Sin Fiscal General, sin Fiscal Anticorrupción y sin Fiscal Electoral el país atraviesa por una grave crisis en la procuración de justicia.
Finalmente doblegaron a Santiago Nieto y éste reculó en su intención de que el Senado de la República objetara por mayoría simple su remoción como Titular de la FEPADE, apelando al artículo décimo octavo transitorio del Decreto de Reforma a la Constitución Política de la República de 2014.
Más allá del discurso justificatorio de que mantenerse en el cargo ahondaría la polarización política, su reversa parece obedecer a amenazas mafiosas en su contra. No se ha escrito el último capítulo de esta historia y seguramente la verdad saldrá a flote. El país pierde el último reducto institucional para buscar la procuración de justicia electoral.
Dado la magnitud de fuerzas políticas y sociales que empujaron por la permanencia de Santiago Nieto en el cargo, de haber seguido al frente de la institución habría adquirido un nivel de independencia sin precedente en la historia del país.
Sin embargo, el PRI y el Presidente Enrique Peña Nieto parecen haberse salido con la suya sin importar el grave costo político y el el enorme daño a las instituciones electorales. De igual manera Santiago Nieto no tuvo la fortaleza para enfrentar al sistema autoritario y convocar a la ciudadanía a defender su caso.
Hoy el país carece de órganos electorales confiables. El INE está sometido al PRI, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se ha convertido en un instrumento del régimen para golpear a los partidos hostiles al tricolor, y la FEPADE está por convertirse en una caricatura.
Toda esta situación se presenta en pleno proceso electoral. El PRI y el gobierno han perdido las formas y la ecuanimidad política. Es tal su descaro que solamente ahondarán en su desprestigio y en su deterioro.
Aún con árbitros cargados a su favor, el PRI está muy cerca de perder el poder, la ciudadanía habrá de poner las cosas en su lugar. Habrá alternancia en el 2018.