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AMLO acorralado

Los sucesos han ido acorralando cada vez más a López Obrador, por lo que su discurso ha ido pasando de la calma a la violencia. | Julio Castillo

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Escrito en OPINIÓN el

Durante las últimas semanas los sucesos han ido acorralando cada vez más a López Obrador y entre la elección que perdió en junio, la consulta ciudadana que lo hizo quedar en ridículo en agosto y las diputaciones que perdió en tribunales hace unos días, su discurso ha ido pasando de la calma a la violencia, y de ahí al absurdo total. La actitud de una persona que se ha quedado sin respuestas ni caminos: 

• Ante la visita de los presidentes del PAN, PRI y PRD a Washington para presentar denuncias ante la Organización de los Estados Americanos y ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, la respuesta de López Obrador fue “tengan cuidado”… Eso es una amenaza, y más partiendo de que fueron a denunciar cuatro cosas cosas: el involucramiento del crimen organizado en la elección fomentado o al menos tolerado por el gobierno de AMLO, el constante hostigamiento de López Obrador al INE y al Tribunal Electoral, el uso faccioso de la justicia contra opositores al gobierno, y el constante ataque del AMLO a los medios de comunicación. Las tres razones anteriores son evidentemente ciertas y pasan todos los días, pero la primera acusación, la de la participación del crimen organizado es algo que se vio claramente en al menos 8 estados de la República, y si sumas aspectos como la visita de López Obrador a la mamá del Chapo, o la visita de hace poco a Sinaloa en la que no hubo cámaras ni medios, o que soltaran a Ovidio Guzmán, o que cada vez se ve menos combate al narcotráfico, y hasta se llegan a escuchar declaraciones postelectorales del presidente diciendo que se portaron bien… uno se hace cierta idea. 

• López Obrador quiere encarcelar a Ricardo Anaya, y ante pregunta expresa lo invitó a no ampararse e ir a la cárcel porque si es inocente se fortalecerá… Después de que toda la construcción del expediente demuestra que es una venganza sustentada en mentiras y ordenada desde Palacio Nacional, después de que es evidente que López Obrador está buscando algo que lo regrese a los medios sin que estén las palabras corrupción o fracaso junto a su nombre. Quien dude todavía que López Obrador es el regreso del peor PRI de la historia, que analice el uso que le ha dado a la justicia y lo que entiende por corrupción. Para López Obrador son “donaciones a la causa” los fajos de billetes que se embolsan sus hermanos ilegalmente. Para López Obrador son honorables Bartlett, Irma Eréndira Sandoval y Salgado Macedonio, pero dice que Ricardo Anaya debe ir a la cárcel injustamente, porque se puede fortalecer… Alguien le debería decir que la justicia no es trabajo del presidente y la justicia no debería seguir los caprichos de un presidente, así se pierden las democracias.

• Para cerrar y para comprobar que López Obrador no conoce ni vive en México desde hace mucho, el martes pasado sacó un pañuelo blanco en su conferencia como símbolo de que ya se acabó la corrupción, esto ya es como una comedia. Vivimos en el México más corrupto de al menos este siglo, sin licitaciones, sin transparencia, con funcionarios y familiares del presidente López Obrador metidos en actos de evidente corrupción. Estamos mucho peor que con Peña Nieto que la corrupción era cínica, había una “casa blanca” pero no recuerdo un solo video de un familiar en primer grado recibiendo dinero (ni de ningún presidente). 

Ante las derrotas y el acorralamiento de la realidad que cada vez es más difícil de ocultar, López Obrador saca las uñas e inicia una batalla que solo demuestra (con el puro hecho de librarla) que ya no es el presidente que hace tres años tenía fuerza y autoridad, y que para intentar detener su rápida caída necesita hacer más teatros.