La indecisión de los capitales nacionales y extranjeros por permanecer en el país empezó a preocupar al gobierno federal. La fragilidad del estado de derecho y la violación constante a los acuerdos y leyes, mantiene en vilo a grandes compañías quienes no están convencidas de ampliar su inversión en el país, y por lo pronto, ya empezaron a buscan opciones más viables en otras naciones de América Latina.
Nos cuentan que el constante incumplimiento de las leyes ya generó un efecto negativo en el ánimo de los capitales en particular aquellos que se relacionan con el sector de energía, hidrocarburos y laboral.
Sin embargo, no todas son malas noticias, ya que para el cierre de este año la economía mexicana podría registrar un crecimiento de 5.3% que será impulsado, no por las políticas y decisiones internas, sino por el dinamismo de la economía estadounidense que para 2021 podría avanzar poco más de 6.5% del PIB.
Esta mejor expectativa se logrará muy a pesar de que el gobierno del presidente López Obrador, se acabó los “guardaditos” y los fondos que se heredaron de la anterior administración, lo que sin duda obligará a recurrir a un mayor endeudamiento público para cubrir los programas sociales a los que se comprometió.
Nos cuentan que aún con el avance de la economía para este año, el crecimiento promedio seguirá siendo mediocre. No obstante, nos dicen que un ancla importante en los siguientes meses dependerá de una estrategia exitosa para frenar los contagios del covid-19; de ocurrir esto, actividades como el turismo, hotelería y el sector restaurantero podrían contribuir con una recuperación más rápida y sostenida.
Pero sin duda uno de los riesgos que más preocupa a los especialistas es que se complique la relación entre México y Estados Unidos a causa del tema migratorio, ya que en los últimos meses los mayores flujos de ingresos ilegales fueron de mexicanos y no de centroamericanos, esto ante el desplome de la economía nacional. Sin embargo, este entorno lo aprovechará muy bien el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien continuará con el intercambio de vacunas a cambio de mayores controles en las fronteras.
Incluso, ya se prepara para los próximos días una reunión virtual entre López Obrador y la vicepresidente de la Unión Americana, Kamala Harris para hablar nuevamente de ese tema. Otro punto que podría incluirse en la agenda binacional se relaciona con la política en materia de hidrocarburos y el regreso a energías sucias que apoya el mandatario mexicano.
Nos adelantan que es muy probable en las siguientes semanas se anuncie una nueva donación de vacunas del vecino país a México a cambio de revertir políticas migratorias y aquellas que tengan un impacto importante en las empresas estadunidenses
Así las cosas…