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Cosquilleo mental viendo al futuro

Facebook se va a convertir en la primera organización que pueda predecir con un grado mínimo de error el comportamiento humano.

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Escrito en OPINIÓN el

Facebook se va a convertir en la primera organización que pueda predecir con un grado mínimo de error el comportamiento humano. Si logra dejar de sangrar millennials a partir de las estrategias que aplica semana tras semana podrá recopilar una cantidad de información cuyas aplicaciones a futuro servirán para saber, antes que el consumidor, sus intereses y deseos.

 

Las aplicaciones son muchas y variadas, tanto para gobiernos como para empresas el hecho de poder predecir el comportamiento humano permitiría aplicar teorías económicas y políticas nunca antes vistas, de mayor arrojo y dinamismo y poder experimentar una conciencia parecida a la del enjambre.

 

La interconexión que estamos viviendo día a día nos aparta cada vez más del mundo físico y nos acerca más al mundo de las ideas, los conceptos (como la basura) abundan en la red y no es difícil imaginar un mundo sin fronteras ni obstáculos de lenguaje en donde los seres humanos puedan convivir y relacionarse generando riqueza en todos los aspectos de su cotidianidad.

 

La visión cataclísmica y terrible de la era digital en donde más que nunca creemos que estamos perdiendo humanidad me resulta tanto anacrónica como poco informada, estamos palpando día a día un paso más de nuestra evolución, a diferencia de antes los teléfonos celulares son propiedad del usuario y una extensión de su ser, una parte de su cuerpo, de su persona; imagínate en un café charlando con tu pareja o amistades cuando de repente uno de ellos toma tu celular para hacer una llamada, el acto mismo representa una agresión y una invasión a la intimidad ya que es precisamente en el dispositivo que tenemos alojados recuerdos e información que nos permiten funcionar en sociedad.

 

El mundo se queja de las herramientas pero las utiliza en todo momento, habla de la deshumanización actual y es ahora más que nunca gracias a las redes que la vox populi se hace escuchar, hablan de la terrible desconexión del mundo real pero no valoran el hecho de poder conversar y ver a sus seres queridos diariamente aunque estén a miles de kilómetros de distancia.

 

Hoy las redes permiten la generación de contenido y calidad, dan voz a los que no la tenían y el talento se crece ante el centralismo, pierden terreno y poder los “dueños”de los gremios, los que se creen legítimos propietarios del arte, la cultura, la comunicación o la política y que dicen quién sí y quién no se publica, se lee, quién es funcionario y quién artista.

 

El mundo avanza a pasos agigantados y ahora más que nunca los ciclos no pueden ni deben ser medidos en 12 meses, nuestra vida y la relación que tenemos con la existencia sufre cambios casi imperceptibles cada 8 meses, ya que cada 8 meses se cumple una y otra vez la ley de Moore que establece la capacidad aumentada del microchip y su disminución correlativa de tamaño, impactando esto en dispositivos con mayores capacidades y más autonomía así como un mejoramiento en las redes sociales digitales que utilizamos para comunicarnos.

 

Hace menos de diez años un dispositivo táctil como el iPhone era tema de ciencia ficción y en menos de los siguientes diez tendremos dispositivos más inteligentes cuya asistencia y capacidades rebasen nuestra inteligencia; planteará un mundo completamente diferente al que vivimos ahora.

 

El descubrimiento de sí mismo es el viaje más emocionante que puede uno emprender, se requiere valor y arrojo ya que habrá sufrimiento y dolor pero el resultado es la ausencia de vacíos y el nutrimento que garantiza una vida plena y llena de emoción, eso es precisamente lo que estamos haciendo a través de las redes sociales, nos estamos descubriendo como raza humana.

 

¿Qué somos los humanos?

Para muchos tener “humanidad” es compasión, empatía, bondad, espiritualidad, evolución ante nuestro entorno pero también hemos sido capaces de las peores atrocidades, las imaginables y las inimaginables también, inventamos la dicotomía de Diablo y Dios porque viven dentro de cada uno de nosotros.

 

En 1961 Adolf Eichmann fue juzgado y sentenciado a muerte por su participación directa en el holocausto, tres meses después Stanley Milgram iniciaría una serie de experimentos de psicología social cuyo objetivo era entender con mayor claridad qué tanto influye en las personas la orden de un superior jerárquico sea o no fatal el resultado para otro humano.

 

Milgram los describió de la siguiente manera:

“Los aspectos legales y filosóficos de la obediencia son de enorme importancia, pero dicen muy poco sobre cómo la mayoría de la gente se comporta en situaciones concretas. Monté un simple experimento en la Universidad de Yale para probar cuánto dolor infligiría un ciudadano corriente a otra persona simplemente porque se lo pedían para un experimento científico. La férrea autoridad se impuso a los fuertes imperativos morales de los sujetos (participantes) de lastimar a otros y, con los gritos de las víctimas sonando en los oídos de los sujetos (participantes), la autoridad subyugaba con mayor frecuencia. La extrema buena voluntad de los adultos de aceptar casi cualquier requerimiento ordenado por la autoridad constituye el principal descubrimiento del estudio”.

 

Stanley Milgram. The Perils of Obedience (Los peligros de la obediencia. 1974)

Alrededor de un 65% de los sujetos administró la dosis máxima de 450 voltios a otro ser humano, en el estudio representado por un actor contratado para llevarlo a cabo.

 

Vivimos una era en donde todo está cambiando y las grandes organizaciones y empresas tienen un reto fundamental: El dinamismo y la capacidad de respuesta, no hacerlo las convertirá rápidamente en elefantes blancos, tanto gobiernos como transnacionales, medios tradicionales y alternativos.

 

La pregunta es: ¿estás preparado?

 

@_TORRESBERNAL