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Banxico, la Ley Monreal y el cinismo

Una banca central diezmada sólo atrae la ley de la selva. | Roberto Rock L.

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Escrito en OPINIÓN el

El balance del affaire legislativo por la frustrada Ley Monreal, que pretendía convertir al Banco de México en “lavandería” de dólares de procedencia sospechosa, marcará a diversos personajes como parte de una facción política dispuesta a todo, incluso a incurrir en una descarada fiesta de cinismo, con tal de aumentar sus parcelas de poder en el convulsionado escenario de la 4T.

Merecedor desde hace años de las suspicacias del sistema de justicia norteamericano, por señalamientos sobre integrantes de su familia en actividades presuntamente ilegales, el senador Ricardo Monreal, coordinador de la bancada de Morena en la cámara alta, se estrenará ante el nuevo gobierno de Biden, en Washington, como un actor que invirtió todo su peso para alcanzar una maniobra que, vista en perspectiva, intentaba burlar a varias agencias norteamericanas que monitorean operaciones tóxicas, operaciones con dólares en efectivo en México.

El senador poblano Alejandro Armenta, al que se le atribuye la triste condición de títere de Monreal, se empleó a fondo en la tarea de desacreditar al Banco de México, describiéndolo como “un banco más que protege sus intereses, que no son los de la gente”. Esta muestra de cinismo descarado hizo que todos recordáramos que una banca central es el gesto básico de un país civilizado que busca poner un dique a los apetitos de los políticos sobre el tesoro nacional. Y que una banca central diezmada sólo atrae la ley de la selva.

Los banqueros del país asociados en la ABM debieron rebasar a su dirigente formal, Luis Niño de Rivera, que en marzo próximo no sólo entregará el cargo sino un trozo de la maltrecha dignidad del sector al esconder la cabeza ante la crisis que exhibía a sus patrones en el Banco Azteca y en el Grupo Elektra, ambos propiedad de Ricardo Salinas Pliego, dueño también de Televisión Azteca.

Ante las evidencias de que la Ley Monreal era un intento de cínico favor a Salinas Pliego -uno de los aliados favoritos del presidente López Obrador-, para fortalecer sus operaciones financieras internacionales, banqueros independientes debieron brincar a Niño de Rivera en aras de su propio prestigio y para dejar a salvo al menos una parte de vergüenza.

Predominó la percepción de que el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, decidió mirar hacia otro lado en lugar de haber sido el primero en plantar cara frente al amago contra la autonomía y la operación del Banco de México, lo que hubiera puesto, potencialmente, en predicamento la viabilidad de todo el sistema financiero del país.

Herrera ha sido reconocido por apegarse a la doctrina del conservadurismo en materia de política económica (neoliberal, en sentido estricto), pero con esta historia volvió a dar la razón a quienes sostienen, dentro y fuera de Palacio Nacional, que Hacienda requiere un titular que le pueda decir no al Presidente, como en su momento lo hizo Carlos Urzúa -que se opuso públicamente a la Ley Monreal-, a consecuencia de lo cual debió botar el arpa.

Debe reconstruirse la historia de cómo se descarriló el empecinamiento presidencial, que en una conferencia “mañanera” había insistido en la aprobación de la ley. Quién en la Cámara de Diputados endureció la pierna para intentar sacar la reforma contra viento y marea. Quiénes de entre los partidos de la oposición se estaban prestando a la maniobra. Y cómo llegó, en el último momento, la orden de amarrar los caballos del cinismo para permitir que la cordura y el respeto a la República prevalecieran.

Debe rescatarse al detalle este episodio ominoso. Porque la intentona no está del todo sepultada. Y porque debe esperarse el próximo retorno de los brujos.

Fuera de libreta: Ya en la ruta de los descarados, incluya usted al dirigente de Morena, Mario Delgado, que, en la ceremonia armada para la designación de Alfonso Durazo como candidato al gobierno de Sonora, aspirante único, sin encuesta de por medio ni ningún otro de esos remilgos de las contiendas internas que alientan la democracia en los partidos. Delgado adornó a Durazo al grado de decir que durante su gestión como secretario federal de Seguridad los índices de criminalidad disminuyeron, lo que es una falsedad absoluta.

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Tras la sorpresiva designación de Esteban Moctezuma como próximo embajador en Estados Unidos, de inmediato comenzaron los jaloneos para definir su relevo en la SEP. Anoche parecía adelantarse la causa de Rubén Rocha, senador por Sinaloa que preside la comisión de Educación y registrado como aspirante a la candidatura por Morena para la gubernatura por su estado. De concretarse ello, dejaría el camino libre al principal contendiente, Gerardo Vargas. (rockroberto@gmail.com).