Main logo

Contradicciones

Por un lado, el ala radical del gobierno sugiere que se extremen las medidas sanitarias, y el ala blanda, se plantea normalizar todo. | José Luis Castillejos

Por
Escrito en OPINIÓN el

Regresar a la “normalidad”, en un contexto de galopante expansión del coronavirus, no solamente es irresponsable sino criminal y los realizadores de este disparate deberán rendir cuentas por delitos de lesa humanidad.

Es ilógico levantar, sin estudios de por medio, la prohibición del “quédate en casa” en municipios donde no se han reportado contagios por covid-19. Nadie garantiza que no se vayan a contagiar los habitantes.

Ah, pero la 4T da por descartado que vaya a expandirse la pandemia, sin tomar en cuenta que con la movilización de personas también cabalga la pandemia y puede generar daños peores a los ya reportados.

Hay una serie de contradicciones en el gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

Por un lado, el ala radical de su administración sugiere que se extremen las medidas sanitarias, que se cierren fronteras y, de la otra, el ala blanda, plantea normalizar todo antes de que la economía colapse.

¿A quién creerle? ¿Quién tiene la razón? ¿Qué intereses se esconden? ¿Cuál es la estrategia, de un lado de mantener encerrados a los mexicanos y, de la otra, proponer abrir todo?

Los habitantes de este empobrecido país están confundidos y ya no saben a quién hacerle caso, si a los Secretarios de Salud de los respectivos estados que conforman el país, o a Mr. Gatell que lleva la batuta en el tema.

Estamos, según la OMS, en una etapa crítica. Pero hay quienes consideran que el gobierno mexicano se está aprovechando para llevar agua a su molino y hacer turbios negocios con los respiradores artificiales.

Esos respiradores han sido sobrevalorados en medio de un gran escándalo que salpica al propio Andrés Manuel López Obrador, ya que el hijo de uno de sus colaboradores, Manuel Bartlett Díaz, quiso hacerse el vivo y sorprender al IMSS.

Si se da el retorno masivo a la normalidad de los mexicanos tengamos por seguro que no alcanzarán los respiradores para atender a los enfermos, principalmente de la tercera edad, afectados de cáncer, riñones, diabetes y presión arterial alta.

Aquí sí podría generarse un grave problema de salud con miles de muertes y deberán responder por ello aquellos que han apostado por dejar de lado el “quédate en casa” y volver todo a la normalidad.

Paralelamente se da la posición de que si el país no comienza de inmediato sus actividades no podrá frenar la peor de las crisis económicas de que se tenga memoria.

Ángel Mario Kheseratto Flores en un análisis sobre el tema considera un error de cálculo del presidente de la República pretender normalizar la vida de los mexicanos. Más bien siente que es un capricho personal de Andrés Manuel López Obrador.

Las cifras –con todo y que se manipulen, maquillen u oculten– son aterradoras, devastadoras y las débiles medidas previas a la llegada del covid-19 y las tomadas a regañadientes, durante los primeros casos de contagio, fueron insuficientes.

A ello se añade la falta de capacidad, la ausencia de un equipo de crisis, la pésima estructura hospitalaria, la escasez de medicamentos y el poco personal médico. Y la corrupción que sigue robusta e intocable, indicó Kheseratto Flores.

Según diversos análisis, Chiapas es uno de los estados que debe volver a la “normalidad” pero la verdad es que con la presencia de muchos migrantes en la región costa y la llegada de turistas a la zona de los Altos el problema sigue aumentando.

En ese contexto, los mexicanos no tienen forma de cómo defenderse. México le ha cerrado las puertas de los tribunales constitucionales y, por tanto, la gente no puede denunciar atropellos del Gobierno como cerrar ingresos de diversos municipios y parques.

Nadie puede interponer un amparo en contra de la administración de Andrés Manuel López Obrador.

Todo está cerrado y bajo la teoría del miedo el gobierno pretende expandir sus prohibiciones en muchas regiones, excepto en los municipios donde no se haya expandido el coronavirus.

Este es un terrorismo de Estado y por su teoría del miedo deberá responder AMLO y su camarilla.

Hay una violación material al libre tránsito y nadie puede quejarse contra este capitán del barco al que los mexicanos ya le perdieron la confianza.