La situación al interior de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) no podría estar peor. Por un lado, el organismo regulador se enfrenta a un serio recorte en el presupuesto que puso en alerta roja a banqueros y analistas; pero no sólo eso, las frecuentes filtraciones de información resguardada bajo el secreto bancario, podrían poner en entredicho la imagen y la confianza de la institución.
En 2019, cuando Adalberto Palma ocupó la presidencia de la CNBV, uno de sus primeros mensajes fue continuidad y se comprometió a mantener prácticamente intacta a la plantilla de personal.
Palma sabía de antemano el alto nivel de especialización y conocimiento que se requiere en las tareas de la Comisión, sin embargo, los recurrentes ajustes al presupuesto que implicaron el retiro de prestaciones, así como una baja aproximada de 20% en el salario, generó una salida masiva de talentos, principalmente de las vicepresidencias y las áreas clave para la supervisión.
El primer revés para la CNBV fue la quiebra de Banco Ahorro Famsa, pero ahora el problema tomó otra magnitud, ya que la institución está envuelta en un escándalo por violaciones al secreto bancario, cuyas filtraciones según aseguran en la dependencia, provinieron de afuera.
A pesar de la molestia, en la CNBV saben que el incumplimiento en la secrecía puede desencadenar graves reacciones: por un lado, la total pérdida de confianza en el organismo y por otro, una lluvia de acciones legales en contra de los responsables.
Y como siempre ocurre, pagarán justos por pecadores. Se decidió despedir a toda el área de comunicación social de la CNBV: desde el director general de proyectos especiales, pasando por la directora general de comunicación social y los respectivos subdirectores. La salida se da en un momento crítico para la Comisión en términos de imagen y en donde se requiere información oportuna sobre la situación que guarda el sistema financiero.
Ante las constantes fugas de datos, la CNBV advirtió que detectó publicaciones en diversos medios de comunicación protegidas por la secrecía financiera y que aparentemente fueron “sustraídas”. Estas filtraciones tienen que ver con requerimientos formulados por las autoridades competentes respecto a información, documentación, aseguramiento, desbloqueo de cuentas, así como la transferencia o situación de fondos de clientes y usuarios”.
La Comisión ya presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República para que se investigue y se castigue a los responsables. Pero el problema de revelar datos confidenciales es el inicio de lo se podría venir para la CNBV y el sistema financiero.
Por lo pronto, banqueros y analistas hacen votos para que el menor presupuesto y la falta de pericia de algunos funcionarios, no ponga en aprietos al sistema financiero y a los usuarios, ya sea con acciones tardías para detectar problemas ante el inminente aumento en la cartera vencida o con intermediarios tan vulnerables como las cajas de ahorro, entidades populares o algunas Sofomes.
Así las cosas…