Main logo

"Con Trump es tiempo de canallas"

Las políticas neoproteccionsitas de Trump y el Brexit obligan a México a revisar su política económica neoliberal.

Por
Escrito en OPINIÓN el

 

 Aún no se dimensiona lo que realmente le espera a nuestra economía en el futuro inmediato.

 

Las medidas proteccionistas que ha anunciado el presidente electo Donald Trump, y los avances que ha obtenido aún antes de asumir su cargo, no son buenas noticias para los neoliberales mexicanos.

 

En sólo cinco días consiguió que casi dos mil nuevos empleos no vinieran a México, al conseguir que dos empresas trasnacionales que tenían planeado instalarse en el país, cancelaran sus planes de expansión.

 

Hablamos de la fabricante de aires acondicionados, Carrier, y la línea de producción de un modelo de autos de la Ford.

 

El impuesto de 35% a las empresas que salgan de Estados Unidos y pretendan luego vender sus productos en el país, significa en los hechos la cancelación del Tratado de Libre Comercio.

 

Ese era el impuesto que imponían en promedio los Estados Unidos a los productos extranjeros hace 30 años.

 

Lo más preocupante es que Estados Unidos no es el único país que está regresando al proteccionismo.

 

El Brexit en Gran Bretaña es una modalidad proteccionista. Y lo mismo puede decirse del triunfo del No a las reformas constitucionales en Italia, el pasado fin de semana, que podrían terminar por separar a Italia de la Unión Europea.

 

En España, Austria y Francia, hay partidos políticos que están ganando simpatías entre los ciudadanos con la bandera de no más tratados de libre comercio y a favor de cerrar sus economías al exterior.

 

Es el costo que está pagando la globalización por haber acrecentado la desigualdad social y económica en todos lados.

 

¿Ante este avance del neoproteccionismo qué puede hacer México?

 

Tiene que hacer lo que olvidó hacer en los últimos 25 años: voltear al mercado interno y fortalecerlo.

 

¿Cómo? Aquí algunas medidas:

 

Rectoría del Estado en el sector energético (petróleo y energía eléctrica).

 

Aranceles a las importaciones manufactureras y de productos agropecuarios.

 

Reducción de impuestos a las empresas con alto contenido o integración nacional.

 

Reducción de las tarifas de luz y combustibles a niveles competitivos. Hoy es más cara la gasolina en México que en los Estados Unidos.

 

Aumentos salariales competitivos y vinculados a la productividad.

 

Adelgazamiento drástico del aparato burocrático y del gasto corriente, a fin de disponer de recursos públicos para invertir en infraestructura y en el gasto social.

 

Tope a la deuda pública.

 

Combate frontal al ICA o “impuesto a la corrupción agregada” que se chupa el 15% del gasto público.

 

Economía mixta (público-privada) en sectores industriales estratégicos.

 

Reducción del IVA en las frontera norte.

 

Declarar Zonas de Libre Comercio y Estímulos Fiscales a la frontera sur y al Istmo, para desarrollarlas.

 

Y algo vital y estratégico: Reinvertir en el campo para volver a ser autosuficientes en maíz, frijol, trigo y arroz.

 

El neoproteccionismo norteamericano y europeo lograrán, por fin, hacer viable una vieja demanda de la izquierda mexicana: la revisión de la política económica neoliberal, a fin de crecer a tasas mayores al mediocre 2% actual, generar los empleos que tanto demandan los mexicanos que emigran a los Estados Unidos y dar oportunidad de una mejor vida a las nuevas generaciones.

 

@RicardoMonrealA

@OpinionLSR