Las diferencias motivadas por los géneros, el color de piel, las creencias religiosas, las orientaciones sexuales, las identidades de género, las condiciones de salud, las cuestiones socioeconómicas, entre muchos otros factores que definen a los seres humanos, han generado distinciones y exclusiones, mermando a muchas personas de oportunidades para gozar de una vida digna y plena.
A propósito del mes del trato igualitario o de la no discriminación que se celebra en nuestro país, y que como señalé en la columna de la semana pasada, tiene casi una década de impulsarse con el objetivo de propiciar entornos favorables para todas las personas, comparto la publicación de “Conexión”, un libro de la poete y artiste Kae Tempest, recién llegado a las estanterías mexicanas por medio de Editorial Sexto Piso.
Uno de los primeros textos con lenguaje totalmente no binario, parte de la premisa de generar conciencia entre todas las personas para impulsar las empatías y establecer relaciones más profundas entre todos los seres y el entorno, tomando en cuenta que nadie es igual a otra, otro u otre, y esas diferencias son muy importantes en la trayectoria de vida de todas, todos y todes.
¿Cómo lograrlo en un mundo interconectado de manera excesiva en el que dicho exceso de comunicación ha derivado en la extrapolación de opiniones a tal grado que resulta impensable la interrelación? Uno de los caminos es el de la creatividad, como lo propone la/él/elle también interprete de hip hop y rimas transgresoras y cuestionadoras del mundo binario y las hegemonías preponderantes.
Entendiendo a la creatividad como esa capacidad de sentir asombro y el deseo de responder ante aquello que le deslumbra, de dar una respuesta a alguna inquietud y estimular a alguna acción, no necesariamente artística, ni con la esperanza de una gran obra, sino, que en la cotidianeidad, en su vida diaria, en sus relaciones cotidianas pueda ayudarle a vincularse de mejor manera con su entorno.
Esta vinculación sería la conexión, que de acuerdo con Tempest, es la sensación de aterrizar en tiempo presente; vivir una inmersión en lo que ocupa a cada persona y que preste toda su atención a esa experiencia. En cierto sentido, el aprender a ubicarse en el “justo aquí” y aprovecharle.
Entonces conjuntándose la conexión con la creatividad surge la conexión creativa que podría entenderse como el uso de la creatividad para acceder a la conexión y sentirla, y que las personas y quienes estén en conjunto puedan interconectarse mejor y desarrollar una empatía, es capacidad de escuchar al otro, la otra y el otre, tanto a quienes comparten mis ideas como a quienes no.
Escrito bajo el esquema de los pasos a seguir para llevar a cabo un espectáculo comenzando con el montaje, la prueba de sonido, la apertura de puertas, los teloneros, la preparación, el salir al escenario y el sentirlo a fin de dar cuenta de que la belleza y el culmen de las experiencias en el mundo están más a la mano de lo que se piensa.
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Fuertes llamados en contra de la política en contra de los refugiados en Europa y otros rincones del mundo y de las formas en cómo el planeta y algunas de sus partes han sido devastadas como consecuencia del colonialismo son el eje de la obra del Premio Nobel de Literatura 2021, Abdulrazak Gurnah, de origen tanzanio, poco traducido al español, quien llegó al Reino Unido en calidad de refugiado tras huir de las persecuciones de musulmanes en su país y cuya obra nos sirve para reflexionar sobre la otredad y la diferencia e invita a esa conexión entre seres humanos, pues, después de haber sido galardonado el pasado jueves, una de sus primeras declaraciones consistió en un llamado al diálogo entre culturas y entre personas, ya que, cada quien, desde sus diferencia, tiene algo que aportar a este mundo.