Hoy, la moda es decir que la elección presidencial de 2018 será ganada por Andrés Manuel López Obrador.
Es moda decir que encabeza todas las encuestas. Es moda hablar de la “cargada” a favor del tabasqueño.
Está de moda imaginar un gobierno como el de López Obrador. Es decir, un gobierno que va al pasado; que regresa a la antidemocracia, el autoritarismo, la represión, el poder unipersonal y, en un descuido, regresa al viejo concepto de la “dictadura perfecta”.
Sin embargo, la moda parece no entender razones; no entiende, por ejemplo, que la propuesta electoral de López Obrador va en dirección a todo aquello que la sociedad no quiere.
¿Por qué razón?
- Porque, como saben, una importante mayoría de mexicanos critica, con severidad la corrupción, tanto en la política como en la sociedad toda.
- Porque el concepto político que promueve y pregona López Obrador, se sustenta, precisamente, en la más cuestionable corrupción política.
- Dígalo si no, el llamado que todos los días hace López Obrador –en la plaza pública-, para que los corruptos de todos los partidos y todos los credos se sumen a su proyecto.
- Y es que AMLO se comporta como un verdadero mesías, capaz de transformar a los corruptos en hermanas de la caridad, por el solo hecho de que abandonan al PRI, PAN, PRD… y se suman a su causa.
- En rigor López Obrador está promoviendo la construcción del partido más corrupto de la historia y de la campaña presidencial con el mayor número de corruptos.
- AMLO invita a la traición, a la deslealtad, a la vieja cargada al estilo priísta; invita a la transa, al engaño y, sobre todo, al perdón milagroso de los corruptos.
Dicho de otra manera, la moda que ha impuesto López Obrador para 2018 se llama el culto al cinismo.
Al tiempo.