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Cinco pretextos para no invertir en el lodazal mexicano

The Economist explica que tomará años, quizá décadas, limpiar y fortalecer a la policía del país.

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Escrito en OPINIÓN el

En su edición impresa de este fin de semana, The Economist incluye un texto titulado: "The Mexican morass", algo así como "El lodazal mexicano", o "El pantano mexicano". Hay que ser claros, los inversionistas difícilmente basan sus apuestas en información contenida en medios nacionales, por lo general consultan esa revista o el Financial Times, o The Wall Street Journal, para sentirse informados. Igualmente, el presidente y su equipo parece que ignoran las críticas que no llegan a ese nivel. Estos son cinco puntos del texto que seguramente ya leyeron en la Casa Blanca, perdón, en Los Pinos, y que deben haber llegado a oídos del mandatario mexicano ("A president who doesn´t get that he doesn´t get it", dice el semanario británico). Hasta ahora probablemente les pone atención, a pesar de que desde hace meses son de consumo popular.

 

1) Cinismo. En un mensaje de Año Nuevo, dice el semanario británico, el presidente de México se comprometió a trabajar para "liberar" a su país de la delincuencia, la corrupción y la impunidad. Su gabinete ha establecido debidamente éstas como sus prioridades. El mensaje es el correcto. Desafortunadamente para el mandatario, los mexicanos cada vez le creen menos al mensajero.

 

2) El Estado de Derecho no se puede crear de la noche a la mañana. Explica The Economist que tomará años, quizá décadas, limpiar y fortalecer a la policía del país. Los críticos creen que Enrique Peña Nieto está esquivando la tarea más importante: castigar a los jefes políticos corruptos que son cómplices del crimen organizado. Y el propio gobierno está manchado por el escándalo.

 

  • Este jueves 22 de enero, por ejemplo, el ex presidente de México, Felipe Calderón, en una entrevista con El Financiero, dijo que el gran pendiente sigue siendo el Estado de Derecho. "Es la gran reforma estructural que hace falta y la verdad, mientras eso no se termine de corregir, mientras México verdaderamente no sea un país de leyes, va a seguir siempre generando un crecimiento muy por debajo de ese enorme potencial que tiene la economía mexicana".

 

  •  El semanario dice que México todavía está hirviendo por la respuesta de plomo del gobierno sobre el secuestro de 43 estudiantes por la policía municipal en el estado de Guerrero y su aparente asesinato por narcotraficantes. La investigación parece estancada.

 

3) La vergüenza más reciente. The Wall Street Journal informó el martes 20 de enero que una semanas después de tomar las riendas del gobierno del Estado de México, Enrique Peña Nieto compró una propiedad en un exclusivo club de golf en Ixtapan de la Sal a un viejo amigo que ganó entre 2005 y 2011 contratos por más de 100 millones de dólares en licitaciones. La empresa de Roberto San Román Widerkehr además ha ganado al menos 11 contratos federales desde que Peña Nieto se volvió presidente en 2012.

 

  • The Economist recuerda que esto sigue a la revelación de que Luis Videgaray, el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) compró una casa en un club de golf de moda a una empresa de Juan Armando Hinojosa, empresario que ha recibido mucho trabajo por parte del gobierno federal y previamente en el Estado de México. 

 

  • "Esto confirmó la estrecha relación entre la administración y el Grupo Higa, imperio de negocios del señor Hinojosa. En noviembre, el gobierno canceló abruptamente un contrato de 3.7 mil millones de dólares para un tren de alta velocidad adjudicado a un consorcio que incluye a Grupo Higa. Días más tarde se supo que la palaciega casa privada del presidente había sido comprado con una gran hipoteca concedida a la Primera Dama por el grupo".

  • Ambos, tanto Peña como Videgaray, insisten en que no han hecho nada ilegal, recuerda The Economist. Pero están perdiendo el punto. En democracias modernas, en cuyas filas México aspira a ingresar, ese tipo de "rascamiento mutuo de espaldas" en el que parecen participar con Grupo Higa es visto como un comportamiento inaceptable.

 

4). Corrupción. El semanario indica que si toman todo lo anterior en serio, los líderes políticos mexicanos deberían voltear a ver a Brasil, nación que está envuelta en un escándalo más grande, que involucra sobornos en la petrolera estatal por hasta 4,000 millones de dólares en la última década. Los fiscales creen que parte del dinero fue para el Partido de los Trabajadores y sus aliados. Dilma Rousseff presidió Petrobras durante gran parte de ese periodo.      


  • "Gracias a fiscales feroces y tribunales independientes, y una nueva  y dura ley contra el soborno, los brasileños pueden estar seguros de que el delito de Petrobras será investigado y castigado". Pero aquí no estamos seguros de que algo pase, en realidad, la apuesta al olvido y la repetición de la negación, demuestra nuestra hereditaria falta de memoria.

 

5) Falta de responsabilidad política. The Economist dice que nadie renunció en México ni ha asumido la responsabilidad por la falta de seguridad, el contrato poco fiable del tren de alta velocidad o los conflictos de interés. Nadie tampoco ha prohibido a Grupo Higa contratos de gobierno mientras se investiga de forma independiente, aunque sea para demostrar que está libre de culpa. El principal beneficiario del cinismo que el presidente está engendrando puede ser Andrés Manuel López Obrador, "un populista mesiánico" que estuvo dos veces a punto de ganar la presidencia. Estos son cinco puntos que profundizan el "Lodazal mexicano", según la influyente revista global que todavía puede hacer cambiar de opinión a los dueños del capital, por encima de cualquier estrategia de comunicación oficial.

 

@takaink