Luis Videgaray, el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), estuvo la semana pasada en la ceremonia de entrega de premios a la excelencia académica de la universidad Anáhuac. De entrada, los felicitó por ser mexicanos, parte de un gran país. Y atajó: "Si ven las noticias, pueden decir: bueno este señor ya se volvió loco, qué no ve todos los problemas que hay en México". Y luego aclaró: "Déjenme decirles que yo soy un optimista irredento, y soy optimista y entusiasta sobre nuestro país".
Y éstos son cinco consejos que lanzó a los alumnos de esta escuela de elite:
1)"Algo que nos debe de preocupar a todos, es la desigualdad. México no es el país más pobre del mundo, sin duda hay países en África, en el sur de Asia que son más pobres que México, pero México es parte de la región más desigual del mundo que es América Latina y eso representa una fuente permanente de conflicto y es algo que social y moralmente debe ser inaceptable".
2)"El reto de la confianza. El reto de que los mexicanos creamos en nuestro país, y es la confianza que solamente se construye, no a través de discursos, no a través de palabras, sino a través de hechos, de transparencia, de rendición de cuentas, de hacer prevalecer el estado de derecho. Esos son los retos que tiene hoy México".
3)"Ustedes tienen la oportunidad pero tienen que tomar una decisión, ¿quieren ser espectadores o quieren ser protagonistas?Es lo que ustedes tienen que pensar. Claramente en la universidad ustedes han decidido ser protagonistas pero la pregunta es hacia adelante, y sobre todo, pensando en su país porque un espectador es quien convierte la inconformidad en apatía, a lo mejor escribe algo en 140 caracteres y lo pone en Twitter y ahí se acabó la protesta. El protagonista es el que convierte la inconformidad en acción, por supuesto, en acción positiva. Quien está dispuesto a tu problema, a decir, y porqué a nadie se le ha ocurrido esta solución, está dispuesto a tomar una parte de su tiempo y decir yo quiero, voy a dedicar un poco de menos tiempo a una actividad personal y un poquito de más tiempo a la comunidad que me rodea, al país del que soy y en el que voy a vivir".
4)"Ser un protagonista también implica estar informado, tener una opinión propia, por supuesto, ser críticos, pero no ser críticos porque lo oyeron al de al lado, o porque leyeron cinco renglones de algo que apareció en su Facebook, sino es ser informado porque ustedes han hecho el esfuerzo de formar una opinión y se vale tener una opinión distinta y no solo se vale ser críticos, hay que ser críticos, hay que ser inconformes pero esa inconformidad para ser protagonista tiene que convertirse en acción positiva".
5)"A ustedes les va a tocar un reto distinto, cada generación tiene un reto diferente y no crean que faltan muchos años, está a la vuelta de la esquina, ya los está viendo a ustedes a los ojos y de su generación va a depender el futuro de México, y esto que hoy tiene México, estos problemas y este potencial, la solución descansa en proteger los valores de la democracia y los valores de la economía de mercado y créanme y dense una vuelta por algunos países de América Latina que eso no está garantizado. Hay países donde se ha caído en tentaciones de lo que llaman “populismo” y donde se ha rendido la población ante la seducción del populismo y que hoy están al borde del colapso. A ustedes les toca decidir que México vamos a tener".
Desde mi punto de vista de mero espectador, escucho:
Pobres de los pobres, no los olviden.
Nadie cree en los mexicanos, a lo mejor es culpa de los políticos, pero ustedes tendrán que arreglarlo.
No sean criticones, mejor salgan a la calle a barrer la banqueta.
No se inconformen en las redes sociales, no sirve de nada, pierden su tiempo.
Luchen contra el populismo, el claro ejemplo de que eso es malo es Venezuela.
Pero qué importa, yo no soy protagonista, soy un mero espectador. Y no soy joven ni fui alumno de excelencia. Ha de ser por eso que no me tocaron el alma esas palabras ni me motivaron a salir a las calles a cambiar el mundo, o al menos mi comunidad.
EL GOLPE A GEMALTO
Compañías de personalización de tarjetas SIM como Gemalto mandan cientos de miles de estos productos a los operadores móviles alrededor del mundo. De acuerdo con archivos obtenidos por The Intercept, en 2011 la empresa envió 450,000 smart cards desde su planta de México a la alemana Deutsche Telekom, en un sólo embarque. Lo anterior es relevante porque la semana pasada tuvimos otra revelación de los documentos de Edward Snowden, que prueban que la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés), y la británica Govenment Communications Headquarters (GCHQ) consiguieron hackear las claves de Gemalto.
Traducción: todos los celulares que usan su tecnología son vulnerables. Toda la información que tienes en tus manos, es susceptible a ser utilizada en secreto por los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña. Esta intrusión es global.
Los hackers de EU y GB espiaron a los empleados de Gemalto en Facebook, rastrearon sus correos, interceptaron sus comunicaciones, todo con el fin de conseguir las llaves que encriptan la información que guardan los chips.
Los documentos que hizo públicos Snowden prueban que las consiguieron ilegalmente con varias técnicas que bien podrían considerarse un delito grave, en caso de que lo hubiera cometido una persona que no estuviera laborando en los servicios de inteligencia de dos de los gobiernos más poderosos del planeta.
Es decir, es una gran intrusión, ilegal, que viola la privacidad de directivos de decenas de importantes empresas alrededor del mundo y de sus clientes, pero no ha tenido castigo, ni parece que lo tendrá. Al ser parte del discurso de que este espionaje sirve para evitar atentados terroristas, toda tu privacidad vale nada.
¿Entienden la gravedad?
Todas tus llamadas, fotos y mensajes que intercambias con tu celular, están guardados en una base de datos de gobiernos, y si en algún momento en el futuro quieren usar esa información para destruir tu vida, lo pueden hacer.
A inicios de 2013 les comentaba que un mexicano había logrado burlar los controles de compañías como BlackBerry, empresa de telefonía que presumía que nadie podía robarle la información de sus clientes y que por eso los mandatarios, como Barack Obama, usaban sus dispositivos. Este mexicano hizo mucho ruido en el mundo y claro que incomodó a Washington.
Security Tracking Devices es una de las empresas de José Susumo Azano Matsura, una de las empresas que el gobierno estadounidense veía como una oportunidad para mancharlo.
Les comentaba que durante las presidencias panistas Azano Matsura se convirtió en el principal proveedor de equipo de comunicación y espionaje de la Secretaría de la Defensa Nacional. Incluso, el centro de inteligencia del Campo Millitar Número Uno, el más sofisticado del país, lo construyó él. De hecho, ilustraba con una foto de ese espacio un catálogo de productos que vende a gobiernos en todo el mundo. Uno de sus grandes desarrollos era precisamente el grupo de programas que habían desarrollado en sus laboratorios para intervenir cualquier dispositivo de comunicación sin que la intrusión fuera detectada.
La guerra cibernética no sólo es contra los terroristas o los gobiernos enemigos de Estados Unidos, todos, incluidos los mexicanos, somos parte de ese robo de información que conforma las carpetas de inteligencia de los que toman decisiones.
Por lo pronto, Gemalto en México no se ha pronunciado por el efecto que esto tendrá en sus operaciones y los reclamos de sus clientes. Que no son pocos. A escala global, la empresa ha dicho que no estaba enterada y que cuando buscó huellas de intrusión, no las halló.