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Carlos Martínez, un loco inmortal

Se nos fue un periodista cultural maldito: Carlos Martínez Rentería. Difícil describirlo. Un personaje libre, disruptivo, loco, lleno de energía. | Ulises Castellanos

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Escrito en OPINIÓN el

“Si quieres saber dónde está Dios, pregúntale a un borracho”. ? Charles Bukowski

Se nos fue un periodista cultural maldito: Carlos Martínez Rentería. Difícil describirlo. Un personaje libre, disruptivo, loco, lleno de energía. Nos conocimos hace 34 años en la librería Reforma que hoy es el estacionamiento de un hotel lujoso en la Esquina de la Información. Yo cruzaba los 20 años de edad y él rondaba los 25, era 1988. Nos presentó Pilar Jiménez Trejo, guapa y talentosa reportera del ámbito cultural de entonces.

Charles Bukowski decía : “Si ocurre algo malo, bebes para olvidarlo; si ocurre algo bueno, bebes para celebrarlo; y si no pasa nada, bebes para que pase algo”. Y Carlos era un fiel seguidor de Bukowski. Nos creíamos inmortales. Y todos bebimos en su funeral, para celebrarlo.

Foto: Ulises Castellanos

“Alguna gente no enloquece nunca. Qué vida verdaderamente horrible deben tener”. ? Charles Bukowski

Carlos era un editor creativo, vivía sin prejuicio, recuerdo cuando vio por primera vez a Guillermina Escoto, “me gusta esa chava” me dijo, en semanas fue su novia, luego su esposa y la madre de su único hijo Emiliano. Carlos murió en los brazos de Guille. En el delirio de los medicamentos, se despidió de varios pero a Guille le susurró al oído, que lo sacara del hospital, quería irse de fiesta. Murió como quiso. Libre y sin dolor. Guille fue el amor de su vida en medio de una tormenta emocional sin fin.

La relación con su hijo Emiliano era hermosa, lo vimos nacer y crecer, y Carlos se lo llevaba apenas empezó a caminar a las interminables juntas editoriales que teníamos en la revista Generación y que siempre terminaban en bacanal; Emiliano supo adaptarse. 

Juntos construimos Generación y arrancamos en la vida. Cientos de escritores, poetas, fotógrafos, pintores y artistas multidisciplinarios crecimos en las páginas de la revista Generación.

“Un intelectual es el que dice una cosa simple de un modo complicado. Un artista es el que dice una cosa complicada de un modo simple”. ? Charles Bukowski

Carlitos como le decíamos algunos, era un intelectual que decía las cosas de manera simple. Durante años disfrutamos la Feria del Libro de Guadalajara donde cada año presentábamos la revista. En el bar de la Mutualista bebíamos hasta el amanecer.

Carlos era incansable, diario se le ocurría algo nuevo, aglutinó a su alrededor a cientos de artistas de nuestra generación, alrededor de él nos conocimos todas y todos. La oficina era una pasarela inagotable. Con él conocí las peores y las mejores cantinas, ya fuera en el Cervantino o en el Centro histórico de la Ciudad. Del Bombay, al Covadonga, pasando por el bar de la Ópera, no dejamos una barra de alcohol virgen.

Uno de los legados más importantes que dejó Carlos, fue la historia editorial que hizo, editando la revista Generación, la revista contracultura más importante del país. Un esfuerzo tenaz que le dio la oportunidad a decenas de jóvenes que se dieron a conocer en sus páginas. Una revista que además contó con la participación de Carlos Monsiváis, José Luis Cuevas, Juan Villoro, Guillermo Fadanelli, Eduardo Vázquez Martín, Musacchio, José Agustín, Columba Vértiz, Natalia Toledo y Héctor García entre muchos otros.

Aunque todos sabíamos que esta fecha llegaría -le habían diagnosticado diabetes a los 30 años de edad- nunca dejó de beber y divertirse. Vivió casi otros 30 con la enfermedad sin cuidarse, pero al final tropezó consigo mismo. Su muerte es un golpe a la memoria. Se agolpan los recuerdos, las risas, las fiestas, las broncas, los cierres de edición y las decenas de portadas que hicimos juntos. Esta fecha estaba marcada en el calendario de nuestras vidas. Un día volveremos a beber juntos en el Infierno.

Se fue contento. Nunca se quejó de su enfermedad. Sin remordimientos, se despidió de todos. A sus hermanos les dijo que estaba tranquilo y orgulloso de su hijo, que sabía que Emiliano estaría bien. Él tiene hoy 30 años. 

Emiliano leyó poemas en el funeral de su padre. Fue un funeral/fiesta. Sin darnos cuenta comenzó a correr mezcal y whisky; la música, las lágrimas, los besos y los abrazos.

Ahí estaban todas y todos sus amigos y familia. Fue conmovedor encontrarnos por ahí a Guille, Emiliano Martínez, Mayra, Edgardo Bermejo, Pacho, César Martínez, Felipe Posadas, Miguel Ángel Pineda, Carlos Taboada, Benjamín Anaya, Héctor García, Inti Muñoz y Rosa María Villarreal, entre muchos otros rostros que se asomaban detrás del infame cubreboca, que nos robaba encuentros inesperados por no poder reconocernos siempre. Un funeral en pandemia es como una fiesta de disfraces, tardas en reconocer a los invitados. 

Pero al final, por fortuna, las miradas también sabían reconocerse. Una voz, un detalle, un llanto, un abrazo. Ahí estábamos todas y todos. Ahí estábamos despidiendo a nuestro amigo. 

“Tienes que morir unas cuantas veces antes de poder vivir de verdad”. ? Charles Bukowski

A estas alturas, Carlitos debe estar bebiendo un buen mezcal en el más allá y sabe que lo extrañaremos siempre. Un trago a su salud. Durante años compartimos, copas, risas y excesos como dijera Joaquín Sabina.

La foto que hoy les comparto, se la tomé a Carlitos en la Fundación Poniatowska en octubre de 2018, cuando celebramos los 30 años de Generación. Se nos cruzó la pandemia y nos vimos poco los últimos dos años. Sin embargo, pudimos hablar de manera virtual hace un mes. Y de alguna manera, pudimos despedirnos. En paz descanse.

PD. Me sumo a la iniciativa que platicamos en el funeral, este año deberían darle el Premio Nacional de Periodismo Fernando Benítez en la FIL de Guadalajara. Se lo merece.