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AMLO sabe algo que nosotros no

¿Qué sabe el presidente que nosotros no? Imposible conocerlo, por ahora. | Roberto Rock L.

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Escrito en OPINIÓN el

Las elecciones están a la vista en escasas seis semanas, y el presidente López Obrador parece cargar con una pesadumbre que no se concilia con el discurso de que la llamada cuarta transformación y su partido, Morena, saldrán victoriosos tras la cita con las urnas. En particular, que vayan a conservar la actual mayoría que su bloque partidista disfruta en la Cámara de Diputados. 

Desde Palacio Nacional se induce la precipitación en cambios legislativos, como la demolición de la reforma energética y una reforma del Poder Judicial federal que incluyó el forzadísimo artículo transitorio para extender dos años el encargo de su presidente, Arturo Zaldívar. El tono del discurso presidencial durante sus “mañaneras” ha sido en especial beligerante en los últimos días hacia cualquier entidad que no le resulte sumisa. Ha llegado al grado de calificar como “golpe de estado técnico” la posibilidad de que el INE limite la promoción gubernamental en tiempos de campaña, como lo prevé la ley.

Están a la vista escenarios de los que puede estarse desprendiendo información sensible, ajena a los ciudadanos en general, pero que anticipa lo que viene y estaría gravitado en el ánimo del tabasqueño. Aquí le propongo tres hipótesis sobre lo que López Obrador conoce ya, pero nosotros no: 

1.- Las resoluciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. En los hombros de los siete magistrados reposa la decisión de mantener o no el veto del Instituto Nacional Electoral a candidaturas clave de Morena, en particular las de los aspirantes a los gobiernos de Guerrero y Michoacán, respectivamente Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón. 

El presidente de ese órgano colegiado, José Luis Vargas, no dispone más que un voto, el suyo. La presión sobre de él y del resto de sus compañeros es tan grave que anoche decidieron posponer hasta el lunes, o más allá, su determinación sobre lo que pasará con esas candidaturas, entre otras. Se estima que López Obrador y su equipo sabían que al menos una postulación, la de Salgado, sería cancelada, y lograron ganar tiempo. 

Con todo, el mayor peligro en el tribunal electoral contra el oficialismo es el riesgo de que sea avalada la resolución del INE que limitaría la sobrerrepresentación de su bloque de partidos en San Lázaro, con lo que el gobierno AMLO podría despedirse de la capacidad de imponer cambios a la Constitución mediante iniciativas a las que el Legislativo no les modifica ni una coma. 

2.- Las encuestas electorales y el voto oculto. Como se demostró el año pasado en los comicios intermedios de Hidalgo y Coahuila, Morena encara el riesgo de que un sector de la población responda en las encuestas que votará por Morena por temor a perder beneficios que le otorga el gobierno, pero que el día de los comicios elija otra opción. Estudios más finos, profundos y caros le habrían dado a Palacio un panorama menos halagador sobre lo que nos traerá el voto ciudadano.

3.- La marcha de las vacunas. La codicia global sobre el fármaco que aleja al fantasma de la pandemia ha marginado a múltiples naciones, entre ellas México, que ha visto cómo las farmacéuticas especulan con la enfermedad, incumplen contratos de venta o hacen fracasar mecanismos como Covax, de la ONU, que buscó garantizar un acceso homogéneo y justo para todos. López Obrador ya puede calcular que en el lapso que media entre este día y el seis de junio, fecha de elecciones, difícilmente podrá presumir de haber vacunado a un número mayoritario de pobladores del país, por lo que un gran segmento de ciudadanos mexicanos seguirán en riesgo de caer enfermos o incluso morir a causa de la covid-19. La sombra de la incertidumbre, el dolor por la pérdida de tantos sin siquiera poder despedirlos, estarán pegados a la piel de los votantes cuando se dirijan a las casillas.

¿Qué sabe el presidente que nosotros no? Imposible conocerlo, por ahora. Ya lo tendremos a la vista, y quizá entonces comprenderemos por qué en estos días de primavera el frío invernal parece congelar los ánimos por los rumbos del Zócalo.