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“Así, sí”, pero yo digo que también

Así no, así no queremos vivir; así, con miedo, con angustia, con dolor, con tristeza, con violencia, violentadas, amenazadas..., así no. | Fausta Gantús*

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Escrito en OPINIÓN el

La cultura machista y patriarcal sigue dominando nuestras formas de vida, sigue normando el pensamiento de hombres y mujeres, hay que decirlo (insistamos: hay tanto mujeres machistas como hombres feministas, aunque haya quien piense que esas fórmulas no existen), continúa determinando las pautas de la “buena moral”. Les machistas –en general les integrantes de ese universo que Carlos Fuentes llamara el de “las buenas conciencias”–, discurren en el convencimiento que las protestas de las mujeres requieren del manual que elles dicten y de su gentil aprobación. Ante la pinta de monumentos históricos, igual que de bardas, vidrios y pisos (lo cual muestra que el asunto de los símbolos nacionales no es en realidad el tema de fondo), se escandalizan, se horrorizan, dan voces de alarma, saturan las redes de mensajes condenatorios.

“Así, sí”, era el contenido de un mensaje de twitter que acompañaba al video de la concentración del día 29 de noviembre en la explanada del zócalo de la Ciudad de México para realizar el performance de “Un violador en tu camino”. El autor era un individuo del sexo masculino, el nombre da igual, lo que importa es que resume, ejemplifica el sentir de cientos y miles de ellos y ellas que, tal si de una tabla rítmica de niños de primaria se tratara, aplauden condescendientes. Pues no “así sí”, sino así también.

Lo que las mujeres hacen/hacemos es expresarnos por todos los medios y de todas las formas posibles para decir una y otra, y otra, y otra vez, y las que sean necesarias: Así no, así no queremos vivir; así, con miedo, con angustia, con dolor, con tristeza, con violencia, violentadas, amenazadas..., así no, señores, así no señoras (que apoyan el machismo), así no, autoridades sordas e indiferentes: ASÍ NO QUEREMOS VIVIR. Libres de intimidación, sintiéndonos seguras, ASÍ SÍ.

Un poquito de conciencia solidaria no vendría nada mal. Por un momento, sólo por un momento intenten/intentemos hacer el ejercicio de pensar: ¿y si fuera yo, qué haría? ¿Qué actitud tendría si algo de eso le pasara a una mujer cercana a mí: madre, tías, hermanas, esposas, hijas, sobrinas, nietas, amigas? ¿Qué haría yo entonces si un día no volvieran? ¿O si un día me enterara que fueron abusadas por uno o dos o varios hombres, “en manada”? ¿O que mi hija o mi hermana viven con una pareja que las maltrata, que las golpea? En serio, no me respondan a mí, respóndanse ustedes, ¿cuál sería su reacción íntima y profunda ante algo así? Y ahora pensemos, ¿y qué haríamos si no tuviéramos a quién acudir para que se nos proteja y se haga justicia? Si no tenemos a quien acudir porque no confiamos en las autoridades, sea porque son ineptas, sea porque no resuelven, sea porque no nos escuchan, sea porque se burlan, sea porque quizá son abusadoras, sea por lo que sea... Y si sí, si fueron y denunciaron y su agresor ni siquiera fue detenido, o fue detenido y liberado de inmediato, o fue encarcelado por un cargo menor del que una lo acusa y sale de la cárcel al poco tiempo.... Seamos empáticos, imaginémonos, por un momento, lo que es vivir cada día de la existencia con miedo.

Y les estoy hablando a ustedes, hombres que asumo que no son maltratadores, ni golpeadores, ni violadores, ni asesinos; que asumo tienen conciencia y se debaten a veces entre apoyar la causa feminista o seguir atrapados en la cultura machista y patriarcal y entonces disculpan, a veces solapan, algunos llegan a encubrir a los amigos o familiares violentos, a los camaradas que se creen galanes y van lanzando piropos (en realidad improperios) y asediando a las mujeres... A veces, atrapados en esas fórmulas culturales, tienen que demostrar lo machito que son ustedes mismos...

La Jefa de la Cd Mx, #ClaudiaSheinbaum declaró el 21 de noviembre la Alerta por Violencia contra las Mujeres; lo dije entonces, lo digo de nuevo, mi reconocimiento por ello. La ciudadanía tiene el derecho a reclamar y exigir a las autoridades, pero también debe saber reconocer cuando obran en el sentido correcto y toman las decisiones adecuadas para así poder continuar demandando. Ahora necesitamos que esa declaración se traduzca en acciones concretas, en las propuestas por su gobierno y en otras muchas... Apunto dos sugerencias en tal sentido: (1) la obligatoriedad de cursos de sensibilización para erradicar la violencia de género a todo el personal de las instituciones y oficinas bajo el ámbito de su competencia; (2) diseñar mecanismos de regulación y sanción para las conductas violentas en centros laborales que de ella dependan.

Y a nivel país, sería deseable que esos cursos fueran obligatorios en todos los ámbitos de gobierno (nacional-estatales-municipales), empezando por las más altas autoridades: el presidente, les gobernadores, les secretaries de estado, les diputades y senadores, les magistrades, les funcionaries de alto rango y de ahí hacia abajo. También sería deseable la expedición de una medida o decreto para que los cursos se repliquen en toda la iniciativa privada y en el sistema educativo, sin excepción.

Porque “somos el grito de las que no están”, “la culpa no era mía, ni donde estaba ni como vestía”, “policía escucha, tu hija está en la lucha”, “ni una más, ni una asesinada más”...  

*Fausta Gantús

Investigadora del Instituto Mora (CONACYT) y profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Especialista en historia política, electoral, de la prensa y de las imágenes. Es autora de una importante obra publicada en México y el extranjero, entre la que destaca su libro Caricatura y poder político. Crítica, censura y represión en la ciudad de México, 1876-1888. Ha coordinado varios libros sobre las elecciones en el México del siglo XIX.