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¿Bullying en la Cámara de Diputados?

El bullying es una práctica común en algunas áreas del Congreso, sobre todo en la Dirección General de Apoyo Parlamentario, al cargo de Rubén Resillas. | Romina Román

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Escrito en OPINIÓN el

El año de la “Paridad de Género” en la LXIV Legislatura de la Cámara de Diputados quedará sólo en buenos deseos, luego de que varios empleados de San Lázaro son víctimas recurrentes del acoso laboral, sin que nadie haga nada.

Nos cuentan que el bullying es una práctica común en algunas áreas del Congreso, sobre todo en la Dirección General de Apoyo Parlamentario, a cargo de Rubén Resillas, quien ya alcanzó cifra récord en el número de denuncias por acoso laboral. Las quejas se presentaron ante Contraloría Interna de la Cámara Alta y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.

Lo grave del asunto es que a pesar de los reclamos formales, no pasa nada. Según consta en los expedientes, las seis denuncias que se presentaron entre 2016 y 2018 ante la Contraloría Interna que encabezó hasta diciembre Alfredo Wong, no prosperaron, a pesar de la insistencia de la Secretaría General y la Secretaría de Servicios Parlamentarios, quienes exigieron una investigación a fondo.

Ante el caso omiso por parte del Contralor, uno de los quejosos llegó hasta el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. Los principales motivos de las inconformidades se relacionan con violencia verbal, amenazas de despido, burlas públicas, bullying, aislamiento laboral, marginación, acusaciones falsas; la mayoría son en contra de mujeres.

Incluso, Jorge Ramírez Rosete, ex Diputado de Morena, solicitó a la administración de la Cámara medidas de protección contra una joven que denunció a Rubén Resillas ante la Contraloría Interna y por órdenes del diputado, se transfirió a otra área, como una medida de precautoria para la empleada.

Pero el problema no parará ahí, ya que la molestia de los inconformes ante la pasividad de los legisladores escalará de nivel y planear llegar con Mario Delgado, coordinador de los diputados de Morena o con Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Cámara, para exponerles el problema; de no obtener respuesta, nos dicen que buscarán todas las instancias a su alcance, incluyendo al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Nos cuentan que a pesar de las distintas presiones de los entonces altos mandos de la Cámara para el cese definitivo de Resillas, sus gestiones no prosperaron debido a que de acuerdo con la Ley del Congreso, los únicos que pueden sustituir de su cargo a un Director General son los Coordinadores mediante un acuerdo parlamentario, de ahí que se explica el por qué sus superiores jerárquicos de legislaturas anteriores no lograron removerlo de su cargo y pidieron la intervención de la contraloría, sin ningún resultado.

Juego sucio

Ya que hablamos de la Cámara de Diputados, ésta se podría ver envuelta en un grave problema, debido al resultado de la licitación HCD/LXIV/LPN/01/2019 para el servicio de limpieza del recinto, esto porque el pasado 19 de diciembre llegó una misiva en la que la Unión Nacional Independiente de Trabajadores y Empleados de Limpieza, Seguridad, Mensajería, Mantenimiento, Construcción, Similares y Conexos de la República Mexicana, requirió que las firmas ganadoras P&C Limpieza SA de CV y Joad Limpieza y Servicios SA de CV, fueran investigadas por la sospecha de haber presentado “documentación presumiblemente apócrifa, manipulada, alterada, incompleta o imprecisa”.

Por lo pronto, la oficina de la secretaria General de San Lázaro, Graciela Baez Ricardez, deberá responder a los cuestionamientos de transparencia y legalidad, pues el sector señala que ambas firmas incumplen con diversos requisitos.

Así las cosas…

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