiento de la economía y por un repunte de la inflación. En ese contexto urge que se disminuya el gasto corriente y que se implemente estrategias que permitan incentivar el consumo interno y las inversiones.

 

"Después de más de veinticinco años de que no se mencionaba la palabra estanflación ahora se vuelve a hablar y consiste en un estancamiento de la economía y un repunte en la inflación", comentó, en tanto el World Competitiveness Center advierte que una

próxima crisis económica global podría estar a la vuelta de la esquina.

 

Arturo Bris, director del IMD World Competitiveness Center, y catedrático de la universidad de negocios IMD Business School, señala que los gobiernos han bajado la guardia con respecto a ocho fenómenos que podrían desatar una nueva crisis entre abril de 2015 y marzo de 2016.

 

Una burbuja del mercado de valores, la influencia del sector bancario en China,  la crisis energética, otra burbuja inflacionaria, calificación de crédito y quiebras empresariales, liquidez e hiperinflación y  aumento de la pobreza, serían algunos factores preponderantes en esta crisis.

 

Estamos alertados.

 

joseluiscastillejos@gmail.com

@JLCastillejos

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