El patético gobierno de Andrés Manuel López Obrador está reprobado en varios rubros: salud, seguridad, economía, política y estabilidad social.
Pero el gobernante, que durante mucho tiempo pidió no tomar muy en serio la pandemia, ahora tiene un grave problema, rescatar la credibilidad en su gestión, que poco a poco se va sepultando en el descrédito. Y como no quiere críticas desde el senado, ya comienza a tejerse una corriente orientada a regular las redes sociales en México para evitar que al virrey de Macuspana se le exija cuentas.
Irresponsable como es, AMLO descartó que vaya a utilizar cubrebocas y que esta medida se vuelva obligatoria en el país, a pesar de que –según él- ya le dio covid, tema del que ya se empieza a dudar.
Más bien desde las redes se ha comentado que lo que hizo fue un repliegue estratégico frente al desorden y mal manejo de la pandemia, al descubrirse que realmente su gobierno no ha adquirido las vacunas para los más de 126 millones de mexicanos.
Desechó la posibilidad de que se implanten medidas drásticas como en Perú donde los pobladores solamente pueden salir a la calle una hora al día. “No somos un país autoritario”, indicó al demandar de los mexicanos cuidarse y actuar con responsabilidad.
López Obrador presuntamente dio positivo a covid-19 el pasado 24 de enero, situación que lo alejó de los reflectores y de las conferencias matutinas.
“Lo más preciado en un político es la certidumbre de sus actos; lo que caracteriza a López Obrador es la incertidumbre y la sorpresa permanente”, dijo recientemente el analista Raymundo Riva Palacio.
Refirió que algunas veces, AMLO, asombra por su desconocimiento de temas, lo que no le impide abrir la boca. Otras por su ignorancia sobre los asuntos de interés público. Unas más por sus fijaciones y obsesiones ideológicas. En cualquier caso, en las mañaneras siempre se sube a un trapecio y da triples saltos mortales, donde quien sale lastimado, si le fallan, no es él, que siempre encuentra justificación en otros, sino el país.
México registraba hasta el último fin de semana unos mil 368 nuevas muertes por covid-19, para un total de 164 mil 290, informó la Secretaría de Salud.
A la fecha van un millón 912 mil 871 casos confirmados de la enfermedad, es decir 13 mil 51 más que los anunciados el último jueves.
A nivel nacional, 46 por ciento de camas de hospitalización general están disponibles y 54 por ciento ocupadas.
Es innegable que ha habido un pésimo manejo de la pandemia. Mientras países como Israel ya vacunaron a todos sus habitantes, en México no se empieza a aplicar la vacuna a todos los ciudadanos. Incluso la página para registrar a las personas de la tercera edad presenta fallas.
Aunque si bien es cierto, no toda es responsabilidad del gobierno, la población debe tomar las medidas adecuadas; es pertinente comentar que a esta administración le corresponde agilizar la aplicación de la vacuna y fortalecer los protocolos que den certeza a la población.
López Obrador tiene la habilidad de responsabilizar, en tiempos de crisis, a otros de sus yerros.
La economía está haciendo agua. Los ciudadanos sienten cada vez más el golpe del cierre de negocios, caída del turismo y contracción de la economía.
El problema de López Obrador es que dice una cosa y hace otra. No transparenta las obras que se realizan y no ha dado cuenta del manejo de los fondos discrecionales.
La pandemia le cayó como anillo al dedo a López Obrador, quien desde inicios del 2020 buscó un manejo “discrecional” del presupuesto en emergencia económica, y para ello envió a la Cámara de Diputados una iniciativa para poder cambiar el Presupuesto de Egresos de la Federación para sus proyectos prioritarios sin que pase por el aval de diputados.
Este López Obrador salió muy vivo, y con su carita de abuelito bueno ha comenzado a reorientar directamente el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) aprobado por la Cámara de Diputados, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en momentos de “emergencia económica”.
Estos yerros de López Obrador le pasarán factura a MORENA en el 2024 y en las elecciones intermedias, ya que sufrirá pérdidas. Ha metido a muchos pillos a sus filas con tal de seguir en el poder.
Lamentablemente los yerros de López Obrador le están costando mucho al país que no ve la salida a una serie de problemas que se han agravado por una administración fallida, que no logra quedar bien con nadie.