En la zaga de la pelea por el Poder Judicial emerge el nombre de Margarita Ríos-Farjat. Hay luces en torno a la ministra, que fue titular de Servicio de Administración Tributaria (SAT) del presidente López Obrador, pero lo que se ve es el preludio de un conflicto de grandes proporciones.
Hace dos colaboraciones, en Recovecos les conté:
“Quien sí está preocupado es el presidente López Obrador. Algunas incorporaciones de proclives a la 4T han resultado un fiasco y, aseguran fuentes consultadas, hasta podrían estar en graves problemas de conflictos de interés… y peores” (AMLO: la pelea por el Poder Judicial (lasillarota.com).
El periodista Darío Celis relató el 5 de julio en su columna de El Financiero que el Consejo de la Judicatura Federal ya abrió una investigación en torno a la ministra porque suponen que siendo la jefa de SAT benefició a Fomento Económico Mexicano (FEMSA) en el pago de impuestos, que luego su sucesora revirtió, la implacable -esta sí, no como Irma Eréndira Sandoval en la Función Pública- Raquel Buenrostro.
Un nombre es clave en esta trama: Gabriel Cavazos, quien, según Celis y fuentes independientes consultadas, es un abogado contratado por un despacho de renombre en Estados Unidos.
Lo que nos cuentan es que el problema no lo tendría ahora la ministra Ríos-Farjat con el Consejo de la Judicatura, sino con su paso por el SAT.
Como le comentamos en la primera zaga de este relato de pleitos por el control del Poder Judicial, el problema puede ser de conflictos de interés... y peores.
El abogado Cavazos tiene un currículum bastante robusto, como asesor jurídico, participante en mesa de negociaciones comerciales del TLCAN, y hasta como “amigo de la Corte” en litigios de la Suprema Corte en Estados Unidos. No es un improvisado.
El pasado 6 de agosto, el presidente dijo en su conferencia habitual de Palacio Nacional: “Arturo Zaldívar es una persona honrada, seria, responsable, por eso no lo quieren sus mismos compañeros que vienen del antiguo régimen. Es lamentable que no quieran al presidente Zaldívar, que quiere llevar a cabo una reforma en el poder judicial, que urge. Porque jueces, magistrados, ministros están echados a perder, hay excepciones honrosas, pero por lo general el Poder Judicial está podrido, hay muchísima corrupción en los jueces, no representan al pueblo”.
Hasta donde se sabe, en el presidente López Obrador hay molestia no sólo por los ministros “que vienen del antiguo régimen”, también está incómodo con fichas que él mismo propuso. En el mismo gobierno saben que la designación de Ríos-Farjat motiva inconformidades, pero se aguantan.
¿Hasta dónde van a llegar en el caso Ríos-Farjat? Es una incógnita. Pero, de acuerdo con lo que se ha podido averiguar, es parte de la pelea por el Poder Judicial.
Punto y aparte. El presidente López Obrador recibirá un nuevo revés del Tribunal Electoral por sus “conferencias mañaneras”. Fue innegable que se usaron con fines electorales para atacar a la oposición y para beneficiar a Morena. Aunque digan que no son iguales, son tan parecidos.
Punto final. No, no van a tirar gubernaturas de gobernadores electos. Aunque el hedor de varios de ellos lastime el olfato. Se van a aguantar. Es dicen. Luego no se anden quejando de sus Duartes, Borges…