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Control de crisis

Cuando creíamos que difícilmente podrían enredarse más... | Julio Castillo

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Escrito en OPINIÓN el

Más de una vez he explicado en este espacio como la historiadora Barbara Tuchman en su obra La Marcha de la Locura, analiza la insensatez en los gobernantes, sus malas decisiones y cómo muchas veces un error los lleva a una espiral de errores de la que después no pueden salir… El gobierno de López Obrador ha caído en varias y no ha podido salir; del aeropuerto a las tonterías que han costado miles de vidas por mal manejo de la pandemia han pasado sus grandes errores apostándole a cortinas de humo y al olvido, pero frente a la “Casa del Bienestar” del hijo de López Obrador cada vez que el presidente y su hijo intentan darle la vuelta más, se hunden en su propia corrupción, además, la crisis ha hecho más evidente el carácter autoritario de un presidente que cada vez se acorrala más y se pone más violento contra sus opositores. Algunos comentarios:

· El conflicto de intereses fue evidente y se quedó sin aclaración en tiempo y forma… la casa con sus lujos y gran alberca la vimos, los contratos de PEMEX con la petrolera norteamericana fueron confirmados (también la ampliación de contratos) y además conocemos que la esposa del hijo del presidente se dedica a ser cabildera (que promueve intereses y coloca contratos frente a gobiernos).

· A lo anterior López Obrador en un desplante de cinismo total dijo que “al parecer la señora tiene dinero” y claro que lo tiene y lo obtuvo colocando contratos con PEMEX gracias a que se casó con su hijo en un claro conflicto de interés.

· Después el presidente López Obrador inició una cruzada contra el periodista que destapó todo, Carlos Loret de Mola. Ya no se trató de la corrupción del hijo de López Obrador o del claro conflicto de intereses, sino de insultos a comunicadores y de “cuánto gana Loret” y el presidente, rompiendo la Constitución y varias leyes secundarias, en un claro abuso de poder presentó (con faltas de ortografía) los ingresos fiscales del periodista. Para quien todavía le quede duda, esta es justa la reacción que tendría un dictador autoritario.

· López Obrador ingenuamente creía que con atacar al periodista Carlos Loret se acabaría el problema, pero en realidad lo hizo mucho más grande y se metió en un problema mayor… a estas alturas ya no es solamente un caso de corrupción y conflicto de intereses, ahora además es un caso de abuso de poder y de autoritarismo cínico… y la noticia sigue creciendo gracias a la persecución.

· Cuando creíamos que difícilmente podrían enredarse más, salió el hijo de López Obrador con un comunicado a intentar explicar… tarde, sin sustento y absurdamente. Dijo que trabajaba en Estados Unidos para una empresa como asesor legal y más tardó en salir su comunicado de lo que tardaron en salir varios temas: la empresa es claramente apócrifa, no tiene redes sociales, su web es de reciente creación, las imágenes del único video de la web son robadas y la historia de la empresa que aparece es la de los hijos de un contratista del Tren Maya (alguien que incluso acompañó a AMLO a Estados Unidos), además, fue un reportero a investigar las instalaciones y no encontró lo que dicen ser y no está de más recordar que para trabajar en Estados Unidos como abogado se necesita, pues ser abogado (el hijo de López Obrador no tiene una cédula profesional registrada) y pasar el examen llamado de la Barra para poder ejercer en Texas… además de tener una visa que le permita trabajar y pagar impuestos… nada de eso parece estar en orden.

· Por cierto, existe otro conflicto de intereses que no ha sido expuesto en esta misma ecuación… el grupo Vidanta, que le pertenece a Daniel Chávez, consultor del Tren Maya y padre de los dueños de la empresa en donde supuestamente labora el hijo incómodo… en dichos hoteles se venden malteadas de chocolate de la “Finca Rocío” que pertenece a los hijos de López Obrador… trabaja para el presidente, viaja con el presidente y le tiene que comprar chocolate a los hijos… otro conflicto de interés.

En fin, ahora lo que era un caso de corrupción y de evidente conflicto de intereses, se convirtió en dos casos de corrupción y evidente conflicto de intereses, y un caso serio de persecución política y abuso de poder… Lo peor es que me imagino perfecto que el “control de crisis” por parte de José Ramón López Beltrán fue seguramente un intento de un adolescente bastante tonto (y bastante fuera de tiempo porque tiene casi 41 años), con sus amigos ricos, de reparar el daño que le hizo a su padre… y le están haciendo mucho más…