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Cáncer, seis letras que enfrían el alma

Según informes proporcionados por la Secretaría de Salud más del 30 por ciento de todos los tipos de cáncer son prevenibles.

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Escrito en OPINIÓN el

Un silencio mortal inunda el consultorio de paredes blancas adornadas con diplomas e imágenes representativas del cuerpo humano. El paciente –inmóvil, sentado en una silla de tapiz negro– muestra una sonrisa intranquila, por lo que es fácil leer el miedo del que comienza a ser presa conforme los segundos avanzan y la espera se prolonga. Cruza los brazos, al tiempo que limpia el sudor en sus dedos frotándolos contra sus ropas.

 

El especialista, luego de leer cuidadosamente el documento que sostiene entre sus manos suspira profundamente, levanta la mirada por encima del armazón de sus anteojos y sentencia a sangre fría: “El tumor es maligno, y nuestras sospechas se han confirmado ¡tiene cáncer!”.

 

Cualquiera de nosotros –el que escribe estas líneas o ustedes amables lectores– podríamos convertirnos en un momento indeterminado en el paciente temeroso que aguarda tan trágica noticia que describí en esta breve escena.

 

Es por eso que aprovecho este espacio teniendo como pretexto el Día Mundial Contra el Cáncer que se conmemoró el pasado miércoles 4 de febrero, para reflexionar sobre el asunto.

 

Para muchos el cáncer es sinónimo de muerte, y cómo no serlo si la Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta anualmente 7.5 millones de personas muertas por esta enfermedad; y en México, cada día los especialistas diagnostican 350 individuos con tumores malignos y fallecen anualmente 78 mil mexicanos, lo que se traduce en una muerte cada siete minutos.

 

Sin embargo, dentro del vórtice del dolor que esto representa, hay que atender las voces que nos dicen que el cáncer es curable, y dejando a un lado los spots y slogans publicitarios, es cierto, si se detecta a tiempo no todos los cánceres son mortales, y con un tratamiento adecuado y a tiempo es posible vencerlo; ya sea con radioterapias, quimioterapias o la cirugía y con todos los avances que día a día nos aporta la ciencia.

 

Además, podemos hacer mucho para no llegar a tan drásticos procedimientos, como bien dicen, la prevención es la mejor medicina, y contra este letal enemigo que avanza en silencio no hay mejor medicamento que la prevención.

 

Según informes proporcionados por la Secretaría de Salud más del 30 por ciento de todos los tipos de cáncer son prevenibles, pero para ello recomiendan realizar ejercicio físico todos los días; dejar el tabaco y la ingesta de bebidas embriagantes; suprimir de nuestra dieta productos refinados como pueden ser el azúcar, la sal o el arroz, sólo por citar algunos ejemplos; y agregar a nuestro consumo diario alimentos como el tomate, el brócoli, lentejas, frijoles, uvas, y muchos otros, que además de beneficiosos son sabrosos.

 

Lo anterior lo sustentan especialistas e instituciones de salud como el Hospital John Hopkins de Estados Unidos, que aunque no han encontrado las causas que originan que las células humanas se rebelen dividiéndose y multiplicándose a su propio ritmo hasta formar bultos anormales, en algo sí están de acuerdo, en que el estilo de vida propicia que alimentemos o no esas células cancerosas y por ende se reproduzcan.

 

Es una lucha titánica contra un enemigo silencioso, que cada vez cobra más fuerza y deja marcada la vida de muchas familias, porque cada vez es más difícil no ser hermano, amigo, hijo, padre, madre, primo, tío, vecino, esposa o cualquier familiar de alguien que haya sido diagnosticado con cáncer.

 

No aguardemos a formar parte de las estadísticas de los pacientes: cuidemos nuestra salud con una sana alimentación, un responsable estilo de vida, tomemos medidas contra las infecciones virales, la exposición a radiaciones o productos químicos dañinos, y más si somos portadores de genes propensos que aumenten el riesgo de padecer la enfermedad.

 

La ciencia avanza, pero no podemos dejar todo en manos de ella, porque no sabemos si en nuestra búsqueda por una cura contra el cáncer desarrollaremos enfermedades más letales. Mejor, cuidemos nuestra salud desde ahora empezando con la alimentación, y dejando a un lado malos hábitos; tal vez no nos aseguren que nunca padezcamos esta enfermedad, pero sí nos brindarán un alto porcentaje para no ser ese paciente nervioso que aguarda el diagnóstico médico.

Eso es mejor que nada.

 

@plumavertical