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Cáncer colorrectal por comer carne

La vida no es tan simple, ya no es tan simple elegir qué comer.

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Escrito en OPINIÓN el

Suena a locura. Podría ser un nuevo documental de Morgan Spurlock y pasar como otra ocurrencia del creador de Super Size Me, pero fue la Organización Mundial de la Salud la que advirtió hace unos días que el consumo de carne roja y carne procesada es muy probablemente una de las causas de cáncer colorrectal, de páncreas y de próstata.

 

El pasado 26 de octubre los dueños de los McDonald´s y de los Burger King, los fabricantes de salchichas y demás comida basura, se sintieron ofendidos con el mensaje que comenzó a circular desde Lyon.

 

“El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), el órgano de la Organización Mundial de la Salud (OMS) especializado en el cáncer, ha evaluado la carcinogenicidad del consumo de carne roja y de carne procesada”, dice el comunicado. “Después de una revisión exhaustiva de la literatura científica acumulada, un Grupo de Trabajo de 22 expertos de 10 países, convocados por el Programa de Monografías del CIIC, clasificó el consumo de carne roja como probablemente carcinógeno para los humanos, basado en evidencia limitada de que el consumo de carne roja causa cáncer en los humanos y fuerte evidencia mecanicista apoyando un efecto carcinógeno”.

 

Los dueños de McDonald´s y Burger King, los de las otras cadenas de comida rápida y los productores de carne mexicanos comenzaron a alterarse. No, no era un documental más de algún tarado estadunidense tratando de ganarse unos pesos atacándolos. Se trataba de la OMS lanzando una seria advertencia: “Esta asociación se observó principalmente con el cáncer colorrectal, pero también se han visto asociaciones con el cáncer de páncreas y el cáncer de próstata”.

 

Reiterando:

 

“La carne procesada se clasificó como carcinógena para los humanos, basada en evidencia suficiente en humanos de que el consumo de carne procesada causa cáncer colorrectal”.

 

Ésa es una buena razón para comenzar a hacerle caso a los fastidiosos vegetarianos, que siempre con su rostro pálido o verdoso nos dicen que les da asco ese pedazo de carne jugoso y sangriento que pasamos con un buen vino o una helada cerveza. Es una buena razón para dejar de comprar comida en los restaurantes de comida rápida. Para bajarle a la ingesta de albóndigas y de tacos de chorizo verde, incluso hamburguesas de la esquina, las que hacen al carbón.

 

“Estos hallazgos apoyan aún más las actuales recomendaciones de salud pública acerca de limitar el consumo de carne”, dijo el doctor Christopher Wild, director del CIIC. "Al mismo tiempo, la carne roja tiene un valor nutricional. Por lo tanto, estos resultados son importantes para permitir a los gobiernos y a las agencias reguladoras internacionales realizar evaluaciones de riesgo, a fin de balancear los riesgos y beneficios de consumir carne roja y carne procesada, y poder brindar las mejores recomendaciones dietéticas posibles”, indicó.

 

La carne roja, explica la OMS, se refiere a todos los tipos de carne muscular de mamíferos, tales como la carne de res, ternera, cerdo, cordero, caballo o cabra.

 

La carne procesada se refiere a la carne que se ha transformado a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación. La mayoría de las carnes procesadas contienen carne de cerdo o de res, pero también pueden contener otras carnes rojas, aves, menudencias o subproductos cárnicos tales como la sangre.

 

“Ejemplos de carnes procesadas incluyen frankfurters (perros calientes/hot dogs/salchichas), jamón, salchichas, carne en conserva (corned beef), y cecina o carne seca, así como carne en lata, y las preparaciones y salsas a base de carne”.

 

Y mientras nosotros pensamos que probablemente nuestro hábito de devorar cortes ya nos afectó de por vida, me llega un boletín a mi mail de algo llamado Consejo Latinoamericano de Proteína Animal (Colapa).

 

“El Colapa -que promueve el consumo de proteína animal en la región y que tiene presencia en Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador y México- considera que las afirmaciones que relacionan la clasificación de la carne procesada, como carcinógenos, y de la carne roja, como probablemente carcinógena, están fuera de contexto”.

 

Fuera de contexto. Es decir, quieren aclarar a la mismísima OMS, decirle a sus científicos que están equivocados. A ver, los que matan las reses quieren aclararle a los que investigan las enfermedades, a los sabios, que saben más que ellos. Ajá.

 

“Es importante señalar que el consumo de carne, como de toda la proteína animal, en cantidades adecuadas y sin exceso, es benéfico para la salud; sin embargo, circuló información sobre el reporte de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) donde no se toma en cuenta el estudio completo ni los lineamientos de la propia Agencia”, reitera la Colapa.

 

Puede sonar a broma, una mala broma contra algunas economías, pero no. Parte de estos hallazgos serán publicados en la respetadísima The Lancet Oncology. Los de la Colapa, o como se llame esa asociación, pueden estar tranquilos, los que nos lanzan la advertencia saben de qué hablan.

 

Y si tienen dudas: “El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) forma parte de la Organización Mundial de la Salud. Su misión es coordinar y realizar investigaciones sobre las causas del cáncer en humanos, los mecanismos de la carcinogénesis, y desarrollar estrategias científicas para el control del cáncer. El Centro está involucrado en la investigación epidemiológica y la investigación de laboratorio, y en la diseminación de información científica a través de publicaciones, reuniones, cursos y becas”.

 

Ahora que lo sabe, depende de usted tomar decisiones. Esos 800 gramos de churrasco o esas salchichas jumbo de la tienda de la esquina, o un platito de ensalada con aderezo que sabe a nada.

 

Lo ideal es que nos dejen decidir, no están prohibiendo la carne. Lo que desearía es que las grandes vendedoras de carne no siguieran con sus campañas de desinformación y sartas de estupideces, muy al estilo de algunos de los documentalistas gringos que nos quieren hacer ver a las corporaciones como el diablo, y a los marginados como santos. La vida no es tan simple. Ya ni siquiera es simple elegir qué comer hoy en día.