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¿Cambio de estrategia?

Todos piensan en cambiar al mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo: Tolstoi.

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Escrito en OPINIÓN el

Luego de que el presidente Enrique Peña Nieto reconociera ante el Financial Times que su administración debe “reconsiderar a dónde nos dirigimos”, las acciones de los últimos días dan certeza que estamos ante un cambio de estrategia.

 

No obstante la difícil situación, la expectativa es y debe ser que las Reformas y los cambios se concreten y con éstos se alcancen los niveles de crecimiento que por varios años hemos esperado.

 

Algunos columnistas hablan de que el cambio de estrategia debe comenzar por cambios en el gabinete, en esto la rumorología es abundante, incluso llega al futurismo. Pero dicen algunos que en política y administración pública “lo que cuenta son los resultados”.

 

En este sentido, en las distintas Secretarías, en unas más que en otras, hay resultados, no los que todos quisiéramos, ya que el cambio no se da por decreto, por más grande que sea el interés en que las cosas deben cambiar, por eso creo más bien que la garantía de que estamos ante una nueva estrategia de gobierno es el hecho de que se le dé respuesta a las demandas ciudadanas lo que necesariamente obliga a agilizar y concretar las reformas en sus distintas vertientes: Laboral, Educativa, Hacendaria, Económica, Competencia, Financiera, Telecomunicaciones,  Energética.

 

Es una verdad de Perogrullo, pero hay que decirlo, mientras las reformas no impacten en el bolsillo de los mexicanos, habrá poca disposición a aceptar y entender el significado de las reformas, dice Rosario Robles “los beneficios de la reformas estructurales representan la convicción de que este país no puede avanzar sin justicia social, sin una igualdad de derechos, sin mejoras sustantivas en las oportunidades y capacidades de quienes menos tienen”.

 

Si su dicho, mismo que comparto plenamente, comienza a concretarse en el corto plazo, estoy seguro que el año entrante, bajo la premisa del presupuesto base cero, seguramente se podrán asignar menos recursos al gasto en seguridad y más a la inversión social, entendida como el incremento a la matrícula educativa, la prevención del delito y a los proyectos de autoempleo.

 

Las señales de que hay un cambio de estrategia comenzaron cuando la fuerza del Estado puso fin a los desmanes de los “trabajadores” (me niego a decirles maestros) de la Coordinadora Nacional de Educación (CNTE) y de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG). A unos los encapsuló para poner fin al plantón que tenían sobre Reforma, y a los otros por fin les puso un alto ante el enésimo intento de bloquear el aeropuerto de Guerrero.

 

Sin embargo, lo más importante en esta vertiente es aterrizar las reformas en materia educativa. Los logros empiezan a notarse, a la fecha se pasó de 6 mil 700 escuelas de tiempo completo a más de 23 mil y 193 mil personas han sido evaluadas en los procesos de selección de nuevos maestros.

 

Los anuncios de la detención de Servando Gómez Martínez La Tuta y de Omar Treviño el Z-42 dan cuenta que la labor de inteligencia de las áreas de seguridad está dando resultados, según lo expresado por el secretario de Gobernación “hasta el momento 91 de los 122 delincuentes más buscados, han muerto o ya fueron arrestados”, lo que significa un avance superior al 80 por ciento en tan sólo dos años. Es cierto que la sociedad exige mayor agilidad en el combate a la delincuencia y los esfuerzos adicionales que se hagan en la materia seguramente serán muy bien ponderados por el colectivo social.

 

Es pertinente advertir que la participación y la corresponsabilidad ciudadana en el combate a la delincuencia son fundamentales, porque no denunciar así como no atender la denuncia abona los caminos de la justicia por propia mano.

 

No obstante los resultados que ya hay, aunque todavía no son los que todos quisiéramos, es imperativo que junto con la legitima exigencia al Estado Mexicano, la sociedad se involucre más, de manera organizada, para alcanzar los resultados que se esperan particularmente en política social y en seguridad.

 

Y si usted, lectora, lector querido, no tienen inconveniente, muchas gracias por sus amables comentarios y aportaciones, nos leemos el próximo jueves.

 

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