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AMLO, Mujica y la congruencia

Ahora que está Mujica en México, sería deseable que lo escuchen en Palacio Nacional. | Jorge Ramos Pérez

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Escrito en OPINIÓN el

José Mujica es uno de los escasos políticos congruentes en la actualidad. Su vivienda es humilde, se le ve haciendo fila en el servicio médico público de Uruguay y siempre me sorprendió que en sus visitas de Estado jamás usara una corbata. Acaso un traje.

“El PRI a la distancia parecía como una máquina ineludible en la dirección de México. Yo no sé si perdió el PRI. Habrá perdido de sentarse en el gobierno, pero su cultura quedó en el contexto de la sociedad y al final los que no eran  PRI más o  menos se conducían como el PRI”, dijo en una entrevista que le hice en octubre de 2016. Y sonrió...

El pequeño priísta que todos llevamos dentro, le dije.

— Sí. Es muy fuerte la cultura priísta en México, más allá del partido.

Mujica pensaba entonces “que en la historia del hombre es permanente un duelo entre lo conservador y la equidad. Esto existe desde los griegos. Yo veo este duelo permanentemente en la historia humana. Y lo veo con patologías de ambos lados: los conservadores pueden caer en lo reaccionario y los que llamamos de izquierda o progresistas y eso pueden caer en el infantilismo, confundir el deseo con realidades. Y esos péndulos se están moviendo. Con esa salvedad, por eso creo que la izquierda nunca gana totalmente porque tampoco gana lo conservador. Hay un vaivén en la historia humana. Soy uruguayo y aprendimos una ley: la unidad de la izquierda; y eso para nosotros es un tesoro, llegamos al gobierno porque construimos política de unidad. Pero la unidad es aprender a respetar la diversidad y negociar internamente. Y unirnos  por un programa para una etapa y no pedir estar de acuerdo hasta el juicio final. No. Estemos de acuerdo en cosas que vamos a hacer ahora, en este tiempo. Después en filosofía cada quien. Eso nos ha permitido que varios que pensamos distinto estemos, pero no por una coyuntura electoral, sino para construir un país y llevamos 45 años. Vengo a México, ando por el mundo, y me encuentro con una izquierda peleada entre ellos, que uno no sabe  si la pelea interna es más grave o importante que la  pelea con la derecha”.

En ese momento, al preguntarle si conocía a López Obrador simplemente dijo que no.

¿Conoce a Andrés Manuel López Obrador?

— ¿A quién?

A Andrés Manuel López Obrador…

— Sí. No en persona…

¿Andrés le ha pedido reunirse?

— Alguna gente me lo ha pedido, pero vine con poco tiempo y todo lo demás y tengo miedo de pisar callos, sinceramente tengo miedo de pisar callos...

Al cumplirse un año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador el balance de las encuestas habla de que más de la mitad de los mexicanos tiene confianza en el gobierno de la autodenominada 4T, pero algo no está funcionando en el país: hay desempleo, inseguridad, nubarrones en la economía, crispación entre morenistas y “conservadores”... y la lista puede crecer.

Lo rescatable es la congruencia de Mujica. El gobierno de López Obrador aún está por verse.

Ahora que está Mujica en México, sería deseable que lo escuchen en Palacio Nacional.

Punto y aparte. “Un año de la transición: un presidente honesto; combate a la corrupción; nuevo sistema laboral; abrogada la mal llamada reforma educativa; excesos de la clase política, sepultados; la esperanza de un país seguro y justo, viva. La reacción, sin descanso. Normal, es la democracia”. Palabra de Ricardo Monreal.

Punto final. La Silla Rota documentó de nueva cuenta el golpe al presupuesto de los Institutos Nacionales de Salud, como los de Cancerología, Cardiología, Nutrición. La crisis está a la vista.