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Campañas negativas: Oportunidades y riesgos

Las campañas negativas en la red seguirán siendo nuestro pan de cada día.

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Escrito en OPINIÓN el

¿Las campañas negativas aportan algo? La respuesta es sí, aunque lo que aporten no es necesariamente positivo, tampoco es totalmente negativo. Según expertos en marketing y comunicación política, las campañas negativas contribuyen a la participación electoral, al debate de ideas y a un análisis crítico del mensaje por parte del electorado.

 

Una investigación de Richard Lau e Ivy Brown, investigadores de la Universidad Rutgers, reveló que en las elecciones al Senado de los Estados Unidos de América (EUA) en las cuales se presentaron altos niveles de propaganda negativa, tuvieron los mayores niveles de participación, ya que suelen centrarse en uno o dos temas fundamentales para el electorado medio. http://bit.ly/1QpdYrO

 

Pero los críticos de las campañas negras que promueven su prohibición, aseguran que entre los efectos perjudiciales se encuentran: La degradación del partido político y sus integrantes, la alienación de los ciudadanos, el aumento del abstencionismo, la falta de civilidad en el debate, la agudización de la polarización, el engaño a los electores, entre otras.

 

De acuerdo con el libro de Virginia García Beaudox: “Comunicación política y campañas electorales”, se entiende como campaña negativa la que, más que ocuparse de remarcar las virtudes de un candidato, apunta a resaltar los defectos del adversario. En este caso, un candidato no realza sus propias virtudes, sino que destaca lo negativo del oponente. Se trata de socavar la reputación de un candidato u opción política, a través de evocar imágenes y argumentos que degraden la percepción que tengan los votantes respecto del rival.

 

Durante el proceso electoral que culminó con la jornada electoral del pasado domingo 7 de junio, las campañas sucias y negativas estuvieron presentes desde mucho antes de que iniciara, durante e incluso, continuará con rumbo a las elecciones de 2018.

 

La disputa esta y seguirá en internet y las campañas negativas en la red seguirán siendo nuestro pan de cada día. Twitter, Facebook y el canal de videos YouTube son las plataformas favoritas de los políticos, estrategas y prácticamente cualquier usuario de la red, que por medio de estos canales y de forma casi anónima quiera distribuir cualquier mensaje: Es rápido, de bajo costo y sobre todo no se encuentra regulado electoralmente.

 

Y es que a pesar de que después de la controvertida elección presidencial de 2006, se aprobó un paquete de reformas que restringió e impuso sanciones a partidos y candidatos que incurrieran en mensajes denigratorios, estas prohibiciones a contenidos determinados atentaban contra el derecho básico a la libertad de expresión.

 

Por tal motivo en febrero de 2014, se reformó el artículo 40, apartado C, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, quedando de la siguiente manera: “En la propaganda política o electoral que difundan los partidos y candidatos deberán abstenerse de expresiones que calumnien a las personas”.

 

Pero el internet y por ende las redes sociales están libres de cualquier legislación en materia político-electoral.

 

Los mensajes de actores, conductores y deportistas famosos a favor de un partido político, realizados mediante sus cuentas de twitter en plena veda electoral, representan a la perfección los vacíos legales de la legislación en esta materia. 

 

En este caso la disyuntiva es grande, porque por un lado este tipo de prácticas que podríamos etiquetar como desleales, no abonan en nada a la democracia que México necesita consolidar, pero por otro una mala legislación en redes sociales podría coartar gravemente la libertad de expresión de los ciudadanos.

 

Pero además de contribuir a la participación electoral, que otros efectos positivos aportan las campañas negativas, uno de ellos es la ruptura de la demagogia y la presentación de la realidad, puesto que centra la atención del electorado en las falsedades, corruptelas e ilegalidades de quienes aspiran a gobernar. Pero esta es un arma de doble filo, porque se cae fácilmente en las descalificaciones sin sustento y calumnias.

 

La denostación y el ataque sin elementos, llevan a un debate desierto en donde aparentemente gana quien cuenta con mayores recursos para difundir el mensaje. En este caso se subestima al electorado, ya que se le ve como una masa sin capacidad de discernimiento, lo cual de acuerdo a los últimos resultados electorales se comprobó que cada vez está más lejos de ser verdad.

 

Los mexicanos que salimos a votar este domingo 7 de junio, manifestamos nuestra preferencia y en algunos casos se escogió por la alternancia, en cinco de nueve gubernaturas se renovó el partido en el poder, en uno de ellos optaron por una candidatura ciudadana. En todos ellos estuvieron presentes las campañas negativas, pero el abstencionismo fue menor (47%) al de las elecciones intermedias de 2003 (41.19%) y 2009 (44.61%).

 

simon@inprincipioeratverbum.com.mx

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