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Cervantes

El Quijote fue escrito en dos volúmenes, 1605 y 1615. Diez años tardo el autor en la segunda entrega que termina con la muerte del Caballero Don Quijote de la Mancha.

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Escrito en OPINIÓN el


El historiador Ralph Waldo Emerson dijo que la historia es el compendio de la biografía de los grandes personajes. De ser el caso, un gran capítulo de la historia de la literatura debe de ser la vida de Miguel de Cervantes Saavedra.



Cervantes nació hace 467 años, el 29 de septiembre de 1547 en Alcalá de Henares, España. La vida de aventura del manco de Lepanto, fue trascendida por su obra.  Sin duda, el Quijote, la creatura, superó al creador. Como el Rabino de Praga con su Golem. Alonso Quijano, el Hidalgo de la Mancha, cobró vida propia más allá de su inventor. Como las estatuas inmortales de Miguel Ángel Buonarroti, a las que daba vida antes incluso de tocar el martillo y el cincel.

 

El Quijote es una historia que va más allá de las aventuras de Alonso Quijano en el campo manchego. Es una obra llena de simbolismos sociales y de inventiva literaria. La Mancha no es un lugar geográfico, sino el inicio de un tratado crítico sobre la sociedad de la época. A los judíos conversos, se les llamaba "manchados", de ahí que toda la obra inicie con el olvido voluntario de ese lugar, como si ese punto de La Mancha, fuera toda España o ninguna; como tratando de olvidar el origen impuro de su pasado manchado.

 

La historia del Quijote, no es narrada por Cervantes como autor omnipresente, sino por el moro Cide Hemete Benengeli, el verdadero autor de la obra universal. Más aún, Cervantes participa en el Quijote como actor de reparto, cuando en el primer regreso del Quijote, el cura del pueblo tira por la ventana los libros de caballería, como el Amadís de Gaula, el Palmerín de Inglaterra, y una edición de las Novelas Ejemplares de Cervantes, entre otros más. Todos ellos,  causa y origen de la locura del Hidalgo. Así que Cervantes, no sólo es el autor real del Quijote, sino que participó en la causa y origen de sus ideales de libertad y tal vez de su locura.

 

Y es Alonso Quijano el constante en la novela, que se inventa a sí mismo en el invierno de su vida. Pero no sólo se crea un personaje medieval para justificar sus andanzas, sino que inventa todo un entorno que lo acompañe en sus aventuras: Dulci(nea), Rocin(ante), su escudero Sancho Panza, que lo complementa en la totalidad del ser humano y el honor y la libertad como estandarte de sus aventuras. Aún así, el Quijote siempre fue Alonso Quijano. Pruebas de ello abundan en la obra, como cuando hace penitencia en la Sierra Morena y envía a Sancho a entregarle una carta a Aldonza Lorenzo, firma como Alonso y no como Quijote, sabiendo que la mujer de sus aprecios imaginarios, no lo reconocería en personaje.

 

El Quijote fue escrito en dos volúmenes, 1605 y 1615. Diez años tardó el autor en la segunda entrega que termina con la muerte del Caballero Don Quijote de la Mancha. En ese ínterin, Alonso Fernández de Avellaneda dio a la luz la versión apócrifa del Quijote. Cervantes en su genio, hizo parte de la obra esa versión apócrifa, cuando el Quijote en una venta escucha que ya se habían publicado las aventuras del caballero, e interviene para decir que eso era imposible, pues aún no terminaba de vivirlas.

 

El Quijote es una genialidad de la literatura, pero también es un tratado de la naturaleza humana. La complementariedad del caballero y su escudero, hacen la totalidad del ser humano. Sus cualidades, virtudes, defectos y añoranzas, completan el círculo universal. El idealismo del Quijote frente al realismo de Sancho, es la razón contra el espíritu, lo terrenal frente a lo etéreo.

 

Cervantes fue trascendido por su creación. Ahí la mística del Quijote que siendo criatura, es creador.

 

@gstagle