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¡Arrancan!

Se acabó el tiempo de las reformas y arranca la hora de las elecciones intermedias.

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Escrito en OPINIÓN el

Con la aprobación de los últimos dictámenes de la reforma energética se cierra el ciclo de reformas estructurales derivadas bajo la figura del Pacto por México. Ahora se abre el proceso electoral 2015 y con ello damos paso al conflicto partidista electoral.

 

Por lo pronto la más reciente encuesta de Reforma advierte no únicamente que el PRI cuenta en estos momentos con una ventaja de 18 puntos frente al PAN, sino que gracias a su alianza con el PVEM tiene los números para aplastar a la oposición en las elecciones intermedias y controlar la definición del presupuesto hasta 2018.

 

Con esta ventaja la estrategia del PRI pasa ahora por publicitar las reformas aprobadas y ejercer el gasto público con énfasis en programas sociales y hacerlo claramente con sello tricolor. En los próximos meses gran parte de debate público y los reclamos de la oposición se enfocarán a exigir y exigir transparencia y fiscalización del gasto público y a evitar el uso partidista de los programas federales.

 

Tres problemas pueden complicar el proceso electoral al presidente y su partido: 1) incapacidad para convertir las reformas en resultados medibles y verificables. El pasar de las promesas a los hechos; 2) el comportamiento mediocre de la economía mexicana y la constante reducción de las expectativas de crecimiento para este año. La pregunta obligada es, ¿ayuda Videgaray en el contexto electoral?; 3) la irrupción de nuevos videos y escándalos vinculando al PRI con actividades criminales, como ha ocurrido recientemente en el caso de la familia Vallejo en Michoacán.

 

El PAN comienza a enfrentar un  panorama sumamente complicado. Los números advierten del riesgo de un fracaso monumental y la definición de una estrategia ganadora no luce como algo sencillo. A pesar de la insistencia de la dirigencia nacional en el contenido panista de las reformas aprobadas, para los medios de comunicación y la opinión pública esto representa simple y sencillamente un éxito para el presidente.

 

Para quienes están en contra de las reformas, el PAN se convierte en un villano; para quienes están a favor la persona a aplaudir se llama Enrique Peña Nieto. Después de impulsar y defender el Pacto por México, la dirigencia encabezada por Gustavo Madero puede quedarse como el perro de las dos tortas.

 

La oportunidad política para el PAN consiste en centrar el debate en la incapacidad del gobierno para hacer crecer la economía a pesar de las reformas aprobadas desde la segunda mitad de 2012, en señalar las consecuencias de la reforma fiscal para las familias y las empresas mexicanas, en atacar al PRI ante la irrupción de nuevos escándalos y en abrir nuevos temas para la agenda electoral, como lo han intentado con su propuesta de consulta pública en torno al salario mínimo.

 

Sin embargo no es claro que el PAN pueda definir una propuesta contundente para diferenciarse con éxito ante un electorado que exige más resultados en la economía y la seguridad pública. De igual forma, si bien el PAN deberá atacar al PRI ante cualquier oportunidad, lo cierto es que todavía están en el ambiente los casos incómodos de corrupción que salieron a la luz pública durante la contienda interna y que fueron olvidados posteriormente.

 

El PRD resulta mucho más predecible. La encuesta refleja ya el impacto de Morena y limita el potencial de crecimiento perredista. El dilema para el PRD consiste en que para crecer a costa del PAN debe impulsar un discurso moderado y centrado en políticas públicas, pero para contener a Morena necesita radicalizarse y no ceder el monopolio de la crítica a la reforma energética y la organización de la consulta ciudadana. La ventaja para López Obrador es que puede cuestionar la congruencia de la dirigencia perredista en su apoyo al Pacto por México y, en especial, a la reforma fiscal.

 

Lo que cabe esperar es la pulverización de la izquierda, para beneplácito del PRI. A lo cual se añade el impacto negativo que pueda tener el desempeño de los gobiernos perredistas en Guerrero, Morelos y el DF.  Lo que es indiscutible es que al igual que el PAN, el PRD  enfrenta también un panorama terriblemente complicado, incluyendo el riesgo de comenzar a perder bastiones en el DF a favor del PRI.  

 

Se acabó el tiempo de las reformas y arranca la hora de las elecciones intermedias. Lo que es preocupante es que un fantasma recorre la política mexicana: el fantasma del regreso de los carros completos.

 

@ja_leclercq