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Cinco puntos para coadyuvar en el relevo político en México

La atención a los grandes pendientes que tenemos en materia de educación, salud, trabajo y economía, requiere de nuevas formas de entendimiento político. | Areli Cano

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Escrito en OPINIÓN el

La transición de régimen derivada de la culminación del proceso comicial el 1 de julio pasado, ha puesto a nuestro país en los umbrales de un cambio histórico, ante un relevo que cristaliza una lucha dada desde la izquierda durante muchos años. Esta oportunidad histórica de implementar un enfoque radicalmente distinto al de los gobiernos anteriores merece los mejores esfuerzos de los actores políticos y sociales en aras de contribuir al bien común. Bajo este contexto, se delinean cinco puntos que pueden servir como base reflexiva en dicho sentido.

1.    Institucionalización de la participación ciudadana

Es un hecho que en México contamos con una ciudadanía más interesada en los asuntos públicos y exigente en cuanto a las respuestas que da el gobierno a los múltiples problemas de la sociedad mexicana. Por ello, el nuevo régimen tiene la oportunidad de construir cauces institucionales a esta efervescencia cívica, a través de la apertura de más espacios para la participación efectiva –no de oropel-, en la toma de decisiones. Es tiempo de que se actualice la coincidencia entre los esfuerzos de la sociedad civil y el entramado institucional, y también es propicio para una expansión de los actores, que posibilite la conexión con las comunidades rurales, con las minorías sociales y con las agrupaciones de trabajadores, de manera directa y con las menos mediaciones posibles. De esta manera se estará abonando a la necesaria legitimación cotidiana del ejercicio del poder.

2.    Promoción de una nueva percepción del servicio público

Existe una gran separación entre las personas y las instituciones, marcada por la desconfianza y el descrédito. Es necesario revertir esta situación y revitalizar la imagen y el desempeño de las estructuras de gobierno. Contar con instancias eficaces en la satisfacción de los requerimientos de la sociedad, con servidores públicos adecuadamente formados, cuya conducta se sustente en la ética y en los valores democráticos, y receptores de una remuneración adecuada, son condiciones ineludibles para que los ciudadanos puedan obtener resultados eficaces de la acción gubernamental y se restañen los lazos quebrantados por décadas de ineficacia y descuido.

De esta forma, al mismo tiempo se podrá restablecer el orgullo por pertenecer a la burocracia, entendida como un cuerpo capaz y profesional para propiciar el desarrollo del país.

3.    Abatir la impunidad para lograr la rendición de cuentas efectiva

La transparencia, el acceso a la información y las prácticas de gobierno abierto se han ido consolidando como elementos inherentes al ejercicio del poder político. Estos aspectos son pilares fundamentales de la idea de rendición de cuentas, la cual se ha topado con el muro de la impunidad. La apertura gubernamental hace posible el conocimiento de los presuntos ilícitos, de los conflictos de interés y del abuso de poder, pero requiere complementarse con la irrestricta aplicación de la ley y el castigo a quienes incurren en tales actos, pues de otra forma, estaremos ante un esquema de rendición de cuentas incompleto, con derechos y prerrogativas de papel. Por ello, el fortalecimiento de la transparencia, acompañado del abatimiento de la impunidad, deben ser aspectos prioritarios en los nuevos tiempos políticos de la nación.

4.    Construir sobre lo avanzado

Las expectativas que se tiene sobre la denominada cuarta transformación son elevadas, tal como lo son los objetivos que ha trazado el presidente electo para su gobierno. Ello lleva a un necesario ejercicio de valoración sobre la institucionalidad que existe, así como sus marcos legales. La arquitectura institucional que arropa los derechos humanos en nuestro país, las instancias reguladoras de diversos ámbitos estratégicos, las estructuras jurisdiccionales independientes y los espacios de organización de elecciones, son algunos ejemplos de lo que se ha logrado en México a través de exigencias y luchas ciudadanas, sumadas a la voluntad y los acuerdos políticos. Todo esto debe constituir una base para el avance en la consecución de las metas trazadas para la nueva administración elegida por los mexicanos. Probablemente habrá que corregir o reformar diversos aspectos, pero sin duda, existen ya bases organizacionales y recursos humanos capaces de contribuir al cumplimiento de los fines del Estado en esta nueva etapa.

5.    Inclusión política

Después de muchos años de trabajo desde la oposición, el nuevo gobierno llega en condiciones privilegiadas, fruto del reconocimiento que en las urnas le entregó la mayoría de los votantes. Precisamente la trayectoria desde la disidencia política, le permite a sus integrantes ponderar cuál debe ser el esquema de relación con quienes ahora se encuentran en minoría. La inclusión y la construcción de consensos son rasgos de una noción de democracia avanzada, que posibilitan marcar la pauta hacia un modelo político en que el convencimiento en un proyecto de nación rompa con la anquilosada visión del aplastamiento u olvido del adversario y de quienes piensan diferente. Posicionar como eje de la política nacional al diálogo y a la unión, en sustitución de la confrontación estéril, tiene que constituirse como el escenario ideal.

La atención a los grandes pendientes que tenemos en materia de educación, salud, trabajo y economía, requiere de nuevas formas de entendimiento político, y a ello pueden contribuir los puntos enunciados.

El Convenio 108

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