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Covid-19: dejar morir a los ancianos, no

Esta semana veremos el resultado final de la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica. | Jorge Ramos Pérez

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Escrito en OPINIÓN el

Entre los planes de la 4T estaba la idea de que los pacientes jóvenes víctimas del Sars-CoV2 tuvieran privilegio en la atención de casos graves, por encima de las personas de la tercera edad.

Covid-19 representa muchos retos para el mundo, dos de ellos son cómo atender a las personas contagiadas cuando los servicios de salud ya estén rebasados y cómo garantizar que quienes no tienen posibilidades de sobrevivir, mueran de manera digna.

Hace dos semanas se publicó oficialmente el primer proyecto de la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica, que causó controversia por plantear que cuando los servicios de salud se vieran rebasados se diera prioridad a los jóvenes sobre los adultos mayores o que la decisión de a quién atender podría dejarse al azar: literalmente decía que mediante un “volado”.

Germán Cruz Silva, juez Segundo en Materia Administrativa, otorgó un amparo en el que precisó que las autoridades no deben aplicar ninguna guía o protocolo que dé preferencia a unos pacientes sobre otros.

El Consejo de Salubridad se cimbró cuando, hace dos semanas, Enrique Graue, rector de la UNAM rechazó la guía. El Consejo debió dar marcha atrás y, en el borrador más reciente con fecha 20 de abril, revelado en La Silla Rota ese mismo día, antes que otros medios, se quitó esa frase y la del “volado”.

Se mantiene la utilización de la escala SOFA (Sequential Organ Failure Assessment) para determinar la puntuación de cada paciente con base en los criterios antes señalados, en este caso se le otorgará prioridad de recursos a los que obtengan el menor puntaje, ya que son los que tienen mayor probabilidad de beneficiarse del tratamiento.

En el documento del Consejo se indica que “cuando la puntuación sea idéntica, entonces la decisión sobre quién recibirá acceso a los recursos escasos deberá de tomarse de forma aleatoria y transparente”.

Carlos Guerra, neurólogo y especialista en bioética, dijo a la reportera Mariluz Roldán “hay que procurar que la persona que esté frente a la muerte, la viva de la manera más digna posible, que no muera solo, que no muera con dolor ni abandonado o discriminado”.

Asunción Álvarez del Río, integrante del Colegio de Bioética, recordó que la población debe tener claro que debido a la pandemia de covid-19 los servicios de salud se van a ver rebasados y en esa situación se van a tener que tomar decisiones para ver a quién se asignan tratamientos, porque no va a haber para todos.

Aunque el criterio de la edad fue eliminado de la guía, Álvarez del Río opina:
“A mí no me parecía tan mal, en lo particular, me parece que sí tiene sentido pensar que a la vida de los jóvenes les falta mucho por vivir y que sí podría ser una razón para privilegiarlos, pero reconocemos que esto podría ser discriminatorio”.

“Todos los días en los hospitales de México, y en el mundo, los médicos de esas áreas críticas toman esas decisiones, porque diariamente nuestro sistema está saturado de pacientes covid o no covid”, considera Carlos Guerra.

En la Mesa de Opinión en El Heraldo Radio (98.5 FM) que conducimos Alfredo González, director editorial del periódico El Heraldo de México, platicamos el jueves pasado sobre el tema con Francisco Moreno Sánchez, médico internista e Infectólogo del Centro Médico ABC, quien dice que espera “nunca estar en los que tienen que decidir, ya es demasiada carga sufrir lo que vemos con los pacientes”.

Moreno Sánchez recordó que en España e Italia se tomaron en cuenta ciertos factores para atender a pacientes con covid-19 ante la falta de recursos para dar servicio a todos. Algunos de los aspectos que se analizaron en esos países fueron la edad, las comorbilidades, si estaba embarazada, porque se trata de dos vidas, y el número de personas que dependen del paciente.

Sobre el tema de la edad, dijo que “es evidente que esta enfermedad acaba más con la gente mayor y con gente enferma, no me sorprende que así lo hayan establecido en un principio. Puede uno estar de acuerdo o no, pero se hizo en el Titanic. Es dar la oportunidad a quien más chance tiene de vivir”.

Alejandro Macías, médico infectólogo internista que en 2009 fue comisionado nacional para la atención de la influenza en México, nos comentó que en condiciones normales no existe ninguna guía para actuar cuando no hay suficientes recursos para pacientes críticos, por lo que “cada quien actúa de acuerdo a lo que le dicta su conciencia”.

Amparo Vera, representante de la Asamblea Nacional de Médicos Residentes, señaló que en teoría todos los hospitales tienen comités de bioética, los cuales son llamados cuando surgen discrepancias sobre la atención a los pacientes.

El Consejo de Salubridad se dio 10 días para aprobar la nueva Guía. Ya eliminó los sinsentido que pretendía. Esta semana veremos el resultado final.

Punto y aparte. El 2019 fue un desastre para el sector salud. El primer golpe fue la renuncia de Germán Martínez Cázares a la dirección general del IMSS por las groseras intervenciones de Raquel Buenrostro, como oficial mayor de Hacienda. Aunque hoy ella despacha en el SAT -donde sigue haciendo de las suyas, pero alguien debería recordarle que el poder que recibe de López Obrador tiene caducidad y dura seis años- habría que revisar hasta dónde ella es responsable de que las instituciones de salud hoy estén tronándose los dedos por covid-19. Sus tijeretazos a presupuestos, el desastre en las adquisiciones de medicinas e implementos médicos se suman a la herencia de los llamados “gobiernos neoliberales”.

Punto final. Hace algunos años científicos que se podían considerar de izquierda se expresaban con mucho respeto intelectual de la doctora María Elena Álvarez-Buylla Roces. Pero su incursión en la 4T como directora del Conacyt ha sido una historia de escándalos por gastos “fifis”, para usar el léxico de López Obrador, y otros francamente cuestionables. Pero como la Secretaria de la Función Pública se encarga de tapar a los fieles a la 4T seguramente no pasará de periodicazos. Hace unos días compareció ante los medios en la conferencia nocturna del subsecretario Hugo López-Gatell. “Ciencia neoliberal” fue lo que más llamó la atención de sus palabras, no así su anuncio sobre respiradores o ventiladores para pacientes covid-19. Despotricar de esa “ciencia neoliberal”, donde ella se formó y creció como científica solo se puede describir de una forma: escupe al cielo. Pd. El doctor Shahen Hacyan, uno de los más respetados teóricos de la física en México, envió una carta de lector al periódico Reforma. Es contundente al recordar a Álvarez-Buylla cómo los nazis hablaban de “ciencia judía” y “ciencia aria”. Y que en la URSS de Stalin se dividió entre “ciencia burguesa” y “ciencia proletaria”. Doctora, ¿no sería mejor que haga más ciencia y menos grilla? ¿No sería mejor que la 4T alcanzara el sueño de décadas de los científicos mexicanos de superar el 1% del PIB para ciencia?