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Centroamérica en fuga

La caravana se empezó a movilizar desde el 12 de octubre pasado y el gobierno mexicano no tomó en serio el asunto. | José Luis Castillejos Ambrocio

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Escrito en OPINIÓN el

La violencia y la pobreza, un binomio explosivo que golpea Centroamérica está expulsando a miles de personas que buscan llegar a Estados Unidos, vía México. Han encontrado en este país el espacio adecuado para hacer lo que les venga en gana y ya midieron al gobierno mexicano que, sin mayor capacidad de respuesta ni resguardo de la frontera, los deja transitar.

¿Por qué el gobierno de México es débil? ¿Dónde está la defensa de la soberanía nacional? Estas son algunas preguntas sin respuestas y no vengan, los defensores del discurso barato, de que hay que abrirles las fronteras por motivos humanitarios.

A ver. ¿Dejarías abierta las puertas de tu casa y que cualquiera ingrese, se siente a tu mesa, y si le da la gana te maltrate, arroje vidrios contra tus ventanales y si le da la gana viole a tus hijos?

Es cierto vienen algunas personas de bien pero hay delincuentes infiltrados que violando las leyes de México se han adentrado a territorio de este país sin que nadie los detenga.

A estas alturas es conveniente desaparecer el Instituto Nacional de Migración, el Ejército Mexicano, la Policía Federal y las corporaciones policiales estatales. Vaya pues que entren y hagan lo que se les dé la gana que al cabo el gobierno actual y el que viene se pronuncian a favor de la protección de todos los extranjeros sin atender, como prioridad, los problemas nacionales.

Son, en pocas palabras, candil de la calle y oscuridad de México y eso tiene enojado a amplios sectores de la población aunque algunos de la izquierda caviar pregonen que hay que acogerlos, protegerlos, darles beneficios sociales, y otras bondades del sistema mexicano. Claro está ese discurso barato es llevado a las redes sociales y desde ahí se lanzan proclamas a favor de la promoción de una política humanitaria.

Quien quiera y así lo desee puede entrar como “Pedro por su casa”. Hay una doble moral de quienes, por un lado, apoyan el ingreso de los centroamericanos (hondureños, salvadoreños y nicaragüenses, entre otros) pero no los adoptan y alojan en sus casas.

Y, del otro lado, un discurso mesiánico de Andrés Manuel López Obrador, presidente electo de México, que en un mensaje populista ha dejado entrever que puede darle trabajo a quien ingrese a México sólo con visa humanitaria.

El respeto y el ingreso a México se ganan

No pueden venir rompiendo puertas y descalabrando policías para hacerse de una visa humanitaria. Eso es operar en un marco de delincuencia organizada.

¿Para qué sirve el Ejército, Migración y la Policía Federal? Mejor desaparezcan esas corporaciones y dejen las puertas abiertas para un ingreso masivo. Es más el todavía presidente mexicano Enrique Peña Nieto y el futuro gobernante de México, Andrés Manuel López Obrador, deberían alojar en sus respectivas fincas a algunos centroamericanos. Prediquen con el ejemplo pues.

Los problemas de Honduras donde hay un 70% de pobreza y 38% de extrema pobreza se está trasladando a México. Esa nación es la cuarta con más violencia en el continente. ¿Pero tenemos que resolver en nuestro país el problema que debiera solucionar el ineficiente gobernante de esa nación centroamericana?

Dispuestos a todo

En la víspera un grupo de hondureños junto con miembros de las Maras Salvatruchas tomaron por asalto el territorio mexicano, a través del río Suchiate. Ni los sobrevuelos de helicópteros o los llamados de atención para no internarse fueron suficientes para disuadirlos.

Están dispuestos a todo y como el gobierno no sirve para nada pues que abra las fronteras y les ponga vehículos para evitarles la fatiga a quienes se sienten con mayor derecho que los mexicanos.

A los migrantes no les interesó que fueran asediados por las fuerzas policiales y los antimotines en el río Suchiate pues luego se lanzaron con todo y hoy marchan muy campantes ya en suelo mexicano.

Y tiene razón Donald Trump, presidente de los Estados Unidos de enviar cinco mil 200 militares a su frontera con México para frenar dos caravanas de migrantes que siguen su marcha, sea a pie o sobre plataformas de trailers.

El Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Defensa ya están preparados para desplegar la fuerza operativa que emplearán helicópteros Blackhawk, agentes migratorios especializados y equipos de vigilancia remota para vigilar la frontera con México.

"Nuestro mensaje es simple: no vamos a permitir que grandes grupos entren a Estados Unidos de manera no segura y fuera de la ley", dijo en una rueda de prensa Kevin McAleenan, comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU.

Detalló que los efectivos militares cooperarán con los más de mil agentes del servicio de Aduanas y Protección Fronteriza y los dos mil 100 miembros de la Guardia Nacional que ya han sido distribuidos en 26 puntos de paso fronterizos.

¿Y México que hace al respecto? Nada

Al contrario, alienta con su timidez a que ciudadanos de El Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua vengan a suelo mexicano porque al cabo nadie les dice nada.

Bajo el lema: "¡Ayúdenos, no nos regresen!", miles de personas que conforman la caravana de migrantes sigue su caminata a lo largo del territorio mexicano rumbo a Estados Unidos. Al final del camino y ante un muro humano norteamericano no les quedará otra a los migrantes que establecerse en poblados de la frontera norte.

En la caravana van decenas de niños. Eso sí debiera preocupar a los organismos humanitarios. Pero tampoco se puede andar uno con contemplaciones y lo que procede es una deportación general.

La caravana se empezó a movilizar desde el 12 de octubre pasado y el gobierno mexicano no tomó en serio el asunto. No aplicó medidas de seguridad urgentes y hoy el problema es real, latente y sin visos de solución inmediata.

Los que caminan por México enfrentan una serie de dificultades desde escasez de alimentos, agotamiento, peligros pero aún así persisten en llegar a Estados Unidos. Esta oleada beneficiará el proyecto reeleccionista de Donald Trump quien verá en el tema de los migrantes una oportunidad de oro que no desaprovechará para reelegirse.

Los norteamericanos votarán por un endurecimiento de su frontera mientras los papanatas jefes policiales, migratorios y militares mexicanos no hacen su chamba.

Es vergonzosa la forma como los migrantes han burlado en cerco policiaco desde el río Suchiate. Dentro del grupo vienen muchos maras, gentes vinculadas al crimen, venta de drogas, asesinatos y trata de blancas.

La caravana migrante centroamericana desnudó la fragilidad de la frontera sur mexicana.

Cualquiera bajo el pretexto que vive mal en su país y que no existen condiciones puede violar la soberanía nacional y nadie dice nada.

El único responsable en el lado mexicano es el gobierno que con su actitud los alienta. Y como dicen en las redes sociales “así no se pinches puede”.

Centroamérica, crisis humanitaria

@JLCastillejos  | @OpinionLSR | @lasillarota