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Análisis de la crisis de gobierno

Cabe que en quien tenga la responsabilidad de informarle al presidente de la República, haya prevalecido en exceso en la confianza, en que el mismo gobierno estatal solucionaría la crisis, o bien, no tuviera el impacto en la opinión pública, ni en las redes sociales, que tiene ahora.

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Escrito en OPINIÓN el

El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, señaló hace unos días que la desaparición de los 43 jóvenes estudiantes es la peor crisis en la administración del presidente Enrique Peña Nieto.

 

Tiene razón cuando medios de comunicación y organismos internaciones le dan ese mismo trato. El periódico The Economist señaló que el acuerdo nacional para combatir la corrupción, sólo será creíble si se extiende a los más altos niveles del poder político.

 

El acuerdo tendría como propósito comprometer a la clase política a disminuir la corrupción e impunidad, como causas principales que abrieron el grave frente de crisis originado en Guerrero y que fue la causa por la que pidió licencia Ángel Aguirre Rivero y la captura de José Luis Abarca y su esposa, presuntos responsables de la desaparición.

 

Para agravar la opinión pública y sobre el mismo tema, el periódico The New York Times viene a afirmar que el gobierno de México ha fracasado en dar seguridad, respetar el estado de derecho y logar que los criminales respondan por sus actos.

 

Sin duda se trata de afirmaciones delicadas, en el contexto en que se desenvuelven las protestas que se han tornado violentas, sobre todo en Guerrero, pero cuya problemática ha tenido réplicas incluso, en eventos deportivos.

 

Lo más delicado viene, cuando trasciende la opinión pública, que al evento en el que los padres de los normalistas desaparecidos platicaron con el presidente de la República y que tuvo lugar en la residencia oficial de Los Pinos, la Policía Federal detectó que entre los asistentes acudieron dos jefes del EPR y unos cuantos más del ERPI. Un terrible error de mapeo de los actores.

 

Esta información fue replicada en por lo menos un medio más, demostrando que la seguridad en  Los Pinos había sido vulnerada.

 

Es muy probable que esta información haya sido del conocimiento del gobierno norteamericano, como para que su embajada haya enviado a medios el mensaje de preocupación, pidiendo que se soluciones el problema de Ayotzinapa en Guerrero.

 

De lo anterior es muy probable que se desprenda que la Agenda Nacional de Riesgos, documento que en un ejercicio de prospectiva, proyecte los riesgos por venir, no haya vislumbrado que en Guerrero estaba por presentarse una crisis con impacto nacional e internacional.

 

Pero además, viene a cuestionar el desempeño del Consejo de Seguridad Nacional que depende del presidente de la República, por su tardía respuesta a la atención del problema.

 

Pero la tardanza señalada pudiera venir acompañada de una desestimación de las causas, o bien, de un exceso de confianza, o quizás, un premeditado interés en desacreditar al gobierno de Guerrero y que en todo caso, parece que se ha salido de control.

 

Pudiera ser una desestimación, porque no se advirtieron en tiempo y forma, a los niveles de autoridad en el organigrama de la seguridad nacional mexicana, las causas y consecuencias de la gravedad en el tema de la desaparición de los estudiantes.

 

Cabe que en quien tenga la responsabilidad de informarle al presidente de la República, haya prevalecido en exceso en la confianza, en que el mismo gobierno estatal solucionaría la crisis, o bien, no tuviera el impacto en la opinión pública, ni en las redes sociales, que tiene ahora.

 

También hay quien señala que de manera premeditada y con la intención de disminuir la preferencia política hacia el PRD en Guerrero, se toleró que la crisis llegara a los niveles en que nos encontramos.

 

Es sabido que el presidente de la República es, o debe de ser, el hombre mejor enterado de lo que sucede en cada rincón del país, pero en este caso, parece que no.

 

@racevesj