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Ciencia en México actualmente (2da parte)

El SNI es la única forma de acceder a un sueldo justo para la labor científica. | Cuitlahuac Alfonso Galaviz Miranda*

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Escrito en OPINIÓN el

Hace unas semanas escribí, en este mismo espacio1, algunas opiniones sobre la ciencia en nuestro país hoy en día. En esta oportunidad quisiera explicar con más detalle algunas de esas opiniones, así como tocar otras partes de los mismos temas. En primer lugar, en mi pasada entrega puntualicé que los problemas que señalo son “casos que suceden, aunque no por ello es una situación generalizada”. Sí hay científicas y científicos que actúan de forma ética y entregada, desde luego. De hecho, en mi caso las experiencias positivas han sido muchas más que las negativas. Sin embargo, ya que los problemas existen, creo que vale la pena discutirlos con actitud propositiva. Quisiera que estas líneas se leyeran como un llamado a un debate productivo.

Un aspecto que señalo es que, si se cumple con los tiempos y las formas que exigen las autoridades, la labor científica puede ser muy redituable. Uno de los efectos negativos que ello trae consigo es la excesiva demanda de tiempo para científicas y científicos, lo cual dificulta que puedan o quieran dedicarse a otras actividades de incidencia social. Sigo creyendo que dichas problemáticas se encuentran vigentes, aunque también es importante mencionar que se trata de dinámicas impuestas por organismos estatales, no exigidas por quienes se dedican a labores académicas. Más aún, han existido resistencias y hay quienes nunca se han plegado a este tipo de prácticas.

En este punto es central lo relacionado con el Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Para quienes no tengan claro de qué se trata dicho sistema o cómo funciona, es básicamente un reconocimiento de mucho prestigio dentro del entorno académico nacional, el cual se otorga a personas que tengan aportes comprobables en el ámbito de las ciencias. Quienes deseen formar parte del SNI, deben participar en una convocatoria donde su currículum es evaluado por científicas y científicos de su misma área. Bajo ciertas circunstancias, formar parte del SNI incluye un ingreso económico extra que puede igualar el sueldo e incluso superarlo.

No estoy en contra de que, bajo las circunstancias actuales, las y los científicos deseen formar parte del SNI. De hecho, lo entiendo muy bien, ya que, en algunos casos (sobre todo en universidades y centros de investigación de los estados del país), el SNI es la única forma de acceder a un sueldo justo para la labor científica.

Lo que sí me parece problemático es una serie de inconvenientes que se desprenden de la alta centralidad del Sistema Nacional de Investigadores en las dinámicas de ciencia en México. Desde los inicios del sistema se indicaba que uno de sus resultados sería que la búsqueda de mejores condiciones laborales se realizaría de forma individual, dejando de lado las luchas colectivas. Me parece que, efectivamente, el SNI ha influido en ello. Hoy en día, muchos (seguramente la mayoría) de las y los científicos que trabajan en México quieren formar parte del SNI. Y es que no es algo menor: se trata de un reconocimiento al trabajo duro; además, quienes forman parte del sistema están sometidos a una evaluación constante, mucho más que en otras áreas públicas. 

No obstante, sí creo que, en general, el SNI ha terminado por generar que la lucha por mejores condiciones laborales se realice de forma personal y no tanto en colectivo, por medio de organismos como sindicatos de académicas y académicos, por ejemplo. El tema de los sindicatos tiene toda una serie de problemáticas propias (principalmente en las dirigencias), ciertamente, pero sí me sigue pareciendo buena idea la premisa que, en teoría, los sustenta: organizar a las personas para luchar en colectivo por la aplicación y ampliación de sus derechos.

En mi entrega anterior también hice hincapié en el alejamiento de científicas y científicos de las realidades que los rodean. Sigo creyendo que es así, pero es justo mencionar que los gobiernos tienen algo de culpa en ello. En ocasiones, desde la academia se generan diagnósticos y propuestas de políticas públicas bien estructuradas y documentadas, pero organismos públicos terminan por politizar (en el peor sentido del término) los proyectos o simplemente ignorarlos. En esos casos, ya no es responsabilidad de las y los científicos que su trabajo se aleje de la sociedad.

Con todo, me parece evidente que existe una clara distancia entre la labor científica y la gran mayoría de la población. A mi parecer, hay que ver este problema como una ventana para una constructiva reflexión y, de ser necesario, una sana autocrítica. En términos muy generales, podríamos tomar dos caminos: ignorar o negar el problema o aceptarlo e iniciar una reflexión que busque solucionarlo. Personalmente, me inclino por la segunda opción.

1.  https://lasillarota.com/opinion/columnas/ciencia-en-mexico-actualmente/615590 

*Cuitlahuac Alfonso Galaviz Miranda

Candidato a doctor en Estudios del Desarrollo. Problemas y perspectivas latinoamericanas por el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. Maestro en Sociología Política por la misma institución y Licenciado en Historia por la Universidad de Sonora. Autor del libro Las movilizaciones estudiantiles de 1970-1973 en la Universidad de Sonora. Ensayo sobre las influencias de los sesenta globales en un contexto local (2021). Miembro de la Red Mexicana de Estudios de los Movimientos Sociales, de la Red de Estudios sobre Conflictos Universitarios y Movimientos Estudiantiles y de la Sociedad Sonorense de Historia.