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Cambiando la historia

La 4T es el intento más claro de rehacer la historia de México, cuando en realidad es la mayor regresión. | Julio Castillo

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Escrito en OPINIÓN el

Uno de los afanes más repetitivos del presidente López Obrador es hablar, opinar, interpretar e inventar la historia de México. Desde el lugar que él mismo se otorga dentro de la historia y hasta la reciente obsesión por rebautizar sucesos, no cabe duda que en la escuela del populismo es más importante el relato que los hechos, y ante la falta de resultados la apuesta se limita a intentar controlar el relato. Algunos ejemplos de ello: 

• Cada vez que tiene oportunidad, el presidente López Obrador dice que le robaron la elección de 2006, cuando a estas alturas resulta hasta simpático ver cómo lo repite. No hubo fraude y su derrota se debió a sus propios errores, porque tuvo oportunidad de ganar. De hecho fue su propio discurso lo que lo polarizó y aunque hubo campaña negra (abierta y en medios nacionales –López Obrador un peligro para México–), no tuvo nada de ilegal y simplemente recalcó el mensaje de polarización que AMLO impulsó… Incluso los comerciales repetían escenas de López Obrador viéndose intolerante… nadie le robó la elección, pasó exactamente lo mismo que le pasa a su gobierno, lo traicionó su propia ineptitud y falta de preparación… Quizá por eso le molesta tanto la gente que estudia dentro y fuera de México. 

• La reinterpretación del descubrimiento de América, la conquista, la noche “victoriosa” y todas las ocurrencias afines, son parte del manual populista. Generar un orgullo nacionalista en una retórica que polariza al país frente al resto del mundo. Es lo mismo que hacen en Corea del Norte y en Cuba cuando les inculcan un relato en donde las dictaduras se explican históricamente con sus dictadores héroes (las generaciones anteriores de la dictadura), y también sus propios villanos, que en ambos ejemplos son Estados Unidos. Para México no es nuevo el intento nacionalista extremo… En 1930, el presidente Pascual Ortiz hizo que se sustituyera a Santa Claus por Quetzalcóatl y bueno… fue hasta ideología política el “nacionalismo revolucionario”. Lo curioso es que la mayoría de los mexicanos no compartimos los traumas del presidente y entendemos con facilidad que México es el resultado de la mezcla de dos culturas y de dos mundos… Poner una pirámide de cartón en el Zócalo para escenificar sacrificios humanos es celebrar lo peor de una cultura que tuvo sus luces en aspectos mucho más trascendentes. 

• La 4T es el intento más claro de rehacer la historia de México… El presidente López Obrador lo plantea como el gran cambio de nuestro país, pero en realidad es la mayor regresión de la historia y será ésta misma la que lo ponga en su lugar… Seguro será sólo un recuerdo de una época de un mal gobierno, ocurrencias y fracasos.

No me corresponde a mi escribir la historia, pero creo que nos toca a todos cuidar nuestra propia historia. Hoy López Obrador se pone a sí mismo como el padre de la democracia mexicana, cuando en realidad es quien la está desmantelando… La democracia es una fiesta a la que López Obrador llegó tarde, la cual ni siquiera ha terminado de entender… La lucha democrática es primordialmente del PAN en México y su consolidación se da gracias a la voluntad de los líderes de finales de los 80 y principios de los 90. Líderes como Carlos Castillo Peraza, Luis H. Álvarez, Luis Donaldo Colosio y Heberto Castillo son figuras democratizadoras… y mientras esto pasaba López Obrador ni siquiera era parte de los priistas que querían modernizar al PRI.