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Aquí seguimos y no nos vamos

Por el esfuerzo y esperanza de las víctimas y sus familias, nos parece una ofensa que se intenten omitir las consecuencias del confinamiento | Diana Avilés

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Escrito en HIDALGO el

Para nadie ha sido fácil enfrentar los retos para sobrevivir a la pandemia por covid-19, millones de personas estamos buscando la forma de que nosotras, nuestras familias y las personas que viven en condiciones de desigualdad se encuentren mejor.   

¿Han visto todos los esfuerzos emprendidos por sociedad civil, entre ellos organizaciones defensoras de derechos humanos, feministas y activistas? Diariamente veo infografías, vídeos, spots de radio, webinars y otras tantas estrategias que intentan responder a lo que estamos viviendo.

Si bien es cierto que la mayoría no nos encontramos con las herramientas y recursos, sobre todo económicos y tecnológicos, para atender las necesidades de las poblaciones ante la contingencia, la sociedad civil se ha destacado siempre por encontrar formas, y este caso, no es la excepción.

Se observan esfuerzos desde la lucha por la despenalización del aborto en los diferentes estados, las compañeras y compañeros ambientalistas, además quienes luchan por enfrentar y acabar con la trata, la desaparición, los feminicidios y tantos otros problemas que aquejan a la sociedad mexicana, sobre todo a las poblaciones más vulneradas.

Por tanto esfuerzo y esperanza de nosotras, pero sobre todo de las víctimas y sus familias, es que nos parece una ofensa que se intente invisibilizar y omitir las graves consecuencias que tiene para ciertas poblaciones el confinamiento.

Han y hemos luchado durante muchos años contra los gobiernos conservadores para que los derechos humanos sean una realidad para todas y todos, que nos parece inconcebible que al llegar la tan mencionada “cuarta transformación” intenten dejar a un lado dichos esfuerzos; se les olvida que muchas  mujeres y poblaciones que han sido marginadas contribuimos para que llegaran a los espacios de toma de decisiones en los que ahora se encuentran. No decimos que sea fácil, seguro que no lo es, pero si nos dejan de lado, las consecuencias serán peores y les exigimos discursos y acciones contundentes, porque seremos nosotras quienes sufrimos y seguiremos sufriendo en nuestro cuerpo y nuestras vidas las consecuencias de la irresponsabilidad y poca empatía de las autoridades federales (y también de las locales y municipales).

Por lo anterior, seguimos exigiendo que sean responsables y atiendan las demandas y necesidades de las poblaciones que históricamente han sido marginadas y discriminadas, para que, por fin, accedamos a una vida en libertad y dignidad.

¡Aquí estamos y no nos vamos!