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Se equivocó Velasco Coello. Cierto. Pero ¿quién lo asesora?

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Escrito en OPINIÓN el

¿A quién lee el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello? ¿Cuál es su referente político? ¿Quiénes son los torpes que lo asesoran?

 

La desafortunada frase: “Hemos sido tolerantes a excesos criticables” respecto a las protestas de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) le generó una lluvia de críticas. La andanada se desató en las redes sociales y fue comparado con el ex gobernante mexicano Gustavo Díaz Ordaz, de muy triste memoria.

 

No le quedó otra que “recular”. Retroceder y decir que lo sacaron de contexto luego de que su dicho fuera comparado con lo aseverado el 1 de septiembre de 1968 por Díaz Ordaz quien  al rendir su informe de gobierno ante el Congreso expresó: “hemos sido tolerantes hasta excesos criticables”. Un mes después, el 2 de octubre,  de ese año, las fuerzas del orden asesinaron a estudiantes en la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, en la Ciudad de México.

 

Se equivocó Velasco Coello. Cierto. Pero ¿quién lo asesora? ¿Quién lo está llevando por el sendero de la confrontación? ¿Asesores de medio pelo o gente interesada en que Velasco Coello se vaya al despeñadero para que otro entre en su lugar y se erija como el salvador de Chiapas, que está ahora en la frontera del caos?

 

En un deslinde de la desafortunada expresión Velasco Coello reconoció que “no fue correcto decir que hemos sido pacientes a excesos criticables, pero en ningún momento utilizo esta expresión para amenazar a nadie y mucho menos al magisterio”. “Desde un inicio mi Gobierno ha propuesto el diálogo para resolver cualquier diferencia por difícil que sea, porque somos un Gobierno que cree en el diálogo y siempre hemos tenido las puertas abiertas para dialogar con todos”, abundó.

 

“Quiero expresar por este medio una disculpa a quienes se hayan sentido agraviados y reiterarles que seguiremos actuando con mucha responsabilidad y prudencia, privilegiando el diálogo para la solución pacífica de cualquier conflicto”, dijo en su aclaración. En ese contexto es pertinente recoger el sentir de los chiapanecos algunos de los cuáles aún creen en la fuerza, buena voluntad y juventud del gobernante.

 

Velasco Coello llegó al poder con el deseo abierto de servir, de trabajar por y para todos. Para amplios sectores de la sociedad ha despilfarrado esa oportunidad por eso subsanar algunos errores es el reclamo generalizado.

 

Bien vale la pena que el gobernador recordara lo que una vez le dijo su abuelo, don Fernando Coello: “Debes de encabezar un gobierno dentro de un marco de legalidad que sea justo y que se imponga de manera imparcial; hoy toda persona que gobierna, debe conocer la teoría de la separación de poderes, de la que el ciudadano de Chiapas adolece desde hace años; requiere saber de lo que es, la protección total de los derechos humanos, particularmente considerar los derechos de las minorías; por lo que se necesita de un poder judicial independiente, para ser neutral, severo y rectamente  tener capacidad para juzgar con una fuerza política jurídica incorruptible”.

 

Ahora la gente le exige  al gobernador mayor transparencia, que atienda sus necesidades, que se separe de los legisladores deshonestos,  y que controle sus ímpetus juveniles para no ser, como decía su abuelo, un embaucador y personaje fingido de la política en Chiapas.

 

Si Manuel no escucha el sentir popular de uno de los estados más golpeados por el abandono, la pobreza, el saqueo constante y el abuso de parte de depredadores políticos pasará a la historia como un chamaquillo al que le quedó grande el cargo. En Chiapas hay históricos desafíos: campea la pobreza y la marginación de los pueblos indígenas, agudizada con una crisis en el campo, la fuga de mano de obra de las ciudades por falta de empleos y la pobre reactivación económica.

 

Hay quienes, desde el oficialismo actual, se empecinan en asegurar que todo está bien en Chiapas. No es así Manuel. Te están mintiendo. Basta con acudir a las redes sociales y a las calles y plazas, donde fluye la libertad de expresión, para entender una realidad que casi no se plasma en algunos medios impresos, debido a sus compromisos y convenios publicitarios.

 

En este segundo tramo de  su administración, el todavía gobernador tiene el difícil reto de hacer un gobierno de concertación política, paso previo para la desactivación de conflictos y tramo necesario para conseguir la inclusión social, en un estado que durante décadas ha permanecido abandonado o ha sido botín de políticos que han tomado las arcas por asalto.

 

La gente aún no entiende porqué, casi a diario, cualquier ciudadano con un pasamontañas toma por asalto la caseta en la ruta Tuxtla-San Cristóbal o bajo el argumento de una lucha social bloquee las carreteras. Para empezar a engranarse con la gente, en el gobierno de Velasco Coello urge una reingeniería. Una especie de “purga” de funcionarios que no pueden con sus funciones y de otros que han cometido malas prácticas (corrupción) al tiempo de aplicar una política de austeridad quitando de planillas doradas a actuales funcionarios que se han enquistado en el poder.

 

En Chiapas, como en muchas regiones del país, hay hartazgo por tener salarios bajos, miserables, servicio energético y combustibles caros cuando esta entidad aporta a la Federación la riqueza de sus presas hidroeléctricas y la producción de gas y petróleo de su subsuelo.

 

Ahora le toca a este joven gobernante enarbolar, sin revanchismos, la bandera de la democracia, con una política inclusiva, jalando a las filas de gobierno a personas de otros partidos que pueden ayudarle a sacar a Chiapas del atraso.

 

Pero, sin asesores de medio pelo o de a diez por veinte.

 

joseluiscastillejos@gmail.com

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