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¡AMLO, gobierno de simuladores!

Las mentiras y las afirmaciones falsas son la cartilla de identidad de un gobierno de simuladores. | Ricardo Alemán

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Escrito en OPINIÓN el

¿Cómo debemos llamar a un presidente electo que promete no detener la construcción del Nuevo Aeropuerto de Texcoco, el NAIM, y que ya en el cargo destruye la mayor obra de la historia?

¿Cómo llamarle a un presidente que promete “bajar la luna y las estrellas” y que, en sus primeros dos años de gestión, entrega un país en quiebra y convertido en un cementerio?

¿Cómo calificar a un gobierno que, con todo el peso del Estado, rifó un avión sin avión y que termina por burlar y violar la Constitución?

¿Cómo definir a un gobierno que en todos los medios públicos y privados promueve una campaña de vacunación, sin vacunas?

¿Y cómo calificar a un gobierno que anunció una página para inscribir a los mayores de 60 años, para ser vacunados contra la pandemia y que, en los hechos, es una página de internet diseñada para que nadie pueda acceder?

La respuesta, a las interrogantes anteriores, la conocen todos.

Sí, el de López Obrador es un gobierno de simuladores y el presidente mexicano es un mandatario simulador y mentiroso.

Es decir, todas las mañanas la realidad confirma que la simulación y la mentira son las herramientas favoritas del presidente y de su gobierno.

Pero, además, esa misma realidad nos ratifica, también todos los días, que la simulación y la mentira son los principales enemigos del gobierno de López Obrador. Y si dudan basta ver que AMLO ha formulado casi 50 mil mentiras en 26 meses y que en todo ese tiempo ha dicho cientos de veces que “tiene otros datos”, en abierto reto a la realidad.

Pero vamos paso a paso.

Como saben, la simulación es un acto que busca “imitar” o “fingir” que se lleva a cabo una acción cuando, en los hechos, no se realiza, no se cumple o, en el caso extremo, se trata de un engaño.

El origen etimológico de “simular” se localiza en la expresión latina “similis”, que se traduce al castellano como “parecido”.

Así, por ejemplo, los hechos confirman, todos los días, que el de López Obrador es un gobierno de simuladores.

¿Por qué?

Porque el presidente mexicano simula ser el jefe de gobierno y de Estado cuando, en los hechos, es jefe de una pandilla política que llegó al poder para depredar y saquear al país.

Y no hablemos de cumplir con las exigencias constitucionales para desempeñarse como el primer mandatario, porque el mandatario López Obrador tampoco las cumple. ¿Por qué?

Porque en los primeros 26 meses de gestión, el presidente López Obrador ha dicho casi 50 mil mentiras, lo que lo convierte en uno de los jefes de Estado más metirosos del mundo.

Porque las mentiras y las afirmaciones falsas son la cartilla de identidad de un gobierno de simuladores.

Y, sobre todo, porque los mayores enemigos de un gobierno propio de la simulación son, en ese orden, la terca realidad, por un lado, y la compulsión mentirosa, por el otro.

Pero hay más. Resulta que, a lo largo del gobierno de López Obrador –que arrancó el tercer año de gestión–, los críticos de las fallas y los errores han sido presentados como los enemigos del “cambio”.

Sin embargo, los hechos confirman –todos los días–, que los verdaderos enemigos del mandatario son la mentira y la realidad.

Es decir, que un presidente que sustenta su gestión en la mentira y en una cotidiana fuga de la realidad, tarde o temprano será tragado por sus propias mentiras y exhibido por la terca realidad.

Y las mentiras cotidianas y la fuga diaria de la realidad se exhibieron apenas al arranque de la semana, cuando el gobierno de AMLO debió responder por la campaña de vacuación sin vacunas.

Entonces los genios del gobierno inventaron una página de internet inservible que debió capturar a los mexicanos mayores de 60 años, para procesar su vacunación lo más pronto posible.

¿Pero qué creen?

Que hasta hoy la página oficial no ha sido más que un engaño; otro engaño oficial.

¿Y qué fue lo que pasó?

Qué los genios del gobierno de AMLO crearon una página de internet diseñada para que no atendiera a nadie.

¿Y por qué esa burla?

Porque la intención era y es distraer la atención de la clientela de AMLO; adultos mayores a 60 años; los mismos que harían cualquier cosa por su vida.

¿Y por qué distraer la atención de ese sector social “casado” con López Obrador?

Porque se trata de una estratagema igual a la de rifar un avión sin avión o la de emprender una campaña de vacunación, sin vacunas.

Es decir, que el gobierno de AMLO no compró vacunas contra el covid-19 y, para paliar el enojo social, entretiene a los viejos con el cuento de la página de internet.

¿Ya entendieron que el de López Obrador es un gobierno de simuladores?

Al tiempo.