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¿Cero financiamiento a los partidos?

José Antonio Sosa Plata

Por
Escrito en OPINIÓN el

El debate que se ha generado en torno al financiamiento de los partidos políticos tendrá repercusiones importantes en la #Elección2018. Sin duda incidirá sobre los resultados de los 3 mil 326 cargos que estarán en disputa, entre los que se encuentran el presidente de la República y nueve gobernadores.

Las decisiones tomadas por los partidos eran inevitables

La presión social y política que recibieron en días pasados los colocó en un punto de inflexión que podría desembocar en un cambio positivo para nuestra democracia. Evidentemente, ninguna fuerza política podía permanecer ajena al impacto que provocaron los sismos del 7 y 19 de septiembre.

El sentido de sobrevivencia los obligó a tomar el nuevo rumbo

Es cierto que aún no se ve con claridad si el próximo año dispondrán para sus campañas de todos los recursos programados, pero también lo es que poco a poco se irá reformando el marco jurídico y el modelo de #ComunicaciónPolítica que hoy impera en los procesos electorales.

El financiamiento público no debe desaparecer

La mayoría de los especialistas y analistas del tema coinciden en los altos riesgos que implicaría esta regresión. Los dirigentes de los partidos lo saben y por eso están calculando con mucho cuidado las declaraciones, negociaciones y compromisos que están haciendo.

Los argumentos en contra del cero financiamiento son contundentes:

1.   La renuncia a los recursos públicos es un acto inconstitucional.

2.   Los recursos públicos que manejan los partidos no se pueden aplicar a objetivos no electorales.

3.   Sin financiamiento público, los partidos ya no serían entidades de interés público, sino privado.

4.   Las presiones de los grupos de interés sobre los partidos se incrementarán en la misma medida en que se reduzca el financiamiento público.

5.   La aportación que podrían hacer los partidos al proceso de reconstrucción no deja de ser una medida demagógica, a pesar de que en el fondo exista en algunos el verdadero deseo de solidarizarse con la población más necesitada.

Y esto es solo el principio

El análisis también se ha enfocado en el incumplimiento de varios objetivos importantes que se pretendieron lograr con el nuevo marco jurídico:

1.   Garantizar las condiciones auténticas de equidad entre partidos y candidatos.

2.   Eliminar los “incentivos” para gastar todo lo que se pueda, sin importar que se rebasen los límites establecidos por la ley.

3.   Impedir el financiamiento ilícito.

4.   Aplicar las sanciones justas a los partidos por los delitos e irregularidades que siguen cometiendo, a pesar de los esfuerzos que hace el #INE en cada elección debido al margen de maniobra acotado que establece la ley.

5.   Disminuir la corrupción en el manejo de los recursos que, por omisiones en la legislación, aún se ejercen de manera discrecional.

6.   Consolidar una cultura política más participativa, ya que los partidos no han podido desarrollar su capacidad para crear, incentivar y fortalecer las formas de representación

7.   Comunicarse de manera eficaz con la ciudadanía, pues aunque los recursos les sirvan para ganar, no han logrado reducir los niveles de desconfianza y de desaprobación que tienen entre la población.

8.   Hacer un uso más eficiente de las tecnologías, de los nuevos medios de comunicación digitales y las #RedesSociales.

9.   Reducir la difusión de campañas negras.

10.           Hacer un uso más efectivo de los tiempos que otorga el Estado a los partidos en radio y televisión.

Por todo lo anterior, es posible asegurar que los líderes de algunos partidos reactivaron —tal vez de manera impensada, apresurada y/o improvisada— las críticas a los excesos, incongruencias y abusos que se han cometido desde las reforma política de 2014.

En otras palabras, falló su #Estrategia de comunicación

Por el bien de la democracia y de evitar que su desprestigio se profundice a niveles inmanejables, es preciso que se empiecen a explorar las posibles soluciones al conflicto en el que han entrado.

La misión del 2018 no es solo ganar

Para recuperar la confianza y la credibilidad perdidas, tendrán que elaborar un nuevo plan político y de comunicación para salir de la situación crítica en la que ellos mismos se han instalado.

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