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Camino real de Colima…

Ojalá sí se capture y se castigue a los culpables de atentado contra Fernando Moreno; mientras tanto, en Colima el llano está en llamas.

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Escrito en OPINIÓN el

Como si ahí no pasara nada: Y pasa todo. ‘Vine a Comala porque me dijeron que aquí vivía mi padre, un tal Pedro Páramo…”; Comala, claro, es el nombre colimense en el que se inspiró Juan Rulfo para denominar al pueblo de su obra emblemática. Así que Colima es un estado de la República Mexicana en el que todo parece estar en paz, pero no todo.

 

El lunes pasado sufrió un atentado el ex gobernador de la entidad, Fernando Moreno Peña (n. 1953) un priísta histórico, operador oficial de su partido y un personaje muy a tono con muchos políticos mexicanos: en claroscuro. Hace años quien fuera un político tabasqueño, Nicolás Reynés Berezaluce, El Chipilín, diputado que era y por entonces aspirante a candidato para la gubernatura de su estado diría: “Los políticos mexicanos no son almas puras: no existen”… Nos queda claro.

 

A Fernando Moreno Peña le cambió la vida la política, y la ambición política: Ha ocupado cargos públicos desde la tribuna en la Federación de Estudiantes Colimenses, estudió la licenciatura en derecho y también en ciencias políticas en la Universidad de Colima; fue diputado federal por el II Distrito Electoral Federal de Colima a la L Legislatura de 1976 a 1979; fue rector de la Universidad de Colima y de ahí postulado candidato del PRI a gobernador en 1997.

 

Ganó la elección por un mínimo margen frente al candidato del PAN Enrique Michel Ruiz. Tomó posesión el 1 de noviembre y su gobierno (1997-2003) tuvo más un tono político que social. Aun antes de terminar su gestión se sabía que no era un hombre para estarse quieto, sobre todo porque había aprendido a hacer política de puertas adentro…

 

“Su nombre brota cada vez que se habla de un escándalo político o de las pugnas internas del PRI en el estado” (El Universal, 13-X-15). Esto es, aún no había terminado su gestión en 2003 y desde su posición como mandatario estatal impulsó sin pudor alguno a ‘su candidato’, el priísta Gustavo Vázquez Montes. Luego a la vista del burdo modo de operar la candidatura el Tribunal Electoral Federal anuló las elecciones porque consideró que Moreno Peña ‘violó la ley al apoyar abiertamente al candidato del PRI…’. 

 

Y comenzó entonces el camino real de Colima –real, de realidad política en este caso-. En unas nuevas elecciones, de nueva cuenta ganó Gustavo Vázquez Montes pero en 2005 a los 42 años de edad falleció en un inexplicable accidente aéreo. Con él murieron tres integrantes de su gabinete (Roberto Preciado Cuevas, secretario de Turismo, Luis Ramón Barrada Cedillo, secretario de Finanzas y el director de turismo, Guillermo Díaz Zamorano) y tres personas más, entre ellos el empresario Alejandro Dávila, presidente de la Coparmex en Colima. En el transcurso del vuelo los pilotos del jet Westwind 1124 habían reportado fallas mecánicas.

 

En su lugar entró a gobernar Silverio Cavazos Ceballos, quien un año después de terminar su mandato, en noviembre de 2010 fue asesinado a tiros. Su viuda, Idalia González, afirmó en todo momento que se trató de un crimen político.

 

En mayo de 2013 la entonces procuradora Yolanda Verduzco “informó de un nuevo involucrado, Samuel Rodríguez Moreno, quien es sobrino de Moreno Peña. Además la dependencia determinó que La Familia Michoacana ordenó el asesinato de Cavazos” [Raúl Torres, Colima]. 

 

El actual gobernador, Mario Anguiano, también ha tenido diferencias con Moreno Peña; de hecho éste se opuso a su candidatura y más recientemente fue pieza clave para que el PRI designara como candidato a Ignacio Peralta, hoy gobernador electo quien ganó por un margen mínimo al panista Jorge Luis Preciado quien junto con Jesús Zambrano, del PRD, ‘exigieron investigar a Moreno Peña por sus posibles vínculos con el crimen organizado’.

 

Así que mientras son peras o son manzanas, se deberán hacer las investigaciones de ley y un juez habrá de determinar las razones del atentado. Y ojalá, sí se capture y se castigue a los culpables; mientras tanto, en Colima el llano está en llamas.

 

Al momento no se conocen las razones de este atentado aunque ya hay diferentes líneas de investigación: Crimen organizado, un asunto entre particulares, rencillas de política interna o su reciente participación como representante priista en Michoacán. Lo importante y bueno, es que sobrevive el ex gobernador; y que todos queremos saber la verdad de lo ocurrido, su origen y argumento; pero muy particularmente los colimenses.

 

Mal sabor de boca para todos en México porque de nueva cuenta el crimen rebasa al diálogo político y a la democracia. Mal sabor de boca porque parece que en la entidad en donde no pasa nada, todo pasa; o como dijera don Edmundo Valadés, ahí “la muerte tiene permiso”… ¿Por qué?

 

@joelhsantiago