El surgimiento del Hashtag #YaMeCanse2 pone al descubierto una supuesta estrategia de bots pagados por el gobierno federal para apagar el posicionamiento que, por más de 28 días consecutivos tuvo su antecesor #YaMeCanse.
Analistas de las redes sociales y activistas políticos aseguran que gobiernos de los estados asícomo la Presidencia de la República han puesto en operación a gurúes de las redes sociales para tratar de acallar lo que a todas luces no se puede tapar con un dedo, o en este caso con un click.
Lo preocupante es que la actitud de la sociedad mexicana es cada vez más agresiva en las redes sociales y este activismo digital se convierte cada vez más rápido en un activismo diario participando en marchas y protestas o con la corresponsabilidad por muchos anhelada al exigir a las autoridades que hagan su trabajo o al no formar parte de la corrupción rampante que corre por las venas de nuestro país.
Cada día que pasa es un día más en donde quienes operan a favor del régimen cobran por sus servicios digitales, es decir, los bots están pagados por nosotros, fíjate que suave como decía Manolín, el inseparable y pícaro compa de Chilinsky.
Más allá de lo que pase, considero que los políticos ya no pueden sustraerse a la importancia que las redes sociales tienen y tendrán en los procesos electorales y en la ejecución de su labor al frente de gobiernos de cualquier nivel.
Y la cosa es que vamos a ver lo mismo que en la vida real, en Twitter y en Facebook también hay porros y tragalonches, acarreados y encapuchados, hay quienes truenan los eventos y quienes simulan, hay de todo, como en botica.
Pero es muy importante que tanto sociedad como gobierno entiendan una realidad que llegó para quedarse: estar en redes sociales es obligado y la necesaria intervención de la transparencia y la libertad de expresión es más que necesaria inevitable.
Tal vez mi visión sea demasiado optimista pero es que no quiero ver a mi país más lastimado de lo que está, quisiera que le fuera bien al presidente aunque también estoy de acuerdo en que si el presidente no puede pues que renuncie, pero lo que más me gustaría es ver que se le llamen a las cosas como son.
Alguien dígale a César Camacho que sus tweets con una imagen del chorizote eterno que en lenguaje demagógico habla de compromisos pueden ganar el premio a los tweets más aburridos y menos vistos del mundo. Todo mal: Sus tweets son largos, no traen imágenes atractivas, publica ligas a las que sólo el 2% mundial accede y nunca edita en menos de 80 caracteres, recomendación de cajón para que los tweets sean un poco más retuiteables.
Pero bueno, es que los gurúes con títulos extravagantes de instituciones popof saben más de una materia que no se enseña en las aulas y en donde quienes vivimos de esto y analizamos casi 24/7 somos líderes.
A los asesores les digo: Buena suerte…
Charlemos en @_TORRESBERNAL