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Bloomsday: James Joyce y Nora Barnacle

Al poco tiempo de conocer a Nora, James le hizo una propuesta muy poco romántica. | María Teresa Priego

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Escrito en OPINIÓN el

El 10 de junio de 1904, el estudiante dublinés James Joyce de 22 años, conoció en Nassau Street a la joven camarera Nora Barnacle. El 16 de junio tuvieron su primera cita, ese encuentro (ya legendario) en el que después de caricias muy íntimas, Joyce le dijo a Nora: “Tú me hiciste un hombre”. “Ulises”, la inmensa novela de Joyce publicada en 1922, sucede en un solo día. Un día en la vida de Leopold Bloom y en los viajes de la memoria. Y es justo el día de ese primer acercamiento amoroso con Nora Barnacle, marcado por Joyce como el gran parteaguas de su vida: 16 de junio. Cuando Nora “hizo de él un hombre”.

La primera celebración de Bloomsday tuvo lugar en 1954 (a cincuenta años del día en el que transcurre la novela) Flann O’Brien y Patrick Kavanagh encabezaron una suerte de peregrinaje a los espacios más relevantes de “Ulises”, como Martello Tower frente al mar, leyendo las páginas de Joyce en voz alta. Desde entonces, cada año los lectores de Joyce toman las calles de Dublín en ese gran festejo literario: Bloomsday. No sólo en Dublín.

Al poco tiempo de conocer a Nora, James le hizo esta propuesta muy poco romántica -sobre todo- para su época. “¿Dejarías Irlanda y te irías conmigo? Pero nunca nos vamos a casar”. Nora Barnacle dijo que sí y lo siguió a Zurich, a Trieste, a París, a Suiza. Lo siguió en los viajes de una escritura a la que en muchas ocasiones se ha tratado de “Borderline”. Fue su sostén, su personaje, su fuerza. Una muy su amante y una muy su cómplice. La Nora telúrica del monólogo de Molly Bloom. La que afirmaba que la escritura de su marido no le interesaba. La madre de Georges y Lucía.

Brenda Maddox escribió una muy interesante biografía de Nora. En la primera década del siglo XX, esa joven católica de un minúsculo pueblo perdido en la zona (tan aislada) de Connemara, estuvo dispuesta a romper con todo para seguir a un escritor alto y delgado, que bebía de más y que le ofrecía un futuro más que incierto. Para leer en estos días del post-Bloomsday: “Dublineses”, “Retrato del artista adolescente”, “Finnegans Wake”.

Brenda Maddox afirma que Nora (esa mujer tan criticada por “inculta”), inspiró los personajes femeninos de Joyce. Se casaron en 1931 en Suiza. Después de toda una vida juntos. Lucía Joyce pasó la mayor parte de su vida en el hospital psiquiátrico con un diagnóstico de esquizofrenia. Joyce la adoraba, su relación con su madre en cambio, era muy conflictiva. Vivieron, Nora Barnacle y James Joyce, sobre todo, el uno para el otro. Al final de cuentas, Bloomsday es uno de los más bellos homenajes al amor y a una mujer: que toda la historia suceda en un día. Que toda la historia suceda ese día, en el que encontró a la mujer con quien Joyce compartió (a veces tan a trompicones), toda su vida.

Para  todos los joycianos: Happy (post) Bloomsday.