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Controlismo

Esta nueva era controlista es el comienzo de grandes transformaciones en un contexto de controlismo total. l José Luis Castillejos

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Escrito en OPINIÓN el

Al amparo del covid-19 se está fraguando un Estado represivo e hipercontrolador, a nivel mundial, amparado en el miedo que se potencia desde los medios masivos.

Es la misma historia repetida del 11-S que sirvió para meter miedo y después vino el control de los viajes, las comunicaciones móviles, emails e intimidad hasta que Snowden lo filtró, según el especialista en comunicación, marketing digital y diseño, Marcos Fonruge Vela.

Con el 11-S se abrieron las puertas a la intimidad y con el covid se entrega vuestra libertad.

“Ahora, con el coronavirus, entregáis vuestra libertad, la inviolabilidad de vuestros hogares, la posibilidad de tener o no trabajo, amenazados con la posible existencia de un pasaporte de inmunidad que atenta contra la confidencialidad de tu condición médica”, precisó.

“E incluso os dejáis rastrear y decís abiertamente dónde estuvisteis, cuándo, con quién y durante cuánto tiempo, en pro de la "trazabilidad" de un virus que, incluso con esos datos, no saben controlar porque es una fuerza de la naturaleza”, señaló el también director general creativo de la Agencia Cálica

Todos ellos, datos fácilmente malversables, a cambio de una falsa sensación de seguridad, comentó el también académico de nacionalidad española, afincado en Lima, Perú.

En el fragor de esta pandemia se enfrenta a hermanos contra hermanos, vecinos contra vecinos. Nos quieren comportándonos como policías de nosotros mismos y nuestros conciudadanos.

Mientras tanto, matan a Floyd o, más recientemente, a Giovanni López, porque no tenía mascarilla y porque los Estados tienen el poder que les damos ciegamente. Y nadie se atreve a decir NO, en el acto, por miedo a ser el siguiente.

¿Acaso no somos una sociedad madura, capaz de superar la pandemia con autocontrol y gestión científica, que necesitamos entregar todos nuestros derechos a alguien con un arma y muchas ganas de usarla?

¿Acaso somos niños aún, sometidos al eterno argumento de “a mi me duele más que a ti” y “es por tu bien”? ¿Acaso no vemos el peligro?, preguntó.

En el 50 a.C, los bárbaros amenazaban Roma. Los ciudadanos, por miedo, entregaron todas sus libertades a un único general, con una orden: “Haz lo que sea necesario para expulsar a los enemigos y luego, devuelve el poder al Senado”. A esa figura se le llamó "enemigo a las puertas"; el general designado, Julio César.

Jamás devolvió todo el poder entregado, se enquistó en el poder tras una guerra civil y marcó el inicio de una sucesión de dictadores tiranos llamados "emperadores" que sólo acabó con la destrucción de aquella civilización.

Llegará un día en que alguien vaya a por vosotros y ya no quede nadie para defenderos.

George Floyd y Giovanni López son víctimas de un sistema represivo que permitimos con nuestra docilidad, creyendo ciegamente en la eterna falacia de “somos del Gobierno y estamos aquí para ayudarle” o en la más internacional “to serve and protect”.

“Poned todas las pantallas negras y todos los lacitos que queráis en vuestros perfiles, haced todos los tik-toks que queráis pero, si no hacéis nada real y transformador, llegará un día en que alguien vaya a por vosotros y ya no quede nadie para defenderos”, comentó el académico.

Cuánta razón tiene Fonruge Vela. ¿Hacia dónde vamos? Esta nueva era controlista es el comienzo de grandes transformaciones en un contexto de controlismo total.

En países como Perú ya se deja sentir la presencia de un Estado represivo y totalmente controlador. Nadie sale a las calles sin autorización oficial y quien se pase de la raya es enviado, sin mayor consideración, a la cárcel.

Existen dos posiciones: la que apunta que los gobiernos deben literalmente encerrar en sus casas a los ciudadanos y, la otra, es que millones de pobres tienen que trabajar y, por tanto, deben salir a la calle pese a la pandemia que está en su pico más alto.

En diversos municipios de México, el gobierno controla la entrada y salida de los ciudadanos. No hay libre tránsito y ello viola la Carta Magna.

La drástica medida del “quédate en casa” no ha dado el resultado esperado. Suman miles los enfermos y el caudal de fallecidos ya es alarmante.

Meter miedo en la población, al amparo del covid, parece que será el futuro de las empobrecidas naciones latinoamericanas. En otras partes del mundo tampoco se cantan mal las rancheras.