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Covid-19 como riesgo profesional, un fraude

El personal de Medicina del Trabajo del IMSS hace todo lo posible para evitar se reconozca el virus SARS-CoV-2 como enfermedad profesional. | Manuel Fuentes

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Escrito en OPINIÓN el


La Circular 09 90 01 300000/068/2020 emitida por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de fecha 3 de abril de 2020, que reconoce al covid-19 como enfermedad de trabajo, ha resultado un verdadero engaño para los trabajadores que han contraído este virus. 

La Circular de cuento señala que se les reconocerá como enfermedad profesional  a quienes sean trabajadores del sector salud público o privado entre los que se encuentran médicos, enfermeras, personal de servicios auxiliares de diagnóstico (laboratorio y gabinete), asistentes médicas, trabajo social, terapia respiratoria, dietología, servicios de intendencias, auxiliares del servicio de patología y cualquier otro puesto de trabajo que tenga contacto con pacientes en los servicios de consulta externa, urgencias, admisión continua, terapia intensiva, entre otras. 

En la última semana se han presentado casos del personal del sector salud entre los que se encuentran médicos y enfermeras que laboraban en el IMSS y a quienes se les ha diagnosticado como causa de su muerte ¡una enfermedad general!, a pesar de que la Circular de cuento dice que el coronavirus debe ser considerado como una enfermedad profesional. 

Hay casos documentados en que los trabajadores de salud lamentablemente fallecidos por covid-19, solicitaron se les otorgaran equipos de protección necesarios para evitar tal infección, sin embargo, nunca les fueron entregados. El cinismo es que ya fallecidos se les dictaminó su muerte como enfermedad general. 

Otro tipo de trabajadores que supuestamente están protegidos por la Circular y que no laboran en los centros hospitalarios, su situación es más desventajosa a pesar de tener múltiples interacciones con el público en general, como quienes desempeñan actividades relacionadas con la preparación del servicio de alimentos y de bebidas, de transportación, financieros y de seguridad, de alojamiento temporal, incluso a trabajadoras del hogar, a los que generalmente no se les reconoce la afección de este virus como profesional, pretextando otro tipo de enfermedades.

Los afectados, no necesariamente del sector salud, deben demostrar haber estado expuestos a la infección por SARS-CoV-2 en ejercicio o con motivo de su trabajo, es decir haber contado con mayor riesgo de contagio que la población en general, sobre todo si desempeñaba una actividad laboral considerada como esencial.

Sin embargo, es absurdo se imponga a los trabajadores infectados o a sus familiares acreditar que estuvieron expuestos a la infección por SARS-CoV-2, porque su sola actividad debería ser suficiente para ello, sin embargo, “Salud en el Trabajo” del IMSS (antes área de Medicina del Trabajo) encargada de hacer el trabajo sucio y de dictaminar los riesgos de trabajo opina diferente.

Lo que ha ocurrido en los últimos días es que cuando un trabajador enferma y acude a su clínica del IMSS para su atención, allí le diagnostican distintas enfermedades como afecciones en la garganta, laringitis, neumonía atípica, incluso hipertensión, diabetes y obesidad crónica, y aun cuando después le sea diagnosticada la enfermedad de covid-19, esta no se le reconoce como enfermedad de trabajo, aduciendo otras causas.

El personal médico que se encuentra adscrito a “Salud en el Trabajo” del IMSS hace todo lo posible para evitar se reconozca el virus SARS-CoV-2 como enfermedad profesional. 

Si a un trabajador se le dictamina este virus como enfermedad de trabajo se le cubrirá un subsidio del equivalente al 100% de su salario más prestaciones legales, pero si se le reconoce como enfermedad general recibe únicamente el 60% del promedio de su salario base de cotización de las últimas 52 semanas. 

El Director General del IMSS, Zoé Alejandro Robledo Aburto, quien se encuentra atrincherado en sus oficinas de avenida Paseo de la Reforma 476, desde que apareció este virus no se acerca a los hospitales para constatar la entrega de los equipos de protección al personal médico, todo lo hace a distancia, ya que sabe se encontrará con numerosos reclamos por su indolencia. 

Las protestas de la falta de equipamiento médico se siguen dando en toda la República, y el número de infectados del personal de salud crece precisamente por la falta de estos insumos. 

Zoé Robledo además permite que la circular emitida por la institución que dirige sea una auténtica burla para los trabajadores, no solo para los del IMSS de los que es responsable, sino también de aquellos que por sus labores se encuentran expuestos a la enfermedad del covid-19. 

El problema se agrava porque a la fecha existen cerca de 600 mil trabajadores que han sido dados de baja del IMSS quedando “protegidos” únicamente por 56 días. Más aun los que no tienen seguridad social y quienes al sufrir la enfermedad derivada de la pandemia no tienen ningún tipo de protección. 

Es lamentable existan directivos a cargo de instituciones como el IMSS, más en estos momentos de crisis por los efectos de la pandemia que afectan principalmente a los trabajadores y a los de menos ingresos, que carezcan de congruencia y sentido social.