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Colima: ‘Espejo de discordias’

El PRI y sus rémoras Verde y Panal, gobernarán con una minoría de los colimenses a su favor.

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Escrito en OPINIÓN el

¿Quién lo iba a decir? Un estado de la República que la mayor parte del tiempo ha vivido en paz, a pesar de guerras y quebrantos nacionales, a pesar de intervenciones francesas insospechadas y de revoluciones sin principio ni fin, Colima despierta por estos días en medio del barrullo de un proceso electoral 2015 más en tono de dudas y beligerancia que de paz democrática y más con ganas de que la cosa no termine ahí: Aunque ya terminó.

 

Los dos contendientes son colimenses de rango y creación: Ignacio Peralta Sánchez (44) compitió con la coalición PRI-PVEM-Panal contra Jorge Luis Preciado Rodríguez (43) del PAN. Ambos se sentían con piernas de jinete para gobernar a uno de los estados más pequeños de la República pero también con más intensidades históricas y culturales.

 

Ambos han hecho carrera tanto en la administración local como en la nacional; ambos ostentan cercanías con el gran poder, como es el caso de Peralta con Enrique Peña Nieto, o de partido, como es la cercanía de Preciado con Gustavo Madero, quien lo hizo coordinador parlamentario del PAN en el Senado de la República, aunque de su pasado se recuerda su militancia en las juventudes priístas: Ambos lanzaron su cuarto a espadas para gobernar a Colima, con sus aproximados 750 mil habitantes contantes y sonantes.

 

El proceso electoral fue duro. Ambos decidieron por el compromiso, pero también, en el caso particular del panista, por la acusación y la descalificación. Está bien. Es parte del estilo mexicano de hacer campañas electorales: Un poco por la falta de costumbre democrática y también por falta de hábitos de contienda en base a ideas y compromisos  cumplidores. Muchos años sin democracia en el país causan estragos, y los estamos viviendo en toda la República…

 

En Colima, al final de cuentas –de voto por voto- ganó la elección por apenas 506 votos de diferencia el candidato Priísta que obtuvo 119,427 votos, en tanto que el panista consiguió 118,921. Los resultados tan aproximados se conocían desde la noche del domingo siete, pero no conformes los panistas siguieron la estrategia de descalificar los resultados, acusar fraude para irse voto por voto, aletargar así el proceso post electoral y llevarlo a tribunales.

 

Pero más allá de lo electoral y de la falta de calidad democrática que se expresa en todo el país, en Colima se vivió un fenómeno social inédito: El de mostrar como pocas veces antes a una sociedad dividida y fragmentada. Priístas-panistas-abstencionistas y anulistas: todo junto, pero por separado… Los votos por los partidos pequeños son insignificantes y no representan la voluntad colimense…

 

Es muy importante notar que un aproximado del 40 por ciento de los con derecho a voto se abstuvieron de acudir a las urnas en tanto que se anularon más de seis mil votos…

 

Esto es: El PRI y sus rémoras Verde y Panal, gobernarán con una minoría de los colimenses a su favor; prácticamente la mitad de los votantes decidieron por el PAN pero se quedan con las ganas de que el panismo haga asiento en la entidad; los abstencionistas no están con Peralta y los anulistas tacharon a todos por igual.

 

Y esto es: Esa división y fragmentación hace una fotografía distinta de la Colima que conocíamos. Ésta es una Colima en la que se asentará la dificultad para que Peralta consiga gobernar porque tendrá enfrente a una oposición panista ya beligerante e indignada, creyente fiel de que ahí hubo fraude y con esa canción musicalizarán todo el sexenio que sigue.

 

Un congreso de mayoría panista hará que el nuevo gobernador ejerza su responsabilidad con dificultades extremas. Esto será una detente para la entidad, pero sobre todo para el desarrollo productivo y creativo de todos. La política, indeseable por muchos, permea sus resultados en la vida cotidiana de todos… Esto es así y se expresará en políticas públicas de regateo y de dimes y diretes parlamentarios.

 

La gravedad de la situación radica, también, en que Colima tiene dos frentes de conflicto social y criminal en sus estados vecinos: Al sur con Michoacán y al oeste con Jalisco. La baja de reservas sociales por su división interna podría ser caldo de cultivo para una mayor penetración aun mayor del crimen organizado y de sus andanzas en tierra de paso.

 

El gobernador Peralta habrá de ser factor de integración, de gobierno de todos y para todos: Habrá de recuperar el tiempo perdido y garantizar que la seguridad del estado, su desarrollo económico y la igualdad con justicia sean su factor de unidad…

 

En tanto Preciado debe dejar, ya, la impugnación que no le llevará a ningún lado pero que sí puede exacerbar los ánimos de sus seguidores y votantes, de por sí exaltados pero que en democracia se deberán entender como oposición y, en toda democracia la oposición responsable e inteligente hace gobierno también: esto no hay que olvidarlo.

 

@joelhsantiago