Los focos rojos se empezaron a prender para el estado de Colima. Y las razones son muchas: Un creciente deterioro en sus finanzas por un aumento en el gasto, en particular de servicios personales, una posición limitada de liquidez y posibles incumplimientos en el pago de su deuda.
Incluso, hace apenas unos días la agencia internacional Fitch Ratings modificó la calificación a la calidad crediticia de Colima, ante la alta posibilidad de que ocurra un impago y redujo las valuaciones de los tres financiamientos que integran la deuda directa y las dejó en observación negativa.
En principio, la modificación en la calificación de Colima refleja la liquidación total de dos créditos de corto plazo que contrajo con BBVA Bancomer y HSBC, por 200 millones y 143.5 millones de pesos, respectivamente. Estos préstamos se incumplieron por un período menor a 30 días y se finiquitaron sin necesidad de acción judicial alguna.
El estado proporcionó a Fitch documentos oficiales que avalan el pago total de los créditos los pasados 25 y 26 de agosto de 2015. A la fecha, Colima está al corriente con el pago de todas sus obligaciones bancarias.
Pero a pesar de que éstos se finiquitaron con recursos de un financiamiento nuevo de corto plazo de 638 millones que se contrató con Banco Interacciones y debido a que se amortiza el monto total al vencimiento que es el 31 de diciembre de 2015, el riesgo de otro incumplimiento es real y sigue latente hasta que no se liquide.
El préstamo que pactó con Interacciones también sirvió para cubrir accesorios que se generaron por el incumplimiento, entre los que se incluye la constitución de una reserva de liquidez de 100 millones de pesos, refinanciar cadenas productivas y un crédito de corto plazo con Interacciones, cuyo saldo insoluto al 31 de julio de 2015 era de 62.5 millones de pesos. La contratación del empréstito tuvo el consentimiento del gobierno electo.
Ello se suma a un deterioro de las finanzas estatales ante el incremento del gasto operacional (gasto corriente y transferencias no etiquetadas), en particular de los servicios personales y del engrosamiento del pasivo circulante, cuyo monto ascendió a 1,993.9 millones de pesos, prácticamente el doble de lo que registró al cierre de 2014, en gran medida motivado por la contratación de 890 millones de pesos en préstamos a corto plazo.
Lo peor es que hay agencias como Fitch que aseguran que la calificación podría disminuir si se presenta un nuevo incumplimiento. Así las cosas, sólo falta esperar.
La última y nos vamos
A poco menos de un mes de que terminó el proceso para deslistarse de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), Grupo Modelo regresará pero representada con otro nombre: el de la belga AB InBev, que hace dos años concretó la compra del grupo que fundó Pablo Díez y Juan Sánchez Navarro.
Entonces, el consorcio europeo pagó por 20,100 millones de dólares por la totalidad de las acciones de Modelo.
La intención de los accionistas de la compañía es que en octubre se liste en la BMV, pero sin que exista una oferta público de por medio, por lo que el precio de los títulos lo fijará la oferta y la demanda, aunque será similar al que registra en los mercados donde cotiza, tal es el caso de Nueva York y su país de origen Bélgica. En ambas ronda en el equivalente a 107 dólares.