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AMLO y la ola CNTE

A pesar de todo Andrés Manuel López Obrador apoya al sindicalismo.

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Escrito en OPINIÓN el

En política todo se vale, se dice; hasta treparse a un tren que no va hacia donde se va, o no por lo menos hacia la ruta prometida. Esto es: resulta verdaderamente inverosímil que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se trepe a la ola CNTE y, a pesar de todos los pesares, les brinde su apoyo y el de su partido político Morena, al mismo tiempo que les pide su apoyo para conseguir la presidencia del país en 2018: “yo te apoyo, tú me apoyas”… ¿El precio de los apoyos?...

 

Ya hace tiempo AMLO había dicho que apoyaba a la CNTE en sus movilizaciones para desconocer la Reforma Educativa de Enrique Peña Nieto. Aunque esas movilizaciones –tan sólo en el caso de Oaxaca que es donde anida la gran fortaleza de la Sección 22—sean absolutamente antipopulares y sean una confronta entre los líderes sindicales y la sociedad civil de Oaxaca: no empresarios, no comerciantes: sí la gente de a pie…

 

Esto es, durante muchos meses la gente de Oaxaca no puede transitar libremente por su tierra; los bloqueos aquí o allá o más allá son la forma de presión al gobierno, aunque los perjudicados sean los que no tienen vela en ese entierro; luego los niños de Oaxaca no han tenido clases: los líderes sindicales han decidido que es preferible reclamar sus fueros y privilegios laborales que cumplir con la función esencial del magisterio: dar clases a niños y jóvenes que quieren aprender para construir y para competir y todo eso que se dice de la enseñanza bien otorgada…

 

AMLO apoya a ese sindicalismo mal entendido a pesar de todo; nunca habla del origen siniestro de la organización CNTE y el daño social a Oaxaca; nunca habla del daño presente y futuro de ese 1.3 millones de niños oaxaqueños sin futuro educativo que se quedan mirando el infinito mientras sus maestros están bloqueando la vida de todos ahí…

 

En todo caso, sí; están en su derecho los líderes de la CNTE de exigir la revisión de la famosa Reforma Educativa que –ciertamente es más laboral que educativa— y están en su derecho de reclamar la devolución de los privilegios que consiguieron gracias a su capacidad de movilización y confrontación durante distintos gobiernos priístas en el caso de Oaxaca, desde su aparición durante el gobierno de Heladio Ramírez López (1986-1992). Pero no están en su derecho de apropiarse de la vida de otros y del futuro de otros…

 

Lo de Nochixtlán fue la detonante para que los grupos extremos que se incorporaron a la CNTE fueran victimizados; esto gracias a la incapacidad, nerviosismo y falta de sensibilidad política y social del gobierno estatal y federal para solucionar un conflicto que cada día se convierte en una confronta entre descontentos nacionales y gobierno federal…

 

El domingo 26 de junio AMLO convocó en la Ciudad de México a una Marcha de Silencio en favor de los maestros y de Oaxaca. Bien. Muy bien. Es parte de hacer política y es parte de mostrar músculo a sus adversarios políticos… Consiguió que fueran miles: autoridades dicen que 17 mil; organizadores dicen que más de 200 mil. No importa. Sí importa. AMLO sabe que luego de Nochixtlán, los maestros tienen la sartén por el mango y les ayuda a usarlo para exigir que las autoridades federales cedan a sus pretensiones de derogar la famosa Reforma Educativa…

 

Y AMLO acumula cada vez más fuerza en su partido político Morena, más como refugio de indignados nacionales por el muy mal gobierno de Enrique Peña Nieto y su equipo (PRI), convencidos del izquierdismo de este instituto político. Pero no hay más: el PAN, que acumula fuerza hacia la derecha del país acumula también a indignados nacionales; el PRD casi en la lona política por sus interminables conflictos internos; los otros partidos prácticamente inexistentes y rémoras de los grandes partidos: todos juntos en un jarrito, que bien se saben acomodar.

 

Y sí, hay que reiterarlo: hace falta, urge, una revisión del sistema de partidos políticos en México y que de ahí surjan los institutos que reflejen con mayor exactitud la voluntad de los ciudadanos mexicanos; de otra forma todos estamos cautivos de los partidos hoy existentes y su juego interminable de poder por el poder.

 

El domingo AMLO que ahora se sabe fortalecido, rompió el silencio prometido y exigió a Enrique Peña Nieto la creación de un equipo de transición para que el cambio de poderes en 2018 sea terso y sin conflictos sociales: de antemano está advirtiendo que de no ser así, él mismo encabezará esa movilización social.

 

Exige la renuncia de Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, a quien acusa de haber ordenado que se disparara en contra de los manifestantes de Nochixtlán y de las muertes ahí. Sí, todo sí. Está bien. Tiene razón en cuanto al mal gobierno peñista: Está en su derecho de exigir lo que la democracia le permite…

 

[En la reunión de integrantes de la CNTE con Osorio Chong, el lunes 27 de junio, se acordó establecer una mesa con los familiares de los muertos en Nochixtlán, Oaxaca. Ahí se desahogarán certezas y exigencia de castigos]

 

Pero no está AMLO en su derecho de convocar a multitudes para apoyar una causa injusta y poco transparente, como es la de la CNTE. Esto pone en duda la certeza de sus convicciones ideológicas y la creación de un gobierno delo social con base en leyes, derechos y obligaciones.

 

AMLO se equivoca esta vez. Como ya ha ocurrido antes. Como cuando fue gobierno en el Distrito Federal y dejó en tela de dudas tanto la creación de su sistema educativo como la infraestructura que sólo benefició a unos cuantos, como son los segundos pisos del periférico capitalino.

 

Sí. Sí y sí. Uno quiere que la alternancia del gobierno mexicano camine hacia la izquierda; pero no a costa de todo y con compromisos que luego será difícil pagar porque la CNTE seguirá siendo, con AMLO o sin AMLO, un voraz devorador de privilegios y beneficios sin ton ni son… Y, si no: ya lo veremos entonces y tendremos que pagar el plato todos nosotros.

 

@joelhsantiago

@OpinionLSR