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¿Choque o berrinche?

Qué interés impulsa al Consejero Ruiz para integrar y presidir la Comisión de Vinculación con los Organismos Públicos Locales.

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Escrito en OPINIÓN el

Chocan Consejeros, rezan algunas cabezas de notas periodísticas que narran el incomodo desaguisado en el Instituto Nacional Electoral el pasado miércoles 18.

 

Saludo la libertad y la pluralidad de ópticas, pero yo no atestigüé choque alguno. Observé, sí, el berrinche de un niño malcriado con complejo de autócrata, y la ayuda recibida de una tía picapleitos y de algunos partidos interesados en desacreditar al INE.

Confieso, no me preocupan ni la integración de las comisiones de Consejeros, ni sus presidencias; pero me aterra tener sentados en el Consejo General del INE a un chamaquito presa de arrebatos y a una mujer sin sentido de institucionalidad.

 

Me explico. Habiendo sido fundador del IFE, jamás había presenciado o sabido de un discurso tan fuera de lugar y tono como el pronunciado ayer por el Consejero José Roberto Ruiz Saldaña. A su texto habrá que sumarle su lectura artera e irrespetuosa para sus pares, así como una conducta que no se apiada de la institución de la que forma parte y a la que debe respeto profesional e institucional, como tampoco del proceso electoral en curso y menos aún acredita conciencia de los tiburones que pueblan sus aguas, léase partidos políticos.

 

El Consejero Ruiz, lo menos que les dijo a sus compañeros Consejeros fue sinvergüenzas, cínicos, falsarios, poco serios, tramposos, confabuladores, maquiavélicos, sin ética y alegales. En lo personal ofendió a dos de sus pares por seña y nombre: al Consejero Baños y al Consejero Presidente. Del primero dijo que comandaba una facción y ejercía funciones metalegales; al segundo lo señaló como indolente e irresponsable.

 

Se preguntará Usted, ¿y por qué tanta bilis? Por las designaciones de las presidencias de las Comisiones de Consejeros. Éstas, por ley, se integran con una duración de tres años y presidencias rotativas anualmente.

 

La lectura objetiva de la filípica de este Consejero de tan mal talante, no aporta un solo elemento que ponga en duda el desempeño de las comisiones ni de sus pasadas y nuevas presidencias.

 

Lo que desquició –subrayo el término- al Consejero Ruiz es que no lo hicieron ni parte ni Presidente de la Comisión de Vinculación con los Organismos Públicos Locales, es decir, de los organismos encargados de organizar las elecciones locales en los Estados. Alega en su favor un supuesto acuerdo en contra del texto expreso de la ley para renovar en su totalidad dicha Comisión este año, dos antes de su término; acuerdo que todos los demás consejeros negaron, salvo la Consejera San Martín.

 

Lo que se sabe es que el Consejero exigió a sus pares una nueva integración, con él incluido, a pesar del texto legal y de la estabilidad y continuidad que requieren los trabajos de las Comisiones y, además, su Presidencia. Cuando los demás Consejeros no se sometieron a ambas exacciones, se retiró bajo el chantaje de todo o nada: o le daban esa Presidencia o no aceptaba ninguna otra en las Comisiones que sí integra. Por cierto, a su autoexclusión llama hoy segregación. Valga señalar que en las Presidencias ayer aprobadas no aparece el Consejero Ruiz; pero no por ostracismo, sino por capricho y chantaje. Su obligación es presidir alguna de las Comisiones y hacerse cargo de su desempeño. Los Consejeros debieran exigírselo, de otra suerte estarían premiando su berrinche y exceptuándolo de cargas de trabajo.

 

La Consejera San Martín es libre de actuar como quiera, pero no se compadeció de una institución en asedio y, volando la mesa del Consejo en mil pedazos, apoyó el arrebato y chantaje de su compañero. Ya veremos que cara pone la Consejera cuando las fisuras que ahonda de frente a los enemigos del INE demanden de su cuerpo de Consejeros unidad e institucionalidad.

 

Lo que hay que preguntarse es qué interés impulsa al Consejero Ruiz para integrar y presidir dicha Comisión; más aún, si éste es profesional e institucional, o responde a otros cálculos.

 

Por lo pronto, con un ligero tufo diabólico, el berrinche halló pronto cobijo en el Senador Corral quien, para que no quedará duda, llamó al chantajista valiente y “soldado desconocido”, según él, porque en el INE nadie le conoce relación que lo ligue con partido cualquiera. En el INE, hay que decirlo, nadie duda de la abierta inclinación panista del Consejero Ruiz. Pero ése es otro tema.

 

El hecho es que el berrinche de Ruiz franqueó la puerta para que Corral y Duarte (PAN y Morena) revivieran viejos muertos y pusieran nuevamente en duda el desempeño total del INE y de sus Consejeros. De nada sirvió sacar adelante estas elecciones tan amenazadas, para ellos todo está mal y va para peor.

 

Duarte y Corral son aún más fáciles de leer que Ruiz: requieren a un INE doblegado y cuestionado ahora que entramos a la etapa de fiscalización y posible nulidad de elecciones por rebase de topes de gastos de campaña.

 

Lo más seguro es que estos viejos lobos de mar chamaquearon al Consejero Ruiz y pedalearon las fobias de la Consejera San Martín. Éstos se montaron en su macho sin darse cuenta del daño que le hacían a la institución mientras aquéllos aplaudían como focas en circo (antes del Verde).

 

Recomendación a estos dos Consejeros: lavar la ropa sucia en casa, tomar té de tila y hacerse cargo de su responsabilidad para con la institución y de lo que ésta significa para la República.

 

@LUISFARIASM