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Ciento setenta gatos de arena

La Sedena recibió un escrito en el que se le solicita revisar la compra de 170 vehículos Sandcat.

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Escrito en OPINIÓN el

Una vez resuelta en forma silenciosa la afrenta criminal que le costó la vida a cinco militares en Culiacán, Sinaloa el pasado 30 de septiembre, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) apunta sus baterías hacia un frente interno que se creía resuelto o a menos concluido y bien archivado: la compra poco clara de un lote de blindados ligeros tasados a un precio y, aparentemente, recibidos en otro y sin el equipo prometido.

 

El viejo caso de los Sand Cat -los gatos de arena comprados por la Sedena a la empresa estadunidense Oshkosh a finales de 2010 para dotar a la infantería y a sus fuerzas especiales con unidades de desempeño óptimo en zonas urbanas y en terracería- ha cobrado nuevos aires tras la petición de un ciudadano para que el general secretario aclare qué ocurrió con esa compra no explicada a detalle.

 

El pasado 3 de octubre, la Sedena recibió un escrito en el que se le solicita revisar la compra de 170 vehículos Sandcat, adquiridos en 2010 a Oshkosh a un costo inicial de 43 millones, 500 mil dólares, adquisición que terminó registrada a un costo final de 52 millones, 360 mil dólares sin explicación alguna.

 

La empresa filial de Oshkosh en México y encargada de obtener el contrato y darle seguimiento es Epel S.A. de C.V., especializada en blindajes civiles y militares. El escrito -entregado a la Sedena y dirigido al general secretario Salvador Cienfuegos Zepeda- señala la disparidad y posibles irregularidades en la operación encabezada entonces por el general Moisés Augusto García Ochoa, quien le dio trámite al formato DSP-83, presentado originalmente por Oshkosh para la compra de los 170 vehículos por un precio de 43 millones, 500 mil dólares.

 

Por su parte, señala el escrito, la firma Epel presentó también ante la Sedena el formato DSP-83, pero lo hizo por un monto de 52 millones, 360 mil dólares. En ambos casos, el general García Ochoa, en su calidad de Director General de Administración de la secretaría, firmó el papeleo.

 

Más tarde, Epel continuó con los trámites de exportación y obtuvo del  Departamento de Estado norteamericano la licencia de exportación 050268782 para la venta de un primer lote de 170 Sandcats.

 

El problema en la operación radica en que en los archivos de la Sedena quedó lo que aparentemente fue una doble operación o una misma compra con cifras distintas que nunca nadie aclaró.

 

Además, en el 2011 hubo un segundo contrato por 75 vehículos Sandcat, éste por un monto de 23 millones, 835 mil dólares. El precio por unidad en el primer contrato fue de 308 mil dólares, mientras que en el segundo el monto fue de 309 mil 800 dólares por 55 unidades y de 338 mil dólares por un tercer lote de 20 vehículos.

 

En todos los casos el general Audomaro Martínez Zapata, entonces director general de Transportes de la Sedena, se opuso a las compras que consolidó el alto mando anterior.

 

¿Qué ocurrió en esas operaciones?

 

Hoy se le pide al General Cienfuegos precisar la ruta crítica en la compra de los primeros 170 gatos de arena de los 245 con que cuenta el ejército.

 

La carta enviada al alto mando tiene fecha del 3 de octubre.

 

@JorgeMedellin95

@OpinionLSR